Prioridades
Despu¨¦s de dos semanas de agitaci¨®n postelectoral parece que la clase pol¨ªtica se ha concedido este fin de semana un descanso en su activismo desenfrenado por las reuniones, sesiones de comit¨¦s, comisiones, declaraciones a los medios, filtraciones y todo ese engranaje que hace de la pol¨ªtica uno de los m¨¢s peculiares ejercicios humanos. Ello me ha permitido dirigir mi inter¨¦s hacia otros ¨¢mbitos tambi¨¦n relacionados con la actividad p¨²blica. As¨ª, he tenido la oportunidad de leer la documentaci¨®n de la pasada cumbre del Consejo Europeo de Lisboa. En ella destaca, entre otras cuestiones, la importancia que se da a la educaci¨®n y la formaci¨®n para conseguir los objetivos de un mejor y m¨¢s intenso desarrollo econ¨®mico y social. La inversi¨®n en educaci¨®n secundaria, universidades y en investigaci¨®n destaca como prioridad europea para los pr¨®ximos a?os.
Ha aparecido tambi¨¦n con mucha atenci¨®n la huelga masiva que el profesorado franc¨¦s le ha hecho al ministro socialista de educaci¨®n. En todas partes cuecen habas. El mundo de la educaci¨®n est¨¢ sometido a impactos y golpes culturales de tal calibre que no puede por s¨ª mismo arreglar los desajustes que la sociedad actual genera en llas conductas de los adolescentes. En estos a?os la educaci¨®n padece las contradicciones de un nuevo modelo social bastante salvaje y generador de exclusi¨®n social. No es raro que estalle en estos momentos, aunque a algunos les sorprenda.
En Andaluc¨ªa, y en Espa?a, se est¨¢ incubando parte de los mismos fen¨®menos que han hecho salir a la calle a los educadores franceses. Las restricciones financieras, el olvido del papel del profesional educativo por parte de la sociedad, el predominio de actitudes burocr¨¢ticas en la gesti¨®n pol¨ªtica educativa por encima de otros comportamientos m¨¢s ¨¢giles y cercanos a la realidad est¨¢n provocando que aquel paradigma que sirvi¨® para la extensi¨®n de la educaci¨®n obligatoria, cuesti¨®n siempre progresista y deseable, necesite adaptarse y reformarse en algunos aspectos b¨¢sicos si quiere ser precisamente instrumento de cohesi¨®n y no de marginaci¨®n y conflictividad social. Una buena cuesti¨®n ¨¦sta para colocarla entre las prioridades del futuro gobierno de Andaluc¨ªa.
JAVIER ARISTU
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