Rojos
Que esto es una nueva derecha queda demostrado en la composici¨®n del nuevo Gobierno, que ha permitido, por fin, que unos cuantos rojos lleguen al poder. Si sumamos a Celia Villalobos, izquierdista moderada en su juventud, ex j¨®venes radicales de Bandera Roja o del PSUC como las se?oras Del Castillo y Birul¨¦s y el trepidante Josep Piqu¨¦, se comprueba cu¨¢n acertada fue aquella operaci¨®n de que los hijos de familias bien se pasaran al enemigo y luego volvieran a la casa del padre tras apoderarse de la l¨®gica y el c¨®digo del rojer¨ªo. Marx y Escriv¨¢ de Balaguer, Ho Chi Minh y Popper pertenecen, desigualmente, cierto, al sustrato ideol¨®gico de un Gobierno al que P¨ªo Cabanillas aporta un corte de pelo a lo refundador del partido socialista franc¨¦s en los tiempos de Mitterrand. Con raz¨®n Piqu¨¦ le ha dicho que no se corte la melenita. Est¨¢n en todo.Tan en todo est¨¢n que le han quitado el centro a Felipe Gonz¨¢lez y est¨¢n a punto de quitarle Catalu?a a Pujol y el Pa¨ªs Vasco a Arzalluz. En el Pa¨ªs Vasco, acoso y derribo del PNV para propiciar una nueva mayor¨ªa anacionalista y en Catalu?a restar razones a la resistencia aislacionista del nacionalismo moderado con la presencia de Piqu¨¦ y Birul¨¦s en el Gobierno, los dos muy bien considerados por los mismos sectores del poder econ¨®mico catal¨¢n que condicionaron primero el pacto Pujol-Gonz¨¢lez y luego el pacto Pujol-Aznar. Piqu¨¦ y Birul¨¦s no son los ministros catalanes convidados de piedra, a lo Aun¨®s o Gual Villalb¨ª, sino cabezas de puente de una operaci¨®n pospujolista que pasa por encima del cad¨¢ver de CiU, pero no del de Duran Lleida.
Miembros de la Internacional Popular, Duran Lleida y Aznar est¨¢n obligados a encontrarse cuando llegue el momento de repartir la t¨²nica sagrada pujolista. Ya ha reclamado Duran un catalanismo menos emocional y m¨¢s pragm¨¢tico, aunque tanto en Catalu?a como en Euskadi si se sustituye el emocionalismo de CiU y el PNV por el fr¨ªo c¨¢lculo de posibilidades, igual los nacionalemotivos se echan m¨¢s al monte. Esperemos que la fracci¨®n leninista del Gobierno sepa practicar el an¨¢lisis concreto de la situaci¨®n concreta y no se pase de lista. A veces, como dijo Lenin, hay que dar un paso atr¨¢s para luego dar dos adelante.
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