Aznar consigue una hist¨®rica mayor¨ªa absoluta
Joaqu¨ªn Almunia presenta la dimisi¨®n tras la aplastante victoria del Partido Popular
A la octava fue la vencida. Las urnas proporcionaron ayer al centro-derecha su mejor resultado hist¨®rico: el PP ha obtenido 183 esca?os, 27 m¨¢s que en 1996, tras alcanzar 10,2 millones de votos (44,5%, casi seis puntos m¨¢s que en 1996). Su l¨ªder, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, continuar¨¢ al frente del Gobierno con absoluta comodidad, sin necesidad de apoyos, lo cual reduce el papel que Jordi Pujol ha jugado en las dos ¨²ltimas legislaturas. El rotundo triunfo del PP se produjo en medio de una abstenci¨®n superior en m¨¢s de siete puntos a la de 1996, protagonizada sin duda por una parte de lo que fue el electorado de centro-izquierda, que no ha comprendido el pacto con IU intentado por el candidato socialista, Joaqu¨ªn Almunia. ?ste ¨²ltimo present¨® anoche su dimisi¨®n irrevocable como l¨ªder del PSOE, despu¨¦s de que este partido haya perdido 1,6 millones de votos, el 17% de lo que fue su fuerza electoral en el 96.
Con el recuento finalizado, se ha producido un vuelco electoral sin precedentes desde el restablecimiento de la democracia en Espa?a. El Partido Popular cuenta ahora con un porcentaje de voto, el 44,5%, que supera la suma de PSOE (34,1%) e Izquierda Unida (5,4%), una situaci¨®n in¨¦dita desde el punto de vista de las elecciones en Espa?a. Si hasta ayer se ha afirmado que este pa¨ªs era de centro-izquierda, con 12 millones de votos acumulados entre socialistas e Izquierda Unida en la ¨²ltima legislatura, el centro-izquierda ha perdido tres millones de sufragios y se ha visto superado por los 10,2 millones del PP. M¨¢s de un mill¨®n de votos separan ahora al centro-derecha del centro-izquierda a escala nacional.Esa cifra supone el mayor n¨²mero de votos logrado por un partido en Espa?a. La magnitud de la victoria lograda por el partido de Aznar se comprende mejor al recordar que, en n¨²meros absolutos, supera ligeramente los votos obtenidos por Felipe Gonz¨¢lez en 1982, aunque en aquella ocasi¨®n el censo era m¨¢s peque?o (26,7 millones de personas) y el actual se aproxima a 34 millones.
Respecto a las ¨²ltimas elecciones generales de 1996, el avance del PP se sit¨²a en m¨¢s de medio mill¨®n de votos m¨¢s. El salto es considerable, pero su relevancia pol¨ªtica viene sobre todo del hundimiento del suelo socialista, que pierde 1,6 millones. IU cede m¨¢s de la mitad de su voto, cayendo desde los 2,6 millones de las elecciones anteriores a 1,2 en los comicios de ayer.
La barrida de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar qued¨® clara en los primeros momentos del escrutinio. No hab¨ªa transcurrido un cuarto de hora desde el cierre de los colegios electorales en la Pen¨ªnsula y Baleares, y estaban a¨²n abiertos los de Canarias, cuando el coordinador de campa?a del Partido Popular, Mariano Rajoy, anunciaba a los cuatro vientos la "amplia victoria" conseguida por su partido en las elecciones generales.
Ante la enormidad del triunfo que confirm¨® el r¨¢pido recuento, los primeros mensajes emanados desde el PP trataron de alejar los temores a un rodillo derechista. Desde un triunfante Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que compareci¨® ante sus partidarios en la madrile?a calle de G¨¦nova minutos antes de medianoche, hasta los ministros y l¨ªderes del PP que hablaron, todos transmitieron un mensaje de "di¨¢logo" y voluntad de moderaci¨®n en el ejercicio del enorme poder depositado en sus manos por las urnas del 12 de marzo.
La mayor¨ªa absoluta alcanzada por el PP reduce el valor pol¨ªtico de los resultados obtenidos por los nacionalistas que le apoyaron en unos u otros momentos de la legislatura anterior, y sobre todo de Conv¨¨rgencia i Uni¨®. ?sta ¨²ltima aguant¨® como pudo, al perder s¨®lo un esca?o sobre los conseguidos en las elecciones generales de 1996 (ahora tiene 15), pero el PP ya no precisa de su sost¨¦n; y adem¨¢s, la arremetida de los populares les ha hecho ganar cuatro diputados en Catalu?a, al quedarse con 12 de los esca?os en juego en esa comunidad. "Es evidente que ya no somos decisivos", se lament¨® anoche el presidente de la Generalitat de Catalu?a, Jordi Pujol.
Aznar consolida as¨ª su posici¨®n al frente de uno de los pocos gobiernos de centro-derecha que existen actualmente en la Uni¨®n Europea. Frente a esta situaci¨®n, el partido socialista, con 125 esca?os, perdi¨® 16 sobre los que obtuvo en las elecciones anteriores de 1996, cuando Felipe Gonz¨¢lez sali¨® del Gobierno. La crisis interna en el partido socialista est¨¢ servida y el secretario general y l¨ªder electoral, Joaqu¨ªn Almunia, sac¨® de immediato las consecuencias que no lleg¨® a extraer tras su derrota interna, en las elecciones primarias del PSOE, frente a su compa?ero Jos¨¦ Borrell.
Almunia ha tenido que desempe?ar el papel de cartel electoral del PSOE tras una sucesi¨®n de situaciones cr¨ªticas, provocada por los cambios de direcci¨®n en los ¨²ltimos cuatro a?os. Gonz¨¢lez mantuvo en un principio el liderazgo del partido en la oposici¨®n; despu¨¦s apareci¨® la estrella de Jos¨¦ Borrell y, tras la renuncia de este ¨²ltimo por la evidente oposici¨®n interna del aparato del partido -y el pobre papel desempe?ado por ¨¦l mismo frente a Aznar en el tiempo en que lider¨® la oposici¨®n- Almunia no ha podido hacer nada m¨¢s que intentar una campa?a electoral a la desesperada. El intento de pacto de izquierda ha quedado sepultado por la losa del 12-M: los esca?os socialistas (125) y los de Izquierda Unida (8) arrojan un total de 133 diputados, claramente inferior a los 141 que los socialistas ten¨ªan por s¨ª solos en la legislatura pasada. El ¨²nico paliativo de la derrota socialista es el modo en que el Gobierno andaluz de Manuel Chaves ha aguantado el tir¨®n en las elecciones auton¨®micas celebradas simult¨¢mente en esa comunidad junto con las del Congreso, si bien con un avance importante del PP.
La p¨¦rdida de peso pol¨ªtico de Izquierda Unida resulta verdaderamente grave. Ocho esca?os, frente a los 21 del 96, es un resultado que le condena pr¨¢cticamente a la marginalidad. Su fuerza en votos se reduce a menos de la mitad; no puede aportar nada a un PSOE con el que ni siquiera lleg¨® a pactar en serio; ni tampoco puede ya jugar con el apoyo a ciertas iniciativas del Partido Popular, por mor de la cr¨ªtica al felipismo, como hizo en la legislatura anterior el que entonces era su l¨ªder, Julio Anguita.
Francisco Frutos, el l¨ªder electoral de IU en estas elecciones, no sigui¨® anoche el camino de Almunia: habl¨® simplemente de mantener las pol¨ªticas de enfrentamiento con el Partido Popular, y, en definitiva, de reflexionar. Caben pocas dudas de que el grueso de la fuerza electoral de Izquierda Unida ha preferido abstenerse, antes que respaldar una opci¨®n de pacto con el PSOE demasiado tard¨ªa y excesivamente confusa.
Despu¨¦s del terremoto sufrido en el conjunto de la pol¨ªtica espa?ola, el hecho m¨¢s importante de la jornada fue la elecci¨®n en el Pa¨ªs Vasco. La participaci¨®n en esa comunidad arroj¨® un resultado del 64%, algo inferior a la de 1996, pero, en todo caso, muy lejana a los efectos que habr¨ªa producido un boicoteo de las urnas. El conjunto de la ciudadan¨ªa vasca dio la espalda al llamamiento que Euskal Herritarrok hab¨ªa hecho para no acudir a las urnas, en una jornada que transcurri¨® sin incidentes de relevancia en Euskadi.
El resultado que arrojaron las urnas en el Pa¨ªs Vasco muestra un reparto claramente favorable al Partido Nacionalista Vasco, en primer lugar, pero tambi¨¦n al Partido Popular: obtienen siete diputados cada uno, lo cual implica un avance de dos esca?os en cada uno de esos partidos. Son los grandes beneficiarios y la demostraci¨®n de que la l¨ªnea pol¨ªtica de Jaime Mayor Oreja, el ministro del Interior del PP, se impone en la situaci¨®n pol¨ªtica vasca. Los socialistas retroceden un esca?o en el Pa¨ªs Vasco de cara a la pr¨®xima legislatura, mientras IU pierde el ¨²nico esca?o que ten¨ªa por esa comunidad. Eusko Alkartasuna repite: un esca?o.
Abstenci¨®n
La participaci¨®n registrada en las elecciones generales de ayer se movi¨® en torno al 70% del censo llamado a votar: menor, desde luego, que en 1996 (77%), pero insuficiente para explicar por s¨ª misma los movimientos electorales que se produjeron ayer. Una abstenci¨®n en torno al 30% se mueve en las bandas habituales registradas en muchos de los comicios celebrados anteriormente en Espa?a: por ejemplo, la de las elecciones generales de 1986 o de 1989, en que se produjeron las dos ¨²ltimas mayor¨ªas absolutas del PSOE.
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