S¨®lo para amantes de Sondheim MARCOS ORD??EZ
1. Wise guys. Un lector de Girona, casi tan admirador como yo de Stephen Sondheim, me escribe, a ra¨ªz de la cr¨®nica de la semana pasada: "Llevo siete a?os, desde el estreno de Passion en Broadway, esperando el nuevo musical de S. S. Usted daba un t¨ªtulo, Wise guys, y dec¨ªa que se ha retrasado por el enfrentamiento con Sam Mendes. ?Podr¨ªa decirnos qu¨¦ es Wise guys y qu¨¦ ha estado haciendo el Maestr¨ªsimo, como usted le llama, en estos ¨²ltimos tiempos?". Encantado, amigo P. G, para eso estamos. Wise guys es un proyecto antiqu¨ªsimo de Stephen Sondheim, en el que empez¨® a trabajar cuando era un chaval de veintipocos a?os, bajo la tutela de su maestro y protector, el gran Oscar Hammerstein. No le faltaba chutzpah (morro, atrevimiento, en yiddish) al joven compositor, porque su idea de entonces, 1956, era la de retomar un musical abandonado por George S. Kaufman e Irving Berlin que, con el t¨ªtulo de The legendary Mizners, iba a narrar las peripecias de los hermanos Addison y Wilson Mizner, dos singulares luminarias (arquitecto el primero, comedi¨®grafo en constante l¨ªo con la justicia el segundo) en el Broadway de principios de siglo; un tema ideal para una novela de Pynchon, por cierto. La turbulenta historia de los Mizner durmi¨® en un caj¨®n durante 42 a?os, hasta que en 1995 el Kennedy Center de Washington -el gran impulsor p¨²blico de nuevos musicales, junto con el Lincoln de Nueva York- le sugiri¨® la posibilidad de retomar el proyecto. Durante los ¨²ltimos cinco a?os, Sondheim y Sam Mendes trabajaron en el workshop de Wise guys (se prueban canciones y escenas con los actores, se quita, se a?ade) a partir de un texto de John Weidman, su libretista en Pacific overtures y Assasins, y con dos superestrellas, Nathan Lane y Victor Garber, como protagonistas. Como les contaba la semana pasada, Sondheim y Mendes se pelearon por el "concepto" del espect¨¢culo, que deb¨ªa estar listo para esta primavera, y tras la partida de Mendes a Londres ha pasado a manos del m¨ªtico productor y director Harold Prince, su mejor partner, del que Sondheim se separ¨® en 1981, tras el apabullante (e incomprensible) fracaso de Merrily we roll along.2. El ¨²ltimo dinosaurio. El mes pasado, The New York Times publicaba, con motivo del 70? cumplea?os de Sondheim, una largu¨ªsima conversaci¨®n entre el compositor y Frank Rich, que durante 13 a?os, de 1980 a 1993, fue el mejor (y m¨¢s temido) cr¨ªtico teatral del Times desde Walter Kerr, y actualmente jefe de la secci¨®n de opini¨®n (Op-Ed) del peri¨®dico m¨¢s influyente en Broadway. Una conversaci¨®n en la que un Sondheim cansado, desilusionado y l¨²cido diagnosticaba certeramente los males de la escena neoyorquina y se autocalificaba como "el ¨²ltimo dinosaurio", extendiendo la etiqueta a sus amigos y colegas Kander y Ebb (Chicago, Cabaret), "los tres ¨²nicos supervivientes en activo de la generaci¨®n de los cincuenta", la generaci¨®n que, tras los pasos de Rodgers & Hammerstein y Frank Loesser, reinvent¨® el musical americano. ?Por qu¨¦ hay tan pocos nuevos musicales en Broadway?, le pregunta Frank Rich. Y Sondheim contesta: "Porque Broadway se ha convertido en un parque tem¨¢tico, un negocio familiar. Desde la irrupci¨®n de Lloyd Webber y el imperio Disney, los musicales han de ser cuanto m¨¢s espectaculares mejor. Y para que esa espectacularidad resulte rentable, han de permanecer a?os en cartel". Cierto: para poner s¨®lo un ejemplo, el Winter Garden, donde Sondheim empez¨® su carrera con West Side story, lleva casi 20 a?os "ocupado" por Cats. "Actualmente", contin¨²a Sondheim, "en Broadway s¨®lo pueden verse dos tipos de espect¨¢culos: revivals de cl¨¢sicos, musicales o dram¨¢ticos, y adaptaciones de pel¨ªculas como The lion king para un p¨²blico compuesto exclusivamente de ni?os y turistas. Espect¨¢culos car¨ªsimos, para los que hay que pedir entradas con seis meses o un a?o de antelaci¨®n, y que se convierten en un picnic familiar. Cuando yo comenc¨¦ a trabajar para el teatro, en los primeros sesenta, Broadway estaba lleno de nuevas obras que te estimulaban, te daban ganas de ponerte a escribir. ?Cu¨¢nto tiempo hace que no llega una nueva obra a los teatros de Broadway? La ¨²ltima gran comedia fue How I learned to drive, que se present¨® en el off hace tres a?os. Corr¨ª a llamar a todos mis amigos para que fueran a verla... Ahora, si quiero ver algo realmente nuevo he de ir a Brooklyn, al BAM, donde he descubierto a compa?¨ªas como Cheek By Jowl y Th¨¦?tre de Complicit¨¦. O viajar, directamente, a Londres".
3. Off Sondheim. Por todo ello, un talentazo como Sondheim s¨®lo encuentra ofertas a trav¨¦s de entidades p¨²blicas, como el Washington Center, o en pleno off. Tras el fracaso en Broadway (cuatro meses en cartel se considera ya un fracaso) de la reposici¨®n de Putting it together con Carol Burnett, el Second Stage del off ha rescatado del olvido el primer¨ªsimo musical de Sondheim, Saturday night, escrito a los 23 a?os, en 1955, justo antes de West Side story, y que no lleg¨® a ver la luz por la muerte de su productor, Lemuel Ayers, mientras que la New York Philarmonic acaba de presentar s¨®lo por tres noches (4, 5 y 6 de mayo), en el Avery Fisher Hall del Metropolitan, para celebrar los 70 a?os de nuestro hombre, una versi¨®n de concierto de Sweeney Todd, con Patti Lupone y George Hern, sustituyendo a Bryn Terfel, que ha saltado de cartel por una lesi¨®n de espalda. (Pregunta directa para mi buen amigo Joan Matabosch: ?se atrever¨ªa el Liceo con una operaci¨®n similar?). Para luchar contra el inmovilismo de Broadway, Sondheim ha auspiciado en estos ¨²ltimos a?os el Young Playwrights Festival, a la caza de nuevos talentos, y con un grupo de dramaturgos, compositores y productores independientes, la llamada Broadway Iniciative, un intento quijotesco de reducir los costes de producci¨®n de los espect¨¢culos. Era un acuerdo, pactado con los sindicatos, que pretend¨ªa reabrir teatros cerrados -lo que se llama dark houses- y apoyar las peque?as producciones (en Broadway se considera que una producci¨®n peque?a es la que est¨¢ por debajo de los 500.000 d¨®lares) rebajando las tarifas de producci¨®n (los discount budgets) y ofreciendo al p¨²blico entradas m¨¢s baratas, "pero se comprob¨®", acaba Sondheim, "que el p¨²blico desconf¨ªa de las entradas a precio reducido: teme que le est¨¦n vendiendo material de segunda mano".
4. Aqu¨ª, ahora. "?Hay alg¨²n Sondheim en perspectiva en nuestras carteleras?", me pregunta P. G., "aparte del esperad¨ªsimo A little night music de Mario Gas?". Pues me temo que no, amigo P. G. Como ustedes saben, Mario Gas inaugura el pr¨®ximo Grec con la versi¨®n catalana de la superoperetaza de Sondheim, protagonizada por Vicky Pe?a y Constantino Romero, que no deben perderse so pena de excomuni¨®n, pero los restantes proyectos que "estaban en el aire", en el aire se han quedado. Rosa Galindo, nuestra mejor joven int¨¦rprete de musical, ten¨ªa que presentar esta temporada en el Romea un recital Sondheim, que espero y deseo recupere Calixto Bieito para la siguiente, y los babes in arms de El Musical m¨¦s Petit (EMMP) le propusieron a Dom¨¨nec Reixach montar Into the woods en el Teatre Nacional sin que haya habido respuesta. Har¨¢ unos meses, Reixach me coment¨® la posibilidad de un trabajo conjunto, en la Sala Petita, entre los de EMMP y la compa?¨ªa, igualmente jovenc¨ªsima, que present¨® Into the woods en el Donmar Warehouse, dirigiendo el espect¨¢culo, pero no hay novedad en ese frente, lo cual es una verdadera l¨¢stima porque, o mucho me equivoco, o podr¨ªa batir los r¨¦cords de taquilla de El somni de Mozart. Si alg¨²n lector, director, promotor, etc¨¦tera, sabe de alg¨²n otro Sondheim, aunque sea en fase embrionaria, se agradecer¨¢ la informaci¨®n.
5. P. D. No quisiera despedir el cuaderno de esta semana sin algunas recomendaciones. Dos libros, para empezar. Si quieren ustedes zambullirse en el mundo de Sondheim, el cl¨¢sico por excelencia es Sondheim & Co., de Craig Zadan (Nick Hern Books), que en cualquier librer¨ªa inglesa les sale por 12 libras, aunque tal como est¨¢ el cambio les sugiero pagar en d¨®lares v¨ªa Internet, a trav¨¦s de Amazon, Barnes & Noble o similares. Treinta d¨®lares es lo que vale, y les aseguro que los vale, Stephen Sondheim: a life, la primera biograf¨ªa "autorizada" de S. S., a cargo de la brit¨¢nica Meryle Secrest, que ya biografi¨® a Leonard Bernstein. Documentad¨ªsimo y espl¨¦ndidamente escrito, lo public¨® Alfred Knopf har¨¢ un par de a?os y creo que ya se encuentra en paperback. Y un ¨²ltimo libro. Al principio hablaba de Frank Rich, que fue uno de mis cr¨ªticos teatrales de cabecera: los seguidores del teatro americano deber¨ªan correr a comprar Hot seat: theater criticism for The New York Times, 1980-1993, una verdadera biblia de m¨¢s de mil p¨¢ginas que recoge las principales rese?as, art¨ªculos dominicales y comentarios sobre teatro, y que, para lo enorme que es, no resulta caro: 40 d¨®lares, m¨¢s barato que una entrada de Cats. Cierro cr¨®nica y me voy a ver Mals d'amor d'una gata francesa, de Alfredo Arias, que al final llega al TNC tras la huelga de estos d¨ªas. Hasta la semana que viene.
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