El fantasma del Manchester
A principios de los noventa, cuando Paul Scholes y David Beckham jugaban en el equipo juvenil del Manchester, ten¨ªan la costumbre de felicitarse al acabar sus mejores partidos con estas palabras: "We were Real Madrid today" (Hoy fuimos el Real Madrid). Ma?ana los canteranos del campe¨®n de Europa tendr¨¢n la oportunidad por primera vez de medirse contra el equipo que poblaba las fantas¨ªas de su juventud. No se lo hubieran cre¨ªdo cuando ten¨ªan quince a?os pero la realidad es que llegar¨¢n al Bernab¨¦u en clara condici¨®n de favoritos. Es m¨¢s, si mantienen el nivel que han mostrado en los nueve partido jugados entre el 1 de marzo y el 1 de abril (siete victorias, dos empates, 24 goles a favor, cinco en contra) no s¨®lo parece improbable que el Madrid les pueda vencer, sino que a de aqu¨ª a unos a?os puede que los juveniles madridistas se digan entre s¨ª despu¨¦s de haber jugado bien: "Hoy fuimos el Manchester". ?A qui¨¦n destacar entre los jugadores de un equipo cuya gran virtud es que el todo es mayor que la suma de las partes? El m¨¢s conocido es David Beckham, que desde que se rap¨® la cabeza hace dos semanas parece haber experimentado un efecto Sans¨®n al reves: ha marcado tres goles y creado seis. Ryan Giggs, el Figo gal¨¦s, obligar¨¢ a Michel Salgado a pensar dos, o tres, veces antes de lanzarse a las aventuras ofensivas que tipifican su estilo de juego. Roy Keane, el capit¨¢n de los capitanes, es un centrocampista de talante defensivo que ha marcado seis goles en competici¨®n europea esta temporada. Si se a?ade a la mezcla el eje delantero de Dwight Yorke y Andy Cole se puede deducir que la, desde ya, fr¨¢gil defensa madridista tendr¨¢ las manos llenas en estos cuartos de final. Otro problema del Madrid ser¨¢ que, aunque logren detener a los delanteros, se van a tener que enfrentar tambi¨¦n al fantasma del medio campo ingl¨¦s, Paul Scholes. Es posible que Scholes sea, como dicen del golfista espa?ol Miguel Angel Jim¨¦nez en los Estados Unidos, el mejor jugador desconocido del mundo. El peque?o pelirrojo es tan t¨ªmido que cuando marc¨® tres goles contra Polonia para la selecci¨®n inglesa en marzo del a?o pasado, y lo eligieron el mejor jugador del partido, lo tuvieron que llevar casi a punta de pistola para que hiciera la entrevista obligatoria ante las c¨¢maras. A diferencia de Beckham, nadie sabe lo m¨¢s m¨ªnimo de su vida privada. Por el simple hecho de que a nadie le interesa. Y cuando se habla de traspasos -que si Beckham al Bar?a, que si Giggs a la Juve, que si Keane al Madrid- Scholes simplemente no figura. Pero figurar¨¢. Como tambi¨¦n ser¨ªa sensato que figurara en los planes de Vicente del Bosque antes del partido de ma?ana. Scholes, un personaje que se transforma cuando entra en el terreno de juego, como si de una especie de Jekyll y Hyde se tratase. En defensa, por ejemplo, es un tigre. En el partido que jug¨® en la selecci¨®n inglesa despu¨¦s de conseguir su hat-trick contra Polonia recibi¨® la tarjeta roja por, digamos, el entusiasmo excesivo de sus entradas. En su habitual posici¨®n de media punta es un jugador que pocas veces se equivoca en el pase; que siempre, como Guardiola, parece elegir la mejor opci¨®n; que nunca desespera ni a los aficionados ni al entrenador, porque hace lo que el observador inteligente espera que tiene que hacer. Pero de repente hace lo inesperado. Aparece en el area y marca un gol de cabeza, o con el tac¨®n. O con su disparo (es igual que sea la derecha o la zurda) desde fuera del area, como el gol que marc¨® hace nueve d¨ªas contra el Bradford, de volea, directo de un c¨®rner de Beckham -ya consagrado en Inglaterra como el mejor gol de la temporada-. En sus 213 partidos con el Manchester desde su debut en Primera, a los 19 a?os, en septiembre de 1994, ha marcado 58 goles. En 21 partidos con la selecci¨®n inglesa, donde es titular incondicional, ha marcado nueve. No est¨¢ mal para un jugador cuya misi¨®n prioritaria en el campo no es la del goleador. Parece, a primera vista, casi absurdo decirlo, pero Scholes es el heredero de Cantona. Parece absurdo porque Scholes carece en absoluto de ese carisma, esa presencia magistral en el campo, que ten¨ªa el franc¨¦s, el jugador mas querido por la afici¨®n de los diablos rojos desde los tiempos de Charlton y Best. Pero Scholes es igual de efectivo, cuando llega el momento de la verdad, que Cantona, de quien el ingl¨¦s ha dicho que aprendi¨® much¨ªsimo. Scholes es letal, porque durante gran parte de los partidos no se impone al rival. Se encarga de engrasar la maquinaria del equipo, con la paciencia de un cazador. Casi invisible. Hasta que ve a su presa y la asesina con un flechazo demoledor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.