"En televisi¨®n manda la publicidad; estamos todos vendiendo morcillas"
"Los actores espa?oles ir¨¢n pasando por el teatro; no va a ser un medio marginal"
El actor Santiago Ramos (Salamanca, 1949) no hab¨ªa vuelto ha Bilbao desde el rodaje de la pel¨ªcula Hotel y domicilio, de Ernesto del R¨ªo, hace ya cinco a?os. Entonces encarn¨® a un m¨¦dico forense metido en una turbia historia; esta semana se encuentra en el Pa¨ªs Vasco para interpretar la comedia Share 38, una obra teatral cargada de mala leche que gira en torno a la despiadada competencia por las audiencias en la televisi¨®n. Junto a Pep¨®n Nieto, el becario de la serie Periodistas, interpret¨® ayer Share 38 en el Teatro Barakaldo y ma?ana repetir¨¢ la funci¨®n en el Principal de Vitoria. Esta vez le preocupa la competencia: a la misma hora de la representaci¨®n se retransmitir¨¢ el partido de las semifinales de la Champions League entre el Bayern de M¨²nich y el Real Madrid. Su alma de forofo le hace perdonar a quienes elijan quedarse pegados al televisor. Pregunta. Ha vuelto al teatro despu¨¦s de varias temporadas volcado en el cine y en las series de televisi¨®n.
Respuesta. Teatro hace tiempo que no hac¨ªa; lo ¨²ltimo fue Traves¨ªa, de Ferm¨ªn Cabal, y Oleana, de David Mamet, con la misma productora de esta obra.
P. ?Por qu¨¦ abandon¨® temporalmente los escenarios?
R. Porque hice una serie de televisi¨®n, Caf¨¦ con leche, que no se ha puesto, pero est¨¢ hecha, y despu¨¦s Ellas son as¨ª. Han sido un par de a?os con m¨¢s televisi¨®n que otra cosa. Pero ten¨ªa la necesidad de volver al teatro, porque para m¨ª es el medio m¨¢s importante. Toda la vida he hecho una obra de teatro y dos o tres pel¨ªculas al a?o; alg¨²n protagonista, dos papeles. Ese ritmo es el m¨ªo. En mi caso, me dicen que donde brilla m¨¢s mi trabajo es en el teatro. Quiz¨¢ porque me cr¨ªe en eso. El ritmo de memorizaci¨®n, la pureza, me viene muy bien.
P. ?Ha sentido en su propia carne la presi¨®n de las audiencias televisivas de las que hablan en Share 38?
R. S¨ª, claro. Share es el nivel de audiencia y se nota cuando trabajas en televisi¨®n. En la ¨²ltima serie que he hecho estuvimos 13 cap¨ªtulos, filmamos otros 13 y lleg¨® la Semana Santa. Baj¨® la audiencia y liquidamos la serie, aunque hab¨ªa m¨¢s cap¨ªtulos hechos. Es una espada de Damocles. La audiencia influye a todos los trabajadores, no s¨®lo a los guionistas o al director. Confiere una gran inestabilidad. La lucha por el poder y el ¨¦xito es m¨¢s fuerte que en otras formas de trabajar.
P. ?C¨®mo lo viven los actores?
R. Con una angustia tremenda. Puedes pasar del ¨¦xito rotundo a caerte de la programaci¨®n en un mes. Y le puede ocurrir a todo el mundo, a Lina Morgan o a seis desconocidos. Las contradicciones de un sistema que s¨®lo se basa en el ¨¦xito se manifiestan con mucha virulencia.
P. A¨²n as¨ª, la televisi¨®n es la salvadora de buena parte de la profesi¨®n.
R. S¨ª, s¨ª y econ¨®micamente da estabilidad a los profesionales.
P. En la obra se r¨ªen de la imposibilidad de combinar la televisi¨®n y el buen gusto.
R. Es un poco cierto. Por conseguir el ¨¦xito en televisi¨®n se rebajan las exigencias de los artistas a la hora de contar la verdad de los seres humanos que realmente somos. Se miente m¨¢s, se hacen muchas concesiones, se rebaja el gusto y se cae en el morbo, en el cotilleo descarado.
P. ?Por que camino se podr¨ªa corregir esta situaci¨®n?
R. No lo s¨¦. Pero las cosas no est¨¢n para eso, los caminos no buscan la calidad, sino la eficacia y el descaro. Se trata de halagar a la audiencia con personajes queribles. Lo canalla, la verdad, la ambici¨®n quedan rebajados, aunque vivimos en un mundo cada vez m¨¢s codicioso, m¨¢s consumidor. Las historias de la televisi¨®n no lo reflejan. Las zancadillas, la competencia desleal entre cadenas est¨¢ a la orden del d¨ªa, con todos sus ac¨®litos por detr¨¢s. Los mismos actores rebajamos nuestras exigencias en televisi¨®n. Lo que manda en televisi¨®n, al fin y al cabo, es la publicidad; estamos todos vendiendo morcillas.
P. ?Y los canales de pago?
R. Felizmente, existen. Sirven ya para dar la informaci¨®n y la formaci¨®n, que deber¨ªan estar en otros canales y no est¨¢n. Van a ir a m¨¢s. La calidad tambi¨¦n compite en televisi¨®n porque existe esa demanda.
P. En Share 38 se presenta ante el p¨²blico sentado en la taza del v¨¢ter. ?No hay un riesgo de caer en el chiste escatol¨®gico?
R. No, en absoluto. A lo mejor es fuerte de entrada, yo estoy con el pantal¨®n bajado, y llama la atenci¨®n, pero es s¨®lo la imagen. No es una obra escatol¨®gica, aunque suceda en los lavabos. Las situaciones est¨¢n muy bien engarzadas con lo que ocurre.
P. ?Cu¨¢ndo le llegar¨¢ al teatro un momento similar al que est¨¢ viviendo el cine espa?ol?
P. El teatro lo va a conseguir. Va a seguir el mismo proceso que nos ha llevado a todos los actores a ir pasando por la televisi¨®n. Todos los actores ir¨¢n al teatro; hasta Resines har¨¢ teatro el a?o que viene, estoy seguro. No va a ser un medio que se convierta en marginal. La aparici¨®n de las series y la ficci¨®n espa?olas, con temas de aqu¨ª y actores de aqu¨ª, en televisi¨®n ha conquistado a la gente. En el momento en el que ha aparecido los temas cercanos se han comido el mercado. Al teatro, m¨¢s artesanal, le pasar¨¢ lo mismo. El p¨²blico acabar¨¢ yendo y los actores que triunfan en otros medios har¨¢n teatro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.