At¨ªn Aya retrata la vida de los ¨²ltimos habitantes de las marismas
Todo empez¨® por una moto, una BMW 1.000 que requer¨ªa de espacios abiertos para hacer kil¨®metros. As¨ª descubri¨® la marisma del Guadalquivir. "Me qued¨¦ sobrecogido por el escenario, por la inmensidad de aquel paisaje inh¨®spito, desolador, con unos atardeceres espectaculares", recuerda At¨ªn Aya, que durante cinco a?os se dedic¨® a retratar a los ¨²ltimos habitantes de las marismas. La Casa de la Provincia de Sevilla inaugura hoy una muestra con 45 im¨¢genes del fot¨®grafo sevillano.
La exposici¨®n Las marismas del Guadalquivir, abierta hasta el 10 de junio, re¨²ne 60 fotograf¨ªas realizadas entre 1991 y 1996, aunque 15 de ellas no han podido ser colgadas por falta de espacio. At¨ªn Aya (Sevilla, 1955), fot¨®grafo de prensa durante muchos a?os, ha recogido en las instant¨¢neas la inmensidad de la marisma, sus paisajes, pero sobre todo, sus habitantes, temporeros que viven alternativamente de la pesca, el arroz, la caza de aves o la recogida de enea en los ca?averales. "Me pregunt¨¦ qui¨¦n viv¨ªa all¨ª y empec¨¦ a buscar a sus ¨²ltimos habitantes, unas 60 familias que viven aisladas en medio de la marisma como hace 80 ¨® 90 a?os. Quer¨ªa fotografiar la marisma como la le¨ªa en las cr¨®nicas de los viajeros ingleses: solitaria, ruda y peligrosa. Me qued¨¦ fascinado por estas personas que llevan una vida dur¨ªsima, de supervivencia", comenta Aya, que comparti¨® con esas familias comidas y amistad. "Con lo que m¨¢s disfrut¨¦ fue con el contacto humano. Me ofrec¨ªan sus guisos y potajes y hasta novia para casarme...". Lo que m¨¢s le atrajo de los ¨²ltimos marisme?os fue "su entereza". "Son gente que conoce su destino y asume el sufrimiento de la vida", dice. La muestra, que se acompa?a de un cat¨¢logo con textos de Lola Garrido, Joaqu¨ªn Araujo y Diego Carrasco, viajar¨¢ despu¨¦s al Centro Conde Duque de Madrid.
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