?Qu¨¦ fue del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo?
La capitulaci¨®n de Belgrado ante la Alianza Atl¨¢ntica tras 78 d¨ªas de bombardeos aliados, el 10 de junio del a?o pasado, supuso el final de la guerra en Kosovo. Fue entonces cuando comenz¨® la transformaci¨®n del guerrillero Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (ELK). Once d¨ªas m¨¢s tarde, el 21 de junio, Hashim Tha?i, como comandante jefe del ELK, firm¨® un "acuerdo de desmilitarizaci¨®n y transformaci¨®n", bajo el cual la guerrilla albanokosovar deb¨ªa dejar de existir como una organizaci¨®n militar a partir del 20 de septiembre de 1999. En esa fecha, la fuerza multinacional de paz para Kosovo (Kfor) constat¨® que la desmilitarizaci¨®n se hab¨ªa completado. Pero nadie en Kosovo cree que el ELK haya desaparecido. La antigua guerrilla albanokosovar sigue siendo en muchos aspectos un poderoso y activo elemento cuya presencia se percibe hasta en el rinc¨®n m¨¢s rec¨®ndito de Kosovo. Son muchos los albanokosovares que agradecen esta presencia; algunos, los que la temen, y todos, los que se encuentran afectados por ella.
La actual influencia del ELK en la provincia serbia se manifiesta a trav¨¦s de cuatro pilares, como define el informe ?Qu¨¦ le sucedi¨® al ELK?, publicado por el Grupo Internacional de Crisis.
Tres de estos pilares -el pol¨ªtico, el militar y el policial- son p¨²blicos y legales. El cuarto pilar es ilegal y furtivo: el crimen y la violencia organizada.
Dentro del pol¨ªtico, los seguidores del ELK formaron su propia formaci¨®n pol¨ªtica, el Partido del Progreso Democr¨¢tico de Kosovo (PPDK). El perfil pol¨ªtico de los miembros del PPDK ocupa todo el espectro que va desde la derecha hasta la izquierda, del radicalismo m¨¢s ferviente al liberalismo m¨¢s puro. Pero, en su conjunto, el PPDK representa sin fisuras a los descendientes del Movimiento del Pueblo de Kosovo (LPK), el grupo de exiliados disidentes en Suiza y otros lugares que se convirti¨® en el brazo pol¨ªtico del ELK durante el verano de 1998.
Respecto al ¨¢mbito militar, algunos de los guerrilleros del ELK han sido admitidos en una suerte de Guardia Nacional concretada en lo que se ha denominado Cuerpo de Protecci¨®n de Kosovo (KPC, en sus siglas en ingl¨¦s). Aunque no se puede considerar un ej¨¦rcito como tal, el KPC es, a todas luces, un embri¨®n del futuro Ej¨¦rcito de Kosovo. El Cuerpo de Protecci¨®n de Kosovo lo forman 5.000 hombres y mujeres. A su vez, otros ex guerrilleros han pasado a engrosar las filas del Servicio de Polic¨ªa de Kosovo (KPS), conformando de esta manera el tercer pilar: el policial. Sus efectivos no aglutinan m¨¢s de tres centenares de personas.
Desde el final de la guerra, en junio del a?o pasado, una atm¨®sfera de terror creada por residuos criminales del ELK ha envuelto a los ciudadanos no albanokosovares. No hay duda de que el ELK tiene algunas respuestas que dar por muchos de los cr¨ªmenes que se han cometido desde mediados del a?o pasado hasta hoy, justo un d¨ªa antes del primer aniversario del comienzo de la guerra sobre Yugoslavia. Mientras que la vendetta albanokosovar contra los serbios y sus colaboradores pareci¨® ser en los primeros d¨ªas de la posguerra espont¨¢nea, en estos ¨²ltimos meses la violencia ha sido organizada y atribuible a antiguos miembros del desmilitarizado ELK. Es inconcebible que la quema de m¨¢s de 300 casas en Prizren, suceso por el cual s¨®lo dos sospechosos fueron detenidos, hubiera podido ocurrir sin ning¨²n tipo de planificaci¨®n.
Aunque los cr¨ªmenes y los incendios atribuibles al ELK son extremadamente dif¨ªciles de probar, ya que, si se intenta buscar una estructura organizativa en t¨¦rminos occidentales, el ELK, sencillamente, no existe. Por lo que el ELK no puede ser culpado de nada.
Llegados a este punto, no importa demasiado si el hostigamiento, los incendios, las expulsiones y los asesinatos han sido fortuitos o ciertamente orquestados y, por tanto, parte de una estrategia global de limpieza ¨¦tnica. Lo cierto es que su efecto ha sido el deseado: la expulsi¨®n de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n serbia y de otros ciudadanos no albanokosovares, gitanos en gran medida, que suman ya 250.000 personas.
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