"Tengo que aceptar como algo normal que me insulten por la calle"
A mediados de los sesenta, ni siquiera exist¨ªa la palabra transexual. Kim P¨¦rez no pod¨ªa ponerle nombre a su angustia, pero se sent¨ªa prisionera en un cuerpo de var¨®n. En 1995, a sus 53 a?os no resisti¨® el disfraz de sexo que llevaba y se meti¨® a un quir¨®fano. Tuvo que pagar para ser lo que hab¨ªa querido ser casi desde que tuvo uso de raz¨®n: mujer. Por eso defiende como presidenta de la Asociaci¨®n de Identidad de G¨¦nero de Andaluc¨ªa, que la sanidad p¨²blica cubra estas operaciones. Pregunta. Andaluc¨ªa es la ¨²nica comunidad que ha asumido estas intervenciones, se ha hecho una operaci¨®n en el hospital Carlos Haya. ?Es una conquista?
Respuesta. Es hist¨®rico, un ejemplo para toda Espa?a porque se rompen prejuicios. La sexualidad en general despierta actitudes llenas de prejuicios y la mejor manera de vencerlos es demostrar con hechos que la realidad es diferente; que es positivo que se asuma esta patolog¨ªa porque estas personas pasan de la desesperaci¨®n al bienestar. Es un avance, no s¨®lo porque por lo privado haya que pagar, sino porque hay profesionales que no est¨¢n capacitados pero explotan nuestra necesidad y nos ponen en peligro de muerte.
P. El Ministerio no las ha asumido...
R. El PP tiene una pol¨ªtica zigzagueante. Se abstuvo en febrero en el Parlamento andaluz y en abril, en el Congreso, aunque de manera light, se pronunci¨® a favor. El PP debe abandonar su fundamentalismo, que consiste en considerar que estas operaciones son moralmente discutibles. Ahora que tiene mayor¨ªa absoluta no debe echar balones fuera. Hace falta una discusi¨®n seria sobre el asunto y temo que el PP est¨¦ lejos de sus posiciones de centro y predominen las actitudes conservadoras.
P. ?La ciencia va por delante que la sociedad?
R. Una parte de la sociedad se queda detr¨¢s, pero es una din¨¢mica social normal. Ahora nadie discute que la Tierra es redonda. Tal vez dentro de muchos a?os, estas intervenciones ser¨¢n aceptadas. No es un capricho ni un vicio. Desde fuera se puede imaginar como una actitud fr¨ªvola, pero quienes conocen a estas personas saben que detr¨¢s hay historias angustiosas. Es una necesidad para tu equilibrio personal y es una amargura que operarte dependa de que tengas dinero o no. Por eso luchamos para que en toda Espa?a se asuman estas intervenciones.
P. Hay personas que se operan, pero que por el rechazo social prefieren mantener su anonimato. Usted no. ?C¨®mo lo lleva?
R. He tenido que aceptar como algo normal que me insulten por la calle; lo asumo porque hablo por aquellos que no pueden hablar. Es una patolog¨ªa con ra¨ªces muy hondas y quien la vea como una frivolidad no entiende a los transexuales y est¨¢ lleno de prejuicios.
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