Amigos y m¨¢s

Alentados por los libreros de M¨¢laga, unos amigos hemos escrito unas palabras para un amigo com¨²n, y a esas palabras de amistad se han unido los trazos de un grupo de pintores tambi¨¦n amigos de nuestro amigo. El resultado es un libro, ¨²nico e inabarcable como el sentimiento que a todos nos une en este libro: la amistad. Nuestro amigo se llama Rafael P¨¦rez Estrada, y es escritor. Si nuestro amigo Rafael P¨¦rez Estrada no hubiese escrito muchas buenas p¨¢ginas de poes¨ªa y de prosa -para algunos cr¨ªticos especializados y para multitud de lectores esas p¨¢ginas se cuentan entre las mejores de la literatura espa?ola de los ¨²ltimos a?os- este libro ¨²nico tambi¨¦n existir¨ªa, porque el hecho de que Rafael no fuese un escritor impreso no podr¨ªa impedir que sea un inmenso contador de historias muy po¨¦ticas, en ocasiones, y siempre prodigiosamente imaginadas, por m¨¢s que resulte rigurosamente cierto lo que ¨¦l mismo dice: "La realidad supera a mi capacidad de crear ficciones".Ahora, la realidad es que el Centro de la Generaci¨®n del 27 de la Diputaci¨®n de M¨¢laga ha pedido a quien corresponda que este a?o el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de la Letras le sea concedido a Rafael P¨¦rez Estrada, y a esa petici¨®n se han ido sumando instituciones nacionales, regionales y locales -C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, Colegio Oficial de Arquitectos de Andaluc¨ªa Oriental, Academia de Bellas Artes de San Telmo- adem¨¢s de multitud de escritores amigos, unas veces, y de lectores, otras, asombrados por la obra de Rafael. A esa petici¨®n tambi¨¦n se suma este libro que los amigos de Rafael P¨¦rez Estrada acabamos de escribir y de pintar para ¨¦l, y a esa petici¨®n sumo desde ya la m¨ªa, ¨¦sta que usted est¨¢ leyendo en el peri¨®dico.

?Puede pensarse, sin embargo, que el mejor m¨¦rito de Rafael para optar a ese reconocimiento que es el Premio Pr¨ªncipe de Asturias somos sus amigos? Quien eso quiera creer, ya sea maliciosa, ya sea bienintencionadamente, desconoce que para nosotros P¨¦rez Estrada es un maestro, y que as¨ª lo llamamos la mayor¨ªa de nosotros. Maestro, a sabiendas de que su magisterio no se limita a lo literario -tambi¨¦n Borges y tantos otros fueron maestros nuestros sin que por ello jam¨¢s los llam¨¢semos de ese modo-, sino que se amplia hasta la infinitud del buen compa?ero que sabe regalarte, sin que t¨² repares en el obsequio, incluso la frase adecuada para un momento crucial de tu vida. En un pa¨ªs tan dado a los gabinetes de amigotes, no me parece impertinente subrayar esta aclaraci¨®n important¨ªsima.

El pasado viernes, los amigos de Rafael P¨¦rez Estrada nos reunimos en el Ateneo de M¨¢laga para entregarle ese libro y para decirle que en sus p¨¢ginas est¨¢n escritos y pintados nuestro cari?o, nuestro respeto y nuestra admiraci¨®n por su persona y por su obra, y viceversa. Pablo Garc¨ªa Baena, que tom¨® la palabra el ¨²ltimo quiz¨¢s para recordarnos que aquella reuni¨®n no pod¨ªa prolongarse tanto como dese¨¢bamos, quiso, adem¨¢s, proponerle a Rafael una excursi¨®n a la playa. Como llega el buen tiempo, parece adecuado que, todos en ba?ador, sepamos que Rafael nos ocultaba un secreto: en su toalla de ba?o hay una farola a cuyos pies est¨¢ escrito "?Vivan los verdiales!"