Dijous Sant
El monument se constitu¨ªa en el centro de la iglesia -sillas de boga, bancos del ayuntamiento y els xiquets y reclinatorios se orientaban hacia el t¨²mulo- y la vida ciudadana giraba en su torno: no se pod¨ªa trabajar -ni la colada: la roba estesa el Dijous Sant ¨¦s bandera del diable, como en la Pascua jud¨ªa, Pesah, que es hoy, luna llena del mes de Nissan- ni comerciar ni barrer. Del lat¨ªn "monumentum", sepultura. El sepulcro de Jes¨²s, al depositar all¨ª la eucarist¨ªa; el pueblo hac¨ªa morir hoy al Nazareno, pero no se sab¨ªa el momento exacto, si al al?ar a D¨¦u, pues sonaba ya la matraca, o en el Gl¨°ria, que era cuando nac¨ªa el Jesuset; encendido debate en el parlamento infantil que es la cuadrilla; ahora -Semper militia est!- los pobres han de discutir sobre el provecho del mar, la monta?a o la nieve para el descanso de estos d¨ªas tan merecido, por algunos.Lo adornaban con flores, plantas, palmas y ramas de olivo y laurel, que cobraban m¨¢gicas gracias de cara a esquivar brujas y malos esp¨ªritus, y cirios -Qui no porta ciri al monument, tot l'any ho sent- que curaban heridas, alejaban tempestades y facilitaban los partos. Los males se conjuraban y se atra¨ªa la buena suerte, llevando maigs, formenteres o grills, unas plantaciones de gram¨ªneas, regadas a menudo y apartadas de la luz, en el celler; al germinar, se obtienen unos brotes espesos, largos y blancos. Las griegas y romanas sembraban los mismos granos en ¨¢nforas para engalanar las simulaciones de la tumba de Adonis, nacido del mirto, que muere joven y resucita para pasar medio a?o con cada una de sus amadas Afrodita (llenan la tierra de flores y frutos) y Pers¨¦fone -dulce calor del desolado invierno-, dios de la vegetaci¨®n y emblema de la vida en desarrollo; jardines de Adonis se llamaban aquellas macetas grilladas.
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