Inmigrantes en espera
Los inmigrantes sin papeles que puedan acreditar su estancia en Espa?a con anterioridad a junio de 1999 -entre 80.000 y 100.000- tendr¨¢n la oportunidad de regularizar su situaci¨®n durante un periodo de cuatro meses que se abre ma?ana y concluye el 21 de julio. Se trata de la tercera regularizaci¨®n extraordinaria de inmigrantes indocumentados que ha habido en Espa?a desde la que tuvo lugar a ra¨ªz de la entrada en vigor de la primera Ley de Extranjer¨ªa, en 1985. El Gobierno y las comunidades aut¨®nomas se han comprometido a facilitar todos los medios para que ning¨²n inmigrante que re¨²na los requisitos que exige la ley quede sin regularizar su situaci¨®n.Es importante que desde el Gobierno se lance un mensaje tranquilizador hacia estos inmigrantes, en el sentido de que la decisi¨®n del PP de reformar la Ley de Extranjer¨ªa no supondr¨¢ ninguna reticencia de su parte hacia el proceso de regularizaci¨®n y que actuar¨¢ con la buena fe y diligencia requeridas. El Gobierno no podr¨ªa actuar de otra manera, pero hace bien en aclarar esta posici¨®n despu¨¦s de los resultados electorales del 12-M, porque no todos sus agentes o portavoces transmiten ese mensaje de tranquilidad.
El delegado del Gobierno en Madrid, Pedro N¨²?ez Morgades, y otros responsables pol¨ªticos pr¨®ximos al mundo de la inmigraci¨®n han insistido en desligar las intenciones del Gobierno sobre la Ley de Extranjer¨ªa de la regularizaci¨®n que se pondr¨¢ en marcha ma?ana. Menos prudente fue el diputado y portavoz del PP Rafael Hernando, que al d¨ªa siguiente de las elecciones, y a una semana de que se iniciara el proceso de regularizaci¨®n, se pronunci¨® a favor de cambios inmediatos en la Ley de Extranjer¨ªa, algo que por lo dem¨¢s deber¨¢ plantearse en el Parlamento que se constituir¨¢ en abril. Y a¨²n es m¨¢s inquietante que este dirigente popular se apresurara a interpretar la amplia victoria de su partido en El Ejido como una se?al inequ¨ªvoca del rumbo que deber¨ªan adoptar tales cambios.
El proceso de regularizaci¨®n, primero, y la reforma de la Ley de Extranjer¨ªa, despu¨¦s, constituyen, sin duda, una piedra de toque sobre el aut¨¦ntico talante del Gobierno de Aznar y el uso que har¨¢ de su mayor¨ªa absoluta, mediante el di¨¢logo con otras fuerzas parlamentarias o la aplicaci¨®n del rodillo. Ser¨ªa un grave error pol¨ªtico que un asunto como el de la inmigraci¨®n, necesitado como ning¨²n otro de un pacto de Estado entre todas las fuerzas pol¨ªticas, se abordara exclusivamente en t¨¦rminos de mayor¨ªas aritm¨¦ticas. Hay mucho que discutir entre todos para que el imparable fen¨®meno de la inmigraci¨®n discurra por cauces pac¨ªficos en los pr¨®ximos a?os y no se convierta en un foco permanente de conflicto, trasladando al conjunto de Espa?a el modelo exclusivista y xen¨®fobo puesto en pr¨¢ctica en El Ejido.
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