Con viento fresco
Los llamados analistas pol¨ªticos dan por hecho que Aznar regalar¨¢ una cartera ministerial a Villalobos. No s¨¦. S¨¦, desde luego, que si tal probabilidad se cumpliese quedar¨ªa ratificada la sapiencia de un proverbio probablemente infecto de machismo asqueroso: "El que pierde una buena mujer no sabe lo que gana". Imag¨ªnense, por continuar recorriendo la senda de la sabidur¨ªa nauseabunda, la cuant¨ªa de la ganancia cuando la mujer perdida sea un cataclismo del tama?o de Villalobos. No es ya que el PSOE y parte del PP malague?os pudieran respirar tranquilos, es que miles de ciudadanos de M¨¢laga dormir¨¢n por fin pl¨¢cidamente sabiendo que Villalobos y sus chapuzas andan lejos. A efectos de lejan¨ªa, yo a Villalobos la veo, m¨¢s que de ministra, de comisaria en la Ant¨¢rtida de una magna exposici¨®n de cachivaches in¨²tiles. De momento, ya digo, se trata tan s¨®lo de una visi¨®n m¨ªa. Dios permita que servidor deje de ser un visionario.Sin embargo, ir a tomar viento fresco tiene sus inconvenientes incluso en el caso de Villalobos, ya que es sabido que una ministra cargada de querellas criminales debe dedicar buena parte del tiempo a defenderse de los delitos que se le imputan (suponiendo que prosperen las querellas criminales presentadas contra la alcaldesa de M¨¢laga), a no ser que el marido de la futurible ministra sea quien se ocupe de lavar los presuntos lamparones judiciales de su esposa, eventualidad no del todo descartable para la pareja Villalobos-Arriola, tan compenetrada con un presidente de Gobierno en funciones decidido a mantener en su puesto al actual Fiscal General del Estado, hombre servicial y entregado por entero a la causa de la justicia. El se?or don Josep Piqu¨¦ y el caso Ercros ser¨¢n, sin duda, el ¨®ptimo garante y la mejor prueba de lo que afirmo.
Por lo dem¨¢s, dicen que el viento fresco despeja las mentes obtusas y que marcharse con viento fresco suele ser un adecuado remedio cuando se est¨¢ de m¨¢s en alg¨²n sitio, bien porque hasta las piedras y el hormig¨®n as¨ª lo reclamen -en M¨¢laga hay un Palacio Municipal de los Deportes y un t¨²nel de la Alcazaba, entre otras cat¨¢strofes, que est¨¢n reclamando grandes excursiones de Villalobos en busca del c¨¦firo-, bien porque con la escapada se pretenda salvar algo, los muebles por lo menos. Julio C¨¦sar, que escribi¨® muchas p¨¢ginas sobre los b¨¢rbaros aun sin conocer las barbaridades malague?as de Villalobos, llamaba "buscar la salvaci¨®n en la huida" a ese modo de proteger el culo propio, o, si se prefiere, a semejante y apa?ada manera de alcanzar un ministerio.
No obstante, tampoco tengo yo muy seguro que a Villalobos le regalen un despacho en el Madrid de los ministros, por m¨¢s que haya quien se empe?e en repetirnos que esta mujer lo mismo sirve para un roto que para un descosido. Me da en la nasal que si esa probabilidad se cumpliera ser¨ªa porque alguien ha considerado perdida la plaza de M¨¢laga para el PP por mor de una calamidad llamada Villalobos. En fin, una cosa es fracasar en tu tierra y otra muy distinta conducir al fracaso a todo el Gobierno del Estado. Seguro: si le dan el estanque del Retiro, Villalobos hunde otra vez al Titanic.
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