Salm¨®n en ayunas
Fin de campa?a. Bajo a desayunar. En el buffet del hotel s¨®lo quedan croissants y peri¨®dicos econ¨®micos. Nunca he le¨ªdo en ayunas uno de color salm¨®n. Lo intento y compruebo que cuando uno menos lo espera se hace La Luz.Llevo dos semanas escuchando hablar a Felipe Gonz¨¢lez sobre anchos de banda; sobre c¨®mo hacen falta emprendedores; sobre c¨®mo las empresas que se reparten el pastel son las mismas que hace 20 a?os mientras en Estados Unidos jovencitos californianos cargados de dioptr¨ªas se comen a los viejos tiburones. Es una buena ocasi¨®n: el peri¨®dico salm¨®n puede ayudarme a entender, por fin, el discurso de Gonz¨¢lez.
En la primera p¨¢gina aparecen dos se?ores en mangas de camisa. Uno es banquero y el otro es un bello y joven ejemplar de esa subespecie neoliberal-pijo-criolla que tantos ¨¦xitos viene cosechando desde que les brotaran los dientes de leche a la sombra de los generales golpistas del Cono Sur. Ambos han hecho una alianza que debe de ser interesant¨ªsima. Uno es banquero y tiene apellido vasco. El otro, el joven, es due?o de un portal de Internet.
No es la primera vez que veo en el peri¨®dico a unos tiburones de las finanzas en mangas de camisa. As¨ª visten siempre Bill Gates o Ted Turner, el ex marido de Jane Fonda. Al menos, as¨ª posan cada vez que hacen una fusi¨®n. La diferencia es que ambos suelen aparecer algo sudados y con la camisa sin planchar. El banquero de la foto y el joven criollo, en cambio, visten camisas reci¨¦n estrenadas y se dejan retratar con aire de camarader¨ªa. Es como si acabaran de bajar de un yate en Puerto Ban¨²s o estuvieran celebrando su victoria en un torneo de p¨¢del para parejas. El criollo, adem¨¢s, lleva un tel¨¦fono m¨®vil colgando del cintur¨®n. Debe de ser un s¨ªntoma de prosperidad: tiene la misma costumbre que el fontanero que llevo esperando desde hace dos semanas para que me arregle la calefacci¨®n. Entonces me surge La Gran Pregunta: ?confiar¨ªa la hucha de mi hijo a unos banqueros como ¨¦stos?
Viajo m¨¢s al Sur para tratar de superar los efectos de la lectura en ayunas de peri¨®dicos color salm¨®n. Gonz¨¢lez cierra campa?a en C¨¢diz y Sevilla. Mientras Gonz¨¢lez da besos por las calles de Dos Hermanas, me voy a C¨¢diz para desentra?ar el misterio de Te¨®fila. Ahora, cuando escribo esta cr¨®nica, constato que el salm¨®n en ayunas tiene efectos alucin¨®genos.
En C¨¢diz, el periodista Alejandro Luque me cuenta los carnavales. C¨¢diz es una ciudad surrealista. Lo digo con conocimiento, porque yo nac¨ª aqu¨ª. Hasta ahora, los gaditanos vert¨ªan su surrealismo en las coplas de carnaval. Pero la televisi¨®n ha quitado espontaneidad al asunto y mis paisanos vierten en la pol¨ªtica su gusto por el surrealismo: ahora votan masivamente a www.teofila.com.
En C¨¢diz y Sevilla, Gonz¨¢lez sigue su campa?a echando mano a un argumento ins¨®lito en estos casos: la ternura. Hace una semana lleg¨® a confesar que era feliz. Desde entonces, no deja de repetir que la gente le quiere m¨¢s que cuando estaba en el poder. Y la gente que va a sus m¨ªtines -que, sin duda, le quiere- aplaude a tope.
Gonz¨¢lez sigue evitando salir en los titulares, pero no deja de buscar argumentos ins¨®litos. Como ¨¦ste: "Voten a la izquierda, aunque s¨®lo sea para ver la cara que pone el del bigote cuando pierda".
Lo cierto es que a m¨ª me pica la curiosidad.
?Y a ustedes?
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