Medios y fines
Las estrategias de los partidos pueden obedecer a muchas, variadas y en ocasiones incompatibles l¨®gicas, que, en ¨²ltima instancia, se pueden sintetizar en dos grandes opciones: fines y medios. Cuando en la acci¨®n pol¨ªtica se eligen fines, lo que se pretende es lograr determinados beneficios para el determinado conjunto de personas y de intereses que, se supone, ese partido representa en la sociedad. Cuando se eligen medios, lo que se pretende es fortalecer el partido para as¨ª lograr mejor esos fines.Por supuesto, no voy a discutir la veracidad de esa voluntad trascendente de los partidos, pero s¨ª es cuesti¨®n de hacer notar algo bastante obvio. Que los medios se convierten en fines. Y tambi¨¦n de se?alar algo no tan obvio: un exceso en reforzar los medios, marginado los fines, acaba en demasiadas ocasiones por repercutir negativamente sobre los propios medios. Dos ejemplos.
El Partido Socialista de Euskadi (PSE) dice que no va a pactar con el Partido Nacionalista Vasco (PNV) aunque ¨¦ste deje Lizarra. Parece evidente que el PSE ha optado por los medios. Es decir, ha apostado por el poder en solitario (o con socios mas complacientes ). No est¨¢ dispuesto a pactar bajo ninguna circunstancia con el PNV, a no ser que se crea que presionando m¨¢s al PNV, ¨¦ste dejar¨¢ de ser nacionalista. No me consta que el PSE sea un partido de ignorantes, por lo que no ha podido apostar por semejante dislate. No quiere pactar y punto.
La ¨²ltima historia de la ¨²ltima canallada contra un concejal del PSE de Getxo es una buena muestra de esa falta de voluntad. Dicen que no se manifiestan junto con el PNV porque el sitio elegido para la manifestaci¨®n cae un poco a desmano. Es decir, el t¨ªpico supuesto de voluntad de confluencia frustrado por insuperables barreras f¨¢cticas.
No parece importarle -al menos, a corto plazo- el conjunto de la sociedad (o el conjunto de su sociedad); un conjunto que, con una mayor gobernabilidad y con una presencia del Partido Socialista de Euskadi en una mesa (o lo que sea) en la que se discuta y prefigure el futuro del autogobierno de este pa¨ªs, probablemente ganar¨ªa en certezas colectivas y cohesi¨®n social, en iniciativas colectivas y en esperanzas compartidas. Parece que el PSE apuesta por el medio (mandar) para as¨ª, se supone, lograr mejor sus fines a largo plazo; es decir, poder impulsar la sociedad hacia la cohesi¨®n, la esperanza, etc¨¦tera.
Aqu¨ª es donde entra el efecto negativo. Secuencia probable ante esta negativa al pacto: crisis del Gobierno vasco; nuevas elecciones; el Partido Socialista de Euskadi aparece por un lado como alguien intransigente y por otro lado como alguien demasiado d¨¦bil como para gobernar con firmeza y con propuestas integradoras. Resultado: menos votos. Consecuencia: la opci¨®n por los medios debilita a los medios y aleja los fines.
Todav¨ªa es mas llamativo el error estrat¨¦gico de Euskal Herritarrok, quien en Udalbiltza se niega pedir a ETA una tregua. Cree que su posici¨®n, sus demandas, se ver¨¢n mas legitimadas y mas atendidas -ser¨¢ m¨¢s fuerte- si ETA contin¨²a matando. Elige medios. Porque no puede pas¨¢rsele por la mente que sus fines -soberan¨ªa- se van a acercar m¨¢s con ETA en acci¨®n, cuando la realidad demuestra hasta la saciedad que la soberan¨ªa se aleja a la misma velocidad con la que ETA se acerca.
Sin embargo, en este caso el error es m¨¢s de bulto, porque la debilitaci¨®n de Euskal Herritarrok, del medio, ni siquiera es una consecuencia de no conseguir los fines; proviene directamente de la complacencia con un medio -ETA- cuyas consecuencias son siempre perversas en todas las dimensiones y para todo y todos los que le rodean.
Quiz¨¢s estos partidos u organizaciones, obsesionados por los medios, desistan de sus obsesiones cuando comprueben que no consiguen ni medios ni fines. Pero mientras lo comprueban, convendr¨ªa recordarles que ya empezamos a tener prisa para que resuelvan nuestras desasosiegos y temores, o al menos para que nos ayuden a resolverlos. Luego tendr¨¢n todo el tiempo que quieran para sentirse m¨¢s fuertes. Pero ahora es nuestro turno.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.