Las demandas contra la industria tabaquera Joan R. Villalb¨ª
Recientemente se ha desvelado que algunas asociaciones de laringectomizados y mutilados de la voz est¨¢n preparando una demanda judicial contra la industria tabaquera. El c¨¢ncer de laringe es una de las consecuencias adversas del consumo de tabaco, relativamente frecuente en nuestro pa¨ªs. El tratamiento puede comportar la lesi¨®n de las cuerdas vocales para salvar la vida del afectado, de modo que los laringectomizados se encuentran en esta situaci¨®n como consecuencia del haber fumado.Esta demanda judicial colectiva se a?ade a las demandas individuales planteadas en los ¨²ltimos meses por distintas personas afectadas por las consecuencias negativas del consumo de tabaco: en ellas, diversos enfermos, generalmente en situaci¨®n personal muy extrema, solicitan una indemnizaci¨®n econ¨®mica como reparaci¨®n a los da?os que les ha causado el tabaco.
Desde nuestra perspectiva sanitaria como parte del movimiento de prevenci¨®n, y sin tener formaci¨®n jur¨ªdica, nos parece ¨²til compartir algunas reflexiones a prop¨®sito de este proceso. El tabaco es un producto muy peculiar: no tiene parang¨®n posible. En efecto, causa lesiones a su usuario al ser utilizado de acuerdo a las instrucciones de uso. No es cuesti¨®n de abuso, ni de error del consumidor: fumar causa da?o. Tanto, que en los ¨²ltimos a?os la industria se ha visto obligada por ley a advertirlo en las cajetillas (aunque procure hacerlo de la forma menos visible posible). Recordemos que lo ha negado y eludido mientras ha podido.
Por otra parte, la naturaleza adictiva de la nicotina es responsable de que la mayor parte de sus usuarios no puedan tener un consumo bajo, sino que la din¨¢mica de dependencia y tolerancia les lleva a un consumo personal relativamente alto y lesivo. La adicci¨®n tambi¨¦n es la causa de que muchas personas no puedan dejar de fumar aunque los efectos nocivos del tabaco sobre su salud sean evidentes.
Sin embargo, la industria busca diariamente nuevos consumidores, dirigiendo preferentemente sus campa?as de promoci¨®n a los menores de edad. La media de inicio en el h¨¢bito de fumar hoy son los 16 a?os, es decir, en plena minor¨ªa de edad. ?Algo casual? No, sencillamente ocurre que poca gente empieza a fumar consciente de lo que hace. Quienes llegan a la mayor¨ªa de edad libres de esta adicci¨®n no la desarrollan m¨¢s que excepcionalmente. Por ello, la publicidad y las otras formas de promoci¨®n del tabaco van dirigidas a suscitar el inicio de los menores. Se trata de algo bien evidente para cualquier analista de las acciones de promoci¨®n y publicidad. Tampoco est¨¢ de m¨¢s recordar que la industria tabaquera ha sido condenada en diversas instancias por publicidad il¨ªcita, en el extranjero y tambi¨¦n en nuestro pa¨ªs.
Por todo ello, las demandas de las v¨ªctimas plantean una din¨¢mica nueva en nuestro pa¨ªs, muy interesante desde el punto de vista de la prevenci¨®n. Por un lado, dan un mensaje social muy claro: el contraste entre los deportistas y modelos que aparecen en los anuncios y las v¨ªctimas reales del tabaco es evidente. Por otro, confrontan a la industria con los efectos de su negocio, planteando expl¨ªcitamente la necesidad de la reparaci¨®n econ¨®mica: individual hasta ahora, colectiva y dirigida a financiar servicios en un futuro pr¨®ximo. Hemos de recordar que los enfermos de c¨¢ncer de laringe que sobreviven a su enfermedad y quedan mutilados de la voz, una vez dados de alta no disponen de servicios de financiaci¨®n p¨²blica de apoyo, rehabilitaci¨®n ni reinserci¨®n.
Como bien sabemos, los procedimientos judiciales son complejos, y nosotros no podemos predecir hoy el resultado de estas demandas. En cualquier caso, plantean una situaci¨®n nueva: el debate social sobre el control del tabaquismo ya no se plantea s¨®lo entre la industria tabaquera y los profesionales de la salud, con el Estado como mediador y regulador. Ahora, las v¨ªctimas del tabaco est¨¢n pasando a la acci¨®n y pidiendo la palabra. Creemos que esto va a cambiar las cosas de forma irreversible
Joan R. Villalb¨ª, doctor en medicina y master en salud p¨²blica, es el presidente del Comit¨¦ Nacional de Prevenci¨®n del Tabaquismo.
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