Malestar en el socialismo franc¨¦s por la entrada en el Gobierno de Lang y Fabius
La inclusi¨®n de los fieles mitterrandistas Laurent Fabius y Jack Lang en el nuevo Gabinete de Lionel Jospin ha levantado verdaderas ampollas en el interior del Partido Socialista franc¨¦s (PS), y particularmente entre los m¨¢s devotos jospinianos. Estos sectores dominantes no terminan de entender que un hombre que reconstruy¨® su reputaci¨®n pol¨ªtica marcando sus distancias con el pasado haya recuperado ahora a los viejos rivales herederos simb¨®licos del mitterrandismo.
Los sectores dominantes en el PS temen que la incorporaci¨®n de Fabius y Lang eclipse el proceso de renovaci¨®n y regeneraci¨®n del partido y acabe desatando, con el tiempo, las luchas internas. El peso pol¨ªtico espec¨ªfico del ex primer ministro y actual titular de Econom¨ªa, Laurent Fabius, cuestiona, por s¨ª mismo, el liderazgo exclusivo de Lionel Jospin y puede llegar a desdibujar su papel de ¨¢rbitro de "izquierda plural". Se comprende mejor ahora el escueto y hasta lac¨®nico comunicado con el que la direcci¨®n del PS, que dirige Fran?ois Hollande, "salud¨®" el lunes los nombramientos. Las opiniones que afloran estos d¨ªas en los c¨ªrculos socialistas parecen acreditar el principio psicol¨®gico de que "la primera reacci¨®n es siempre la m¨¢s significativa".
Frente a quienes argumentan, en sentido contrario, que esa funci¨®n capital de liderazgo nunca estuvo amenazada en la etapa anterior con un pol¨ªtico de talla como Dominique Strauss-Kahn, algunos jospinistas subrayan que el anterior ministro de Econom¨ªa, hoy procesado, siempre mostr¨® por Jospin una fidelidad fuera de toda duda. Esa fidelidad, compartida igualmente por la ministra de Trabajo, Martine Aubry, explica que los peleas internas entre los titulares de los ministerios m¨¢s poderosos hayan permanecido siempre en un plano soterrado, sin llegar a pasar a mayores. Desde ese punto de vista, la incorporaci¨®n al Gobierno de un competidor natural del primer ministro terminar¨¢ abriendo en el Gabinete una dura competici¨®n por ampliar la esfera de influencia entre aquellos l¨ªderes -l¨¦ase Martine Aubry, Laurent Fabius y quiz¨¢ tambi¨¦n la elogiada ministra de Justicia, Elisabeth Guigou- que aspiran a sustituir, en su momento, a Lionel Jospin. Piensan que aunque la comuni¨®n en el Ejecutivo de todas las familias socialistas ofrece una imagen de Gabinete m¨¢s compacta y curtida, la operaci¨®n puede terminar agrietando la unidad del Gobierno y no tiene por qu¨¦ redundar necesariamente en una mayor capacidad electoral.
Pese a que las elecciones legislativas y presidenciales quedan todav¨ªa muy lejos, en 2002, el cuadro de situaci¨®n prefigura, seg¨²n esas fuentes, una pelea interna socialista por el liderazgo o viceliderazgo, adem¨¢s, claro est¨¢, de un enfrentamiento total derecha-izquierda, de una batalla por la presidencia de la Rep¨²blica entre el actual jefe de Estado, Jacques Chirac, y el primer ministro, Lionel Jospin. En su ¨²ltimo editorial, el director del diario Le Monde, Jean-Marie Colombani, ha propuesto la convocatoria inmediata de elecciones para evitar que las necesarias reformas queden enterradas en el inevitable clima electoralista que previsiblemente va a instalarse en Francia durante estos dos a?os que restan. S¨®lo con contemplar -al parecer, de muy buen grado- el desarrollo de la crisis gubernamental, el presidente Chirac ha ganado en los sondeos en unas pocas semanas la friolera de nueve puntos. Antes de medir sus fuerzas, el nuevo Gobierno de la "izquierda plural" tendr¨¢ que demostrar que es capaz de desactivar o superar sin da?o esa "primavera popular 2000" augurada por el reelegido secretario nacional del PCF, Robert Hue.
La recomposici¨®n del equipo ministerial -"no hay un cambio de Gobierno, sino cambios en el Gobierno", ha apuntado con su proverbial habilidad Lionel Jospin- ha oxigenado efectivamente al Gobierno, pero no le garantiza una tregua en el terreno de las movilizaciones sociales. La coordinadora de centros escolares en huelga movilizar¨¢ hoy al profesorado para mostrarle al nuevo ministro de Educaci¨®n que no puede abrir ning¨²n comp¨¢s de espera. Por su parte, la intersindical de los funcionarios de finanzas pretende que Laurent Fabius les d¨¦ garant¨ªas inmediatas de que el Gobierno ha abandonado definitivamente su reforma sectorial. Lejos de mostrarse resignado ante la sucesi¨®n de proyectos bloqueados por la oposici¨®n o por las movilizaciones sociales, el primer ministro ha asignado p¨²blicamente a su nuevo equipo la misi¨®n de "ampliar el movimiento de reformas".
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