Un viejo 'delf¨ªn' de la familia socialista

Con el nombramiento de Laurent Fabius, el primer ministro franc¨¦s ha reagrupado en torno a s¨ª a la totalidad de la familia socialista, adem¨¢s de incorporar a su Gabinete a un hombre brillante. A riesgo de desatar las elevadas ambiciones del actual presidente de la Asamblea, de devolverle a la competici¨®n por la presidencia de la Rep¨²blica o la jefatura del Gobierno, llegado el caso, Lionel Jospin ha querido poner t¨¦rmino al desencuentro con el hombre que hace 10 a?os aspiraba, como ¨¦l, a suceder a Fran?ois Mitterrand al frente del socialismo franc¨¦s.La decisi¨®n adoptada por el primer ministro tiene una elevada carga simb¨®lica en lo que supone de reconciliaci¨®n interna y de prop¨®sito de no marginar a la corriente interna que lidera, pasivamente en los ¨²ltimos tiempos, Laurent Fabius.

Herederos naturales del mitterrandismo -en los tiempos en los que esa herencia era considerada todav¨ªa como un verdadero capital en la izquierda francesa y no aparec¨ªa te?ida de sospecha-, Fabius y Jospin se enfrentaron en el congreso de Rennes de marzo de 1990 en una descarnada guerra de mociones resuelta por la m¨ªnima a favor del hoy primer ministro franc¨¦s.

Aunque la rivalidad entre estos dos hombres de temperamento tan opuesto estaba precedida ya por las diferencias pol¨ªticas y los agravios mutuos, Rennes acarre¨® el ostracismo pol¨ªtico para un exprimer ministro envuelto posteriormente en el esc¨¢ndalo de la sangre contaminada.

A sus 53 a?os, Laurent Fabius no ha ocultado demasiado que el cargo de presidente de la Asamblea, que ha ejercido con su conocida solvencia, estaba lejos de colmar sus ambiciones pol¨ªticas. Para nadie era un secreto que el antiguo primer ministro se aburr¨ªa mortalmente en su puesto y que estaba deseando pasar a la acci¨®n.

Pese a sus reiteradas declaraciones a favor de la reducci¨®n de los impuestos, de la rebaja de las cargas fiscales a las empresas, Fabius no ha traspasado nunca la l¨ªnea amarilla que hubieran hecho sonar las alarmas en Matignon (sede de la jefatura del Gobierno), aunque siempre han creado inquietud en la sede del Partido Socialista.

Una vez exonerado de toda culpa en el caso de la sangre contaminada, el presidente de la Asamblea pidi¨® a su viejo rival Jospin, en diciembre ¨²ltimo, un destino m¨¢s activo. El descr¨¦dito cosechado por Christian Sautter, sucesor frustrado de Dominique Strauss-Kant, ha llevado a Jospin a rellenar el enorme hueco abierto en Econom¨ªa con un peso pesado de la pol¨ªtica como Laurent Fabius.