M¨¢s notas de asedio sobre el habla de M¨¢laga
Hace a?os publiqu¨¦ unas Notas de asedio al habla de M¨¢laga, que me parece oportuno volver a considerar. Todas las modalidades ling¨¹¨ªsticas andaluzas proceden de la norma disidente de Sevilla. La malague?a est¨¢ en esa l¨ªnea como consecuencia de un hecho hist¨®rico: la guerra de Granada, que permitir¨ªa en 1492 que los ej¨¦rcitos cristianos entraran en la ciudad. Pero han pasado casi cinco siglos de historia y es l¨®gico que esas hablas revolucionarias no permanecieran est¨¢ticas. As¨ª pues, el habla de M¨¢laga manifiesta hoy sus disidencias tanto frente a Sevilla -motivaci¨®n remota- como frente a Granada -consecuencia inmediata-.Ahora la publicaci¨®n del Atlas ling¨¹¨ªstico de Andaluc¨ªa, al que me refer¨ª en una de estas entregas, nos permite conocer la peculiaridad local de cada una de las capitales andaluzas, como los alcances socioculturales que cada proceso ling¨¹¨ªstico tiene en los hablantes de cada capital. He aqu¨ª la doble sistematizaci¨®n a que debemos atender: la geogr¨¢fica (en este caso comento la norma malague?a) y la sociol¨®gica (enfrentamiento de las modalidades de los diversos grupos sociales en que se fragmenta cada ciudad).
El habla de M¨¢laga es distinta de la que se sigue en Sevilla o Granada, pero es distinta tambi¨¦n la de los diversos grupos sociales, sean percheleros, vendedores del puerto, jardineros... Pero por encima de cualquier diferencia sociol¨®gica que podamos establecer existe, tambi¨¦n, una unidad que identifica al malague?o (hombre o mujer, culto o analfabeto) frente a los granadinos o sevillanos. En esa diversidad de realizaciones de "un sistema normal malague?o" existe tambi¨¦n una uniformidad frente a las otras modalidades andaluzas.
As¨ª, la aspiraci¨®n o p¨¦rdida de la s es el rasgo m¨¢s sobresaliente que opone el habla "innovadora" de los andaluces a la "conservadora" de los espa?oles septentrionales (las normas de Burgos o Toledo). En castellano normativo se dir¨¢ los pies, los t¨ªos, las camas, pero en andaluz de cualquier sitio loh pie, loh t¨ªo, lah cama. Cualquier malague?o se da cuenta de que los granadinos abren mucho las vocales y es un recurso que se percibe sin ser ling¨¹ista. Un malague?o dir¨¢ tengo dolor de pie y no sabemos si le duele uno o los dos, mientras que el granadino lo tiene muy claro por la condici¨®n cerrada o abierta de esa e final.
El habla de M¨¢laga tiene un car¨¢cter ecl¨¦ctico, condicionado por la geograf¨ªa y la historia. Toda la provincia de M¨¢laga es esa ancha calzada por la que los cristianos del norte buscaron asomarse al mar, y la lengua viene a ser el reflejo de muchos hechos culturales. Cualquier malague?o al hablar tiene su propia e inalienable personalidad, que, por grande que ¨¦sta sea, no es insolidaria del grupo al que pertenece.
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