La poes¨ªa pone en jaque a Barak
La poes¨ªa comprometida del palestino Mahmud Darwish, de 58 a?os, se ha convertido en un arma de combate entre los sectores aperturistas y los conservadores del Parlamento de Israel, amenazando con hacer caer al Gobierno del laborista Ehud Barak. La bronca pol¨ªtica, capitaneada por el partido derechista de la oposici¨®n Likud y que cuenta con el apoyo de tres formaciones religiosas en el Gobierno -Shas, Partido Nacional Religioso y Tora y Juda¨ªsmo-, se inici¨® hace pocas semanas como respuesta a los proyectos del ministro de Educaci¨®n, el izquierdista Yossi Sarid, quien plante¨® la posibilidad de introducir poemas de Darwish en el programa escolar de literatura, en un intento de reflejar el "car¨¢cter multicultural de la sociedad israel¨ª". Los contestatarios han anunciado que presentar¨¢n el lunes ante el Parlamento de Jerusal¨¦n, por este motivo, una moci¨®n de censura contra el Gobierno de Barak.La oposici¨®n israel¨ª ha recordado que Mahmud Darwish, el poeta nacional palestino por antonomasia, ha venido durante toda su vida combatiendo al Estado hebreo desde las posiciones m¨¢s radicales, de acuerdo con su ideolog¨ªa comunista, enraizada en su Galilea natal, de donde su familia fue expulsada al crearse el Estado jud¨ªo, en 1948, y que ha sido alimentada con cerca de 50 a?os de exilio en El Cairo, Beirut, Mosc¨² y Par¨ªs. La actitud cr¨ªtica del poeta Darwish hacia el proceso de paz, con respecto a los acuerdos de Oslo y sus cr¨ªticas reiteradas y feroces a la pol¨ªtica pactista del presidente palestino, Yasir Arafat, y contra la corrupci¨®n de su propia Administraci¨®n, le granjearon de rebote la enemistad del Gobierno de Israel, que hasta 1996 le prohibi¨® el regreso a los territorios aut¨®nomos. Finalmente, Israel le permiti¨® la entrada, para confinarlo en Ramala, donde hasta hace pocos meses ha vivido sin capacidad de movimiento y sin pasaporte.
La represi¨®n hebrea de este poeta palestino ha sido tambi¨¦n, sin duda, una respuesta a su popularidad, que permiti¨® que uno de sus poemas se convirtiera en el verdadero himno nacional de los j¨®venes durante los a?os de la Intifada, quienes, al tiempo que arrojaban piedras, lanzaban poemas al Ej¨¦rcito ocupante: "Yo soy ¨¢rabe. El n¨²mero de mi carn¨¦ es el 50.000. N¨²mero de hijos: ocho. El noveno llegar¨¢ despu¨¦s del verano. Sin apellidos. Yo soy mi nombre. Paciente infinito en un pa¨ªs donde todos viven sobre las brasas de la c¨®lera".
Historia
La tempestad parlamentaria de Israel ha hecho temblar al primer ministro Ehud Barak, quien se ha precipitado a descalificar la propuesta de su ministro asegurando que "la sociedad de Israel a¨²n no est¨¢ preparada para aceptar otra versi¨®n de la historia sobre Palestina". Las declaraciones del jefe del Gobierno han provocado a su vez la indignaci¨®n del propio titular de la cartera de Educaci¨®n, quien, en tono a¨²n mucho m¨¢s airado y en voz alta, ha contestado a Barak: "Podr¨ªa, antes de decir todas estas cosas, haber hablado conmigo".
Como si el primer ministro necesitara afirmarse en las estad¨ªsticas, un reciente sondeo publicado por la prensa de Tel Aviv afirmaba que el 53% de los escolares hebreos est¨¢ en contra de la inclusi¨®n de los poemas de Darwish en los programas de estudio, mientras que s¨®lo lo apoyan el 37%. Las estad¨ªsticas, sin embargo, se olvidaron de preguntar a los israel¨ªes si conoc¨ªan la obra del poeta palestino antes de que estallara la pol¨¦mica.
Todo ello ocurre ante los ojos esc¨¦pticos y cr¨ªticos de Mahmud Darwish, quien, desde la redacci¨®n de un peri¨®dico cultural de Ramala del que es director, reflexiona en voz alta, asegurando que "este incidente me lleva a pensar sobre la naturaleza del proceso de paz en curso. ?Se trata simplemente de acuerdos de seguridad? Un proceso de paz exige la apertura de las puertas de la fortaleza israel¨ª, encerrada en su propia cultura. Una paz verdadera obliga a aceptar al otro, a los palestinos con todos sus componentes".
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