Retiro espiritual

Desde que el mundo es mundo, la monta?a ha proyectado su sombra en el lado irracional de los hombres: morada de dioses y demonios, escenario de leyendas, asiento de aras y d¨®lmenes, lugar de r¨¢bidas y asciterios, mansi¨®n la m¨¢s conforme para solitarios... Esto se ve con claridad, divinamente, en los montes escurialenses.Seg¨²n las cuentas del padre Vicu?a (An¨¦cdotas de El Escorial), aqu¨ª hubo desde tiempos inmemoriales nueve ermitas: la de San Juan de Malag¨®n, en el puerto hom¨®nimo; la de San Benito, en el cerro del mismo nombre; la de la Trinidad, en Campillo; la de la Consolaci¨®n, en Zarzalejo; la de la Virgen de Gracia y la de Fuentel¨¢mparas, en La Herrer¨ªa; y las de las tres eminencias gran¨ªticas de la Machota Chica, conocida por ello como los Tres Ermita?os.

"No fueron destruidas", comenta el mismo autor, "ni en las luchas de la Reconquista, porque hasta los moros las respetaron como si las ermitas fuesen sus morabitos y los ermita?os sus santones". Hoy, que la mayor¨ªa ha desaparecido sin dejar rastro, cabr¨ªa inferir que lo irracional anda de capa ca¨ªda en El Escorial. Pero no. Pasad un s¨¢bado cualquiera por la intersecci¨®n de las carreteras de Valdemorillo (M-600) y ?vila (M-505) y ver¨¦is una c¨¢fila de pedig¨¹e?os, tullidos, deficientes mentales y personas aparentemente normales desfilando hacia el cercano Prado Nuevo, donde la Virgen se manifiesta por boca de do?a Amparo, o eso les gusta creer.

Muy enrevesado nos parece el credo de esta gente que espera un milagro en medio de la multitud y precisamente el s¨¢bado. Nada nos cuesta, sin embargo, entender a aquellos ascetas que buscaron el b¨¢lsamo de la paz y del silencio en los Tres Ermita?os, y seguir sus pasos por estos agrios canchales donde ahora est¨¢n floreciendo las peon¨ªas y los lirios, doblemente hermosos en su soledad, ajenos a toda simulaci¨®n, sin esperar ni ser esperados. Para nosotros, el milagro de todos los s¨¢bados es hallar un monte solitario. Para subir a los Tres Ermita?os -o Machota Chica, que tanto monta-, tomaremos como punto de partida la silla de Felipe II. Nada nuevo diremos de la vista que ofrece del monasterio de San Lorenzo y del monte Abantos porque es de sobra conocida y porque lo que a nosotros nos interesa queda justo en direcci¨®n contraria, a espaldas del observador. All¨ª despuntan las dos tetas gran¨ªticas de las Machotas: la Machota Alta o pico del Fraile (1.461 metros) y, a la izquierda de ¨¦sta, la Machota Chica o los Tres Ermita?os (1.404). Hacia el canal o escotadura inter mammas -collado de Entrecabezas, 1.274 metros- deberemos dirigir nuestros pasos.

Con esa gu¨ªa nos echaremos a andar monte arriba por el sendero de gran recorrido GR-10, que para mayor comodidad est¨¢ se?alizado con trazos de pintura blanca y roja. Enseguida rebasaremos las ruinas de una antigua casa de guardas, subiremos luego largo trecho junto a una cerca de piedra -a la sombra de bellos melojos y arces de Montpellier- y, al llegar a una confluencia de fincas, saltaremos al lado contrario para seguir subiendo por la izquierda de una nueva tapia. Poco m¨¢s adelante, un portillo bastante cutre -un somier reciclado- nos invitar¨¢ a franquear esta ¨²ltima valla para ascender ya sin m¨¢s trabas hasta el collado de Entrecabezas.

Cerca de una hora nos habr¨¢ llevado la subida hasta este verde portacho donde se juntan ambas Machotas y donde una pe?a exhibe una flecha a la izquierda y esta inscripci¨®n: "Senda de los 3 ermita?os". Media hora m¨¢s nos tomar¨¢, siguiendo la direcci¨®n indicada, recorrer las tres c¨²spides gran¨ªticas que integran esta ¨¢spera monta?ita, llena de riscos, bolos en equilibrio y vericuetos, que recuerdan a los de la Pedriza. En el mogote cimero hay un v¨¦rtice geod¨¦sico y un buz¨®n de monta?a, hay vistas de p¨¢jaro sobre Zarzalejo, la serrezuela de la Almenara, las dehesas de El Escorial y el embalse de Valmayor. Pero, sobre todo, hay una soledad divina.