Sotos niega que alterara las cuentas de la PSV para tapar irregularidades
El presidente de la gestora IGS y director de la cooperativa de viviendas sociales PSV -impulsada por la UGT- hasta 1993, Carlos Sotos, neg¨® ayer que la primera maquillara las cuentas para ocultar irregularidades. Sotos, el primero de los siete imputados en prestar declaraci¨®n, ayer, en el juicio en la Audiencia Nacional, atribuy¨® la confusi¨®n contable y la paralizaci¨®n del proyecto al modelo de financiaci¨®n que impusieron los bancos.
Las cuatro horas de declaraci¨®n de Carlos Sotos -a diferencia de lo que sucedi¨® en la sesi¨®n de apertura del juicio, a finales de marzo-, transcurrieron sin incidentes. El tribunal desestim¨® todas las cuestiones previas planteadas por las defensas. Con cuatro decenas de afectados en la sala y apenas una docena con pancartas alusivas al fracaso del proyecto en el exterior de la Audiencia Nacional, la declaraci¨®n de Sotos se convirti¨® en un prolijo duelo suyo con el fiscal, Vicente Gonz¨¢lez.Gonz¨¢lez, promoci¨®n a promoci¨®n -la PSV lleg¨® a mantener 165-, intent¨® aclarar, interrogando a Sotos, qu¨¦ suced¨ªa con los dep¨®sitos de los cooperativistas desde que firmaban su contrato y el dinero era ingresado en cuentas de la cooperativa.
Tras plantear 76 preguntas previas, el fiscal lanz¨® la cuesti¨®n clave: "?Maquill¨® IGS las cuentas de la PSV para hacer cuadrar ingresos y gastos y convencer a los cooperativistas de que su dinero estaba siendo correctamente empleado?". Sotos neg¨® con ¨¦nfasis. No hubo maquillaje de cuentas, IGS no funcion¨® con el criterio de caja ¨²nica y la complejidad contable, con asientos de presupuestos promoci¨®n a promoci¨®n fue impuesta por las entidades financieras. ?stas, seg¨²n Sotos, impusieron la separaci¨®n contable para cada proyecto de la cooperativa como condici¨®n para financiarlos, lo que a la postre, afirm¨®, determin¨® la paralizaci¨®n del proyecto.
El prolijo interrogatorio del fiscal s¨ª arranc¨® a Sotos respuestas concretas a hechos importantes para la causa. As¨ª, el que fuera m¨¢ximo responsable del proyecto cooperativo reconoci¨® que el sindicato UGT, su impulsor, ingresaba 80.000 pesetas por cada vivienda adjudicada. El ingreso fue pactado entre el propio Sotos y el entonces responsable de finanzas del sindicato, Paulino Barrab¨¦s, mediante un documento privado firmado en junio de 1988. Sotos, que admiti¨® haber cobrado de IGS 20 millones brutos anuales de salario, precis¨® que ese ingreso, para compensar al sindicato por su apoyo, fue pactado con los cooperativistas.
Sotos admiti¨® tambi¨¦n que el dinero de los socios pasaba de la cuenta de la promoci¨®n de la PSV de que se tratara a las cuentas de IGS, que prestaba todos los servicios a la cooperativa y que facturaba un 12%, tambi¨¦n aprobado, en concepto de gastos de gesti¨®n.
Ante la insistencia del fiscal, Sotos, en tono encendido, destac¨® que IGS s¨®lo pod¨ªa funcionar de esa forma y que el flujo de dinero se contabilizaba tanto en IGS como en la PSV. "Tienen que transferirse [a la gestora los dep¨®sitos] porque, si no, IGS hubiera sido un regalo de Navidad", asegur¨®.
En toda su declaraci¨®n Sotos cuestion¨® el informe pericial de las cuentas de la PSV, base de la acusaci¨®n del fiscal. ?ste pide ocho a?os y dos meses de prisi¨®n a los imputados.
Parcela por parcela
Parcela por parcela. ?sa fue la mec¨¢nica que sigui¨® el fiscal, Vicente Gonz¨¢lez, en el interrogatorio de Carlos Sotos, el principal imputado en el caso PSV. Y esa misma estrategia fue la que volvi¨® loco al acusado, que, en un momento determinado, le espet¨®: "Llevo siete a?os intentando no volverme loco. As¨ª que le pedir¨ªa que dijera cu¨¢ndo se refiere a datos generales y cu¨¢ndo a espec¨ªficos". Estas palabras provocaron la inmediata intervenci¨®n del presidente del tribunal, el magistrado Siro Garc¨ªa. "No atribuya su demencia al ministerio fiscal, que ha formulado muy correctamente su pregunta", le dijo tajante.La confusi¨®n predomin¨® durante todo el interrogatario, aunque ten¨ªa su raz¨®n de ser: el fiscal y el acusado part¨ªan de documentos contables con diferentes nomenclaturas num¨¦ricas para determinar las parcelas de la cooperativa a las que se refer¨ªan. Tanto, que lleg¨® un momento en el que el propio acusado no sab¨ªa si se le preguntaba por una parcela o por una cuesti¨®n general.
Sotos explic¨® la complejidad de la gesti¨®n y achac¨® algunos de los retrasos en la entrega de viviendas a los tr¨¢mites de expropiaci¨®n del suelo cedido por el Ayuntamiento. As¨ª, incluso puntualiz¨® que una perrera privada en los terrenos de la promoci¨®n madrile?a de Orcasitas demor¨® a?os el proyecto.
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