CAUTELA ANTE LOS AVANCES M?DICOS El efecto L¨¢zaro
Betania, la peque?a aldea de L¨¢zaro, Galilea, F¨¢tima o Lourdes han dado paso hoy a otros lugares, a otra tierra santa donde todav¨ªa se prodigan los milagros. Del Reino Unido a Montpellier, de Italia a Carolina del Norte, de Valencia a Bruselas los laboratorios de medio mundo se afanan en instalar el prodigio en nuestra vida cotidiana. Santuarios donde los parapl¨¦jicos se levantan en trinidad, un ni?o recupera la audici¨®n gracias al o¨ªdo bi¨®nico, un ciego ve a los 50 a?os, las ratas parapl¨¦jicas recuperan el movimiento e incluso la sensibilidad en sus miembros...En una carrera de inversiones compiten el capital p¨²blico y privado por llegar cuanto antes a reparar los errores de la gen¨¦tica, accidentes o el envejecimiento de los tejidos y hallar un acuerdo entre la electr¨®nica, mec¨¢nica celular e inform¨¢tica que permita sustituir las ordenes del cerebro por se?ales artificiales. Ahora Thomsom e IBM deben ser objeto de veneraci¨®n y culto por cuanto han trabajado en el desarrollo de chips y sistemas de transmisi¨®n.
Estos avances deben ser acogidos por los discapacitados con optimismo y cautela. Padecer limitaciones motoras y sensoriales nos sigue dejando todav¨ªa en un destierro interior, en un valle de lagrimas y aunque nuestro discurso se cotice en bolsa, haga competir a intereses p¨²blicos y privados y apresure a los investigadores ("La prisa cuenta" es el lema de Celera Genomic) no debemos olvidar que estos milagros est¨¢n sometidos a las leyes de la investigaci¨®n cient¨ªfica : tiempo y dinero.
No conviene entretanto que el sensacionalismo de la informaci¨®n genere falsas esperanzas porque todas estas conclusiones son comienzo del recorrido.
En el caso de la paraplej¨ªa es preciso reunir determinadas caracter¨ªsticas f¨ªsicas, como conservar intacta la masa muscular o que la lesi¨®n se encuentre entre las v¨¦rtebras 4 y 11, para poder someterse a tratamiento.
Sin olvidar que las lesiones de la polio, entre otras, dejan detr¨¢s paral¨ªticos irrecuperables a quienes convendr¨ªa proteger como especie, recuerdo de un tiempo en que las limitaciones f¨ªsicas fueron determinantes para el normal desarrollo de la vida cotidiana.
En el caso del genoma humano nuestro acercamiento a esta sagrada escritura de "letras qu¨ªmicas" -as¨ª se llaman los componentes del ADN- debe hacerse tambi¨¦n con cautela. La utilizaci¨®n m¨¦dica de los resultados no podr¨¢ hacerse antes de unos diez a?os. Se trata de ensamblar un puzzle de 50 millones de piezas, como si el logro nos hubiera permitido disponer de las palabras que aparecen en el Quijote, quedar¨ªa ahora encontrar el orden exacto en que aparecen en la escritura de la obra para, m¨¢s tarde, con conocimiento de sem¨¢ntica y morfosintaxis, disponernos a entender y disfrutar el libro.
Tiempo, inversiones econ¨®micas, resurrecciones aparte, a los impacientes, siempre nos quedar¨¢ Padhuel, en ese aeropuerto chileno donde se produce el prodigio de llegar en silla de ruedas y movidos por acordes de milicia se restablecen incluso neuronas dormidas en el cerebro y se recupera el paso marcial. La importancia de llamarse Augusto ....
GONZALO RIVAS RUBIALES
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