Javier de la Rosa se sienta por primera vez en el banquillo de los acusados
La Sala d¨¦cima de lo penal de la Audiencia de Barcelona decidi¨® ayer comenzar el primer juicio penal contra Javier de la Rosa por un presunto delito de falsificaci¨®n documental y estafa, rechazando las peticiones preliminares de suspensi¨®n presentadas por su defensa. Las alegaciones hac¨ªan referencia desde el estado de salud del ex financiero a una supuesta duplicidad de causas judiciales contra ¨¦l por los mismos hechos pasando por la prescripci¨®n de los supuestos delitos. Seg¨²n la acusaci¨®n privada, KIA-Torras, y la fiscal, De la Rosa falsific¨® dos cartas de KIO con el objetivo de estafarle 51.900 millones de pesetas. La fiscal¨ªa pide para De la Rosa tres a?os de c¨¢rcel y multa de seis meses.
La Sala, presidida por Jos¨¦ Mar¨ªa Pijoan, descart¨® la mayor¨ªa de las alegaciones y aplaz¨® a la sentencia la posible prescripci¨®n, prefiriendo celebrar el juicio y valorar las pruebas aportadas por las partes. La alegaci¨®n sobre la salud del ex financiero - quien durante la sesi¨®n de la ma?ana estuvo pasivo y cabizbajo con la mirada perdida sobre el m¨¢rmol de la sala y pas¨® a una actitud mucho m¨¢s activa en la sesi¨®n de tarde- fue rechazada tambi¨¦n a la vista de un informe m¨¦dico-forense del pasado lunes en el que se pon¨ªa de manifiesto que De la Rosa pod¨ªa seguir la vista.El juicio pretende esclarecer si De la Rosa, como le imputan la fiscal¨ªa y la acusaci¨®n particular, falsific¨® dos cartas fechadas en marzo de 1992 con el membrete de KIO y la firma de su ex presidente Fahad Al Sabah y las utiliz¨® en una demanda para reclamar 51.900 millones de pesetas al propietario de KIO, el grupo KIA, ambos dependientes del gobierno de Kuwait. La demanda de De la Rosa pretend¨ªa evitar en realidad otra de KIO por el mismo importe, pues este ¨²ltimo grupo hab¨ªa concedido en el pasado un pr¨¦stamo a dos sociedades de De la Rosa para comprar acciones de Torras. Seg¨²n De la Rosa, actu¨® como un simple testaferro. Seg¨²n Torras, quiso ser socio de la empresa sin poner ni un duro. El administrador de una de las sociedades, Carlos Guix, tambi¨¦n est¨¢ imputado.
Las dos cartas, que Al Sabah ya calific¨® como falsas en un juicio celebrado en Londres en el que tambi¨¦n estaba demandado, aparecieron por primera vez en diciembre de 1992, en la demanda de De la Rosa. Pero en ese momento no se presentaron los originales sino fotocopias. Los primeros debieron esperar a junio de 1995 para ver la luz. Seg¨²n la defensa del ex vicepresidente ejecutivo de Torras, la prescripci¨®n de los delitos comienza a contar desde la primera fecha. Para las acusaciones desde la ¨²ltima. En el primer caso, desde que se cometieron los delitos hasta que ¨¦stos le fueron imputados a De la Rosa, julio de 1996, pasaron m¨¢s de tres a?os, considerado el plazo legal de prescripci¨®n por el abogado de De la Rosa, Francesc Jufresa, quien actu¨® asesorado por una hija del financiero.
Una vez iniciado el juicio, el primero en prestar declaraci¨®n fue el propio De la Rosa, quien se neg¨® a contestar las preguntas de la fiscal y del abogado de KIA-Torras, Ram¨®n Pelayo. El ex financiero - vestido con traje gris cl¨¢sico, camisa azul cielo y corbata oscura con topos blancos- se lanz¨® y explic¨® su versi¨®n sobre la crisis de Torras de 1992 en t¨¦rminos de luchas de poder entre familiares del emir de Kuwait.
Tambi¨¦n se refiri¨® a pagos en Espa?a durante la guerra del Golfo de enero de 1991 "de 1.200 millones de d¨®lares, aunque en aquel momento se me pidi¨® que diera otra explicaci¨®n". En este punto, el presidente de la Sala le conmin¨® a que se limitase a contestar las preguntas. De la Rosa contest¨® amable: "Excuse, pero es que se me va la...", al tiempo que se apuntaba a la cabeza con el dedo ¨ªndice extendido.
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