Magia
Dios es un prestidigitador al que le da lo mismo sacar de la chistera una mosca que un hombre, por eso tenemos la misma composici¨®n cualitativa. La chistera, a primera vista, est¨¢ vac¨ªa, si bien los cient¨ªficos, con la ayuda de poderos¨ªsimas lentes, han descubierto en su fondo unos polvitos llamados cromosomas. Nada por aqu¨ª, nada por all¨¢. Cuando sale un hombre, Dios le da unos pases m¨¢gicos por la cabeza y le mete dentro otra cosa, invisible tambi¨¦n, llamada idea. De ah¨ª que muchos hombres est¨¦n obsesionados con ser vascos, franceses o austroh¨²ngaros, sin darse cuenta de que basta un tropez¨®n para que los cromosomas se descoloquen y devenga uno en gusano. En los laboratorios, tras perturbar un poco a las moscas comunes, no s¨®lo las convierten en Drosophilas melanogasters, sino que ellas se lo creen y empiezan a criar ojos en la espalda o patas en la frente. Los sabios piensan que est¨¢n a punto de pillar el truco, pero cuanto m¨¢s se adentran en la chistera m¨¢s llena est¨¢ de nada. Parece cosa del diablo, valga la paradoja.Entretanto, la funci¨®n contin¨²a. Y si a los hombres les hace creer que son espa?oles o suecos, altos o bajos, cat¨®licos o mahometanos, con los gusanos practica un n¨²mero alucinante: la metamorfosis. Nada por aqu¨ª, nada por all¨¢. Ahora envolvemos al bicho en un capullo de seda, lo sumimos en una especie de trance hipn¨®tico, y mientras el animal duerme, los espectadores sue?an que se convierte en mariposa. La mariposa pone un huevo del que sale ella misma otra vez convertida en gusano, y vuelta a empezar. Es muy mon¨®tono, de acuerdo, como la tele, pero no puedes dejar de mirar.
Nada por aqu¨ª, nada por all¨¢. Parece dif¨ªcil de entender, aunque nosotros, que estamos hechos a la imagen y semejanza de Dios, tambi¨¦n somos capaces de habilidades sorprendentes. Metemos en la chistera, por ejemplo, a manera de cromosomas, unas letras y, ?zas!, sacamos un cerdo. Lo introducimos de nuevo en el sombrero, removemos un poco y sale convertido en un credo, o en un cedro. Y si metemos un hombre sacamos un hembro, que es el masculino de hembra. O sea, que siempre sale lo mismo que entra, pero siempre parece distinto. Pura magia. Nada por aqu¨ª, nada por all¨¢.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.