Moneo afirma que los cambios impuestos mejoran su ampliaci¨®n del Prado Los arquitectos arropan sus ideas en un debate p¨²blico lleno de expectaci¨®n
"Prefiero cortarle las orejas a un victorino que descabellar a un toro d¨®cil y facil¨®n de Domecq". Con este s¨ªmil taurino explic¨® ayer Rafael Moneo su relaci¨®n con el proyecto de ampliaci¨®n del Museo del Prado. Fue casi lo ¨²nico espa?ol de un debate de lo m¨¢s europeo, celebrado en el Club de Debates Urbanos, en Madrid. Arropado por sus compa?eros de profesi¨®n, numerosos estudiantes de arquitectura y ciudadanos interesados en saber m¨¢s de este secret¨ªsimo proyecto, Moneo defendi¨® ayer su trabajo, que, seg¨²n confes¨®, hace a?os que le quita el sue?o. Como resumen, Rafael Moneo dijo que los cambios impuestos y aprobados por el patronato del Prado mejoran sus propuestas iniciales.
Rodeado de maquetas, paneles y un centenar de diapositivas y micr¨®fono en ristre, Rafael Moneo pudo defenderse ayer por primera vez en p¨²blico de los ataques conservadores y conservacionistas que ha venido sufriendo de parte de la Iglesia y de un vecindario belicoso. Entusiasta y convincente, Moneo pas¨® a la ofensiva llev¨¢ndose incluso los ladrillos con los que revestir¨¢ el nuevo volumen que "abrazar¨¢ y envolver¨¢" el supermod¨¦lico claustro de los Jer¨®nimos. No tuvo necesidad de tir¨¢rselos a nadie porque el acto organizado por el Club de Debates Urbanos transcurri¨® civilizado y tranquilo.Tras recordar que m¨¢s de 700 arquitectos fracasaron en el intento de dar soluciones factibles a la ampliaci¨®n del museo, Moneo defendi¨® la ampliaci¨®n de las dependencias como "necesaria por la presi¨®n que ejercen los visitantes y de habilitar nuevos usos que permitan volver a gozar de un edificio cuya colecci¨®n permanente es para m¨ª intocable. Las gentes que vienen al museo necesitan ser tratadas con m¨¢s gentileza, tener tiendas, aseos y guardarropas a su alcance y poder visitar los cuadros de Vel¨¢zquez o de Goya en el mismo sitio donde los vieron la ¨²ltima vez sin que una exposici¨®n temporal se lo impida".
Para Moneo, su reforma incide en la zona m¨¢s deteriorada del museo y se realiza adem¨¢s en el ¨²nico suelo que hab¨ªa disponible. "Podr¨ªamos haber expropiado el edificio de Aldeasa pero ?qu¨¦ habr¨ªan dicho los vecinos ante semejante acto dictatorial? Adem¨¢s, eso habr¨ªa costado miles de millones y habr¨ªa supuesto duplicar el Prado en otro edificio, lo que hubiera impedido mantener la unidad entre colecci¨®n y arquitectura".
Moneo dio un cursillo acelerado sobre la historia del edificio, repas¨® las sucesivas reformas y compar¨® la suya con otras realizadas por otros museos del mundo. Subray¨® que la suya es mucho m¨¢s ambiciosa de lo que se ha dicho: "Ganaremos 16.000 metros cuadrados y mil metros cuadrados m¨¢s con la actuaci¨®n sobre el ¨¢bside de Villanueva, lo cual supone ganar el 50% de la superficie total".
El arquitecto defendi¨® su actuaci¨®n como muy compleja e insisti¨® en que tanto la iglesia de los Jer¨®nimos como el claustro saldr¨¢n muy mejorados de las obras. En cuanto a los cambios que le ha obligado a realizar el patronato, Moneo no pareci¨® dar importancia a la desaparici¨®n de la cu?a acristalada que hab¨ªa previsto en un principio: "Prescindir del vidrio es bueno. La sustituci¨®n por el parterre aterrazado permite habilitar un patio que permite abrir el paso hasta el ¨¢bside de Villanueva, lo que realzar¨¢ la arquitectura original del edificio. Y el retranqueo del nuevo volumen que se edificar¨¢ sirve para despejar espacios y para dar m¨¢s vistosidad al nuevo edificio".
Una ovaci¨®n cerrada salud¨® la intervenci¨®n del arquitecto, seguida con respeto absoluto por el p¨²blico durante dos horas y media. Luego tomaron la palabra los arquitectos. Ricardo Aroca dijo que el encargo es malo pero la soluci¨®n es buena. El pintor Ant¨®n Pati?o celebr¨® el final de la etapa de oscurantismo y alab¨® el rigor, la versatilidad y la sobriedad de Moneo. El punto cr¨ªtico lo puso Luis Fern¨¢ndez Galiano que, utilizando la jerga taurina, se?al¨® que "el maestro no deber¨ªa haber lidiado nunca este toro que tira tantas cornadas". Adem¨¢s, reproch¨® que Moneo ense?ara s¨®lo vistas a¨¦reas de su proyecto y que no mostrara ninguna a ras de suelo y propuso una alternativa: realizar la ampliaci¨®n por la puerta norte en vez de por la puerta este. Moneo respondi¨® a eso se?alando que su proyecto permitir¨¢ ganar m¨¢s metros, habilitar dependencias acad¨¦micas que responden a las comprensibles ambiciones de los directores del museo y concluy¨® diciendo que ¨¦se es el ¨²nico suelo disponible, que no se trata de un proyecto personal, sino de un proyecto de museo.
Fern¨¢ndez Galiano replic¨® diciendo que era el pe¨®n que habla al maestro desde la barrera y que Moneo para el resto de arquitectos espa?oles es como Almod¨®var y Banderas. "Pero t¨² has dicho dej¨¢dme solo y los peones te miramos con horror".
Moneo prometi¨® que quedar¨¢n espacios interiores espl¨¦ndidos. Acept¨® que la salas de exposici¨®n ser¨¢n dos rect¨¢ngulos neutros con poca luz natural y confi¨® en que el paso de los dibujos a la construcci¨®n le permitir¨¢ encontrar soluciones para rematar la fachada del edificio. Por fin, en una improvisada conferencia de prensa, el arquitecto defendi¨® los criterios del cliente, aunque acept¨® que le han hecho el trabajo mucho m¨¢s complejo y dif¨ªcil: "La ampliaci¨®n es l¨®gica y potencia el edificio y su entorno. Los ¨²ltimos cambios van a mejorar mis proyectos anteriores. Sobre todo porque todos los ojos se van a dirigir hacia el ¨¢bside de Villanueva".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.