El Papa honra a 13.000 m¨¢rtires del siglo XX en una espectacular ceremonia en el Coliseo
El Vaticano a?ade a ¨²ltima hora una menci¨®n al asesinado arzobispo ?scar Arnulfo Romero
"El ejemplo luminoso de los que han sufrido la persecuci¨®n, la violencia y la muerte a causa de su fe" no debe ser olvidado. Con estas palabras, Juan Pablo II elogi¨® ayer el testimonio de los m¨¢rtires del cristianismo del siglo XX, honrados en una espectacular ceremonia, al pie del Coliseo de Roma. Al acto acudieron representantes de la pr¨¢ctica totalidad de las iglesias cristianas. El Vaticano a?adi¨® a ¨²ltima hora una menci¨®n al arzobispo de San Salvador ?scar Arnulfo Romero, en la plegaria le¨ªda en portugu¨¦s por uno de los participantes en la ceremonia.
Desde la mir¨ªada de confesiones ortodoxas, hasta luteranos y anglicanos, dando a la celebraci¨®n la ansiada dimensi¨®n ecum¨¦nica, las iglesias cristianas aceptaron la invitaci¨®n del Vaticano de acudir a la ceremonia del Coliseo pese a que no todas han colaborado en la elaboraci¨®n del pol¨¦mico cat¨¢logo de testigos de la fe del siglo que termina que, hasta el momento, incluye cerca de 13.000 nombres.En el acto de ayer, s¨®lo se mencion¨® por su nombre a una decena de esos m¨¢rtires, y el Vaticano no ha precisado si ser¨¢ publicada la lista completa. El hecho de que en esa decena de nombres no figurara el arzobispo Romero (aunque s¨ª estaba incluido en el cat¨¢logo) hab¨ªa provocado una fuerte pol¨¦mica en sectores laicos y hasta eclesi¨¢sticos, que ha obligado a reaccionar a toda prisa al Vaticano. Aunque Juan Pablo II no mencion¨® su nombre en ning¨²n momento, fue citado en una oraci¨®n pronunciada en portugu¨¦s por una de las participantes en el acto.
El Papa ley¨® a modo de introducci¨®n un largo discurso de homenaje a los numerosos testigos de la fe del siglo XX, junto a las ruinas del Coliseo, un monumento del siglo I despu¨¦s de Cristo que trae a la memoria el martirio de los primeros cristianos. El siglo que termina ha sido tambi¨¦n prolijo en m¨¢rtires "que han pagado su amor a Cristo vertiendo su propia sangre", dijo el Papa. Karol Wojtyla cit¨® su propia experiencia de polaco -su pa¨ªs que sufri¨® la invasi¨®n nazi para quedar m¨¢s tarde bajo el control pol¨ªtico del imperio sovi¨¦tico- para recordar a los 3.000 sacerdotes cat¨®licos polacos que fueron deportados al campo de concentraci¨®n nazi de Dachau.
Tras el discurso del Papa, fueron le¨ªdos nombres y breves biograf¨ªas de algunos de los reci¨¦n proclamados testigos de la fe, dos por cada una de las ocho categor¨ªas en las que el Vaticano ha dividido a los m¨¢rtires, comenzando por dos v¨ªctimas del totalitarismo sovi¨¦tico. La lectura fue hecha por representantes de la Iglesia ortodoxa rusa, acusada, sin embargo, de escasa solidaridad con los hermanos cat¨®licos durante el comunismo.
Seguidamente, se cit¨® el testimonio de los que sufrieron bajo el comunismo en otras naciones de Europa (un obispo rumano y un jesuita alban¨¦s que pas¨® 28 a?os en prisi¨®n), y el de las v¨ªctimas del nazismo y del fascismo (un pastor luterano alem¨¢n y un obispo polaco deportados a sendos campos de concentraci¨®n). El gran s¨ªmbolo del horror nazi, el Holocausto, no pudo ser citado en la ceremonia de ayer por la resistencia de la jerarqu¨ªa jud¨ªa a que los cristianos administren el gran drama nacional.
Tras referirse a los que murieron difundiendo el Evangelio en Asia y Ocean¨ªa lleg¨® el turno a los que padecieron por el "odio a la fe cat¨®lica". En esta categor¨ªa, dedicada expresamente a Espa?a y M¨¦xico, no fue citado ning¨²n m¨¢rtir espa?ol, -la mayor¨ªa sacerdotes y religiosos muertos durante la guerra civil de 1936-. S¨®lo se ley¨® un texto del que fuera ministro de Justicia de la II Rep¨²blica, Manuel de Irujo, -que present¨® su dimisi¨®n en 1937-, en el que describe las persecuciones y fusilamientos de sacerdotes cat¨®licos en el bando republicano.
La selecci¨®n de m¨¢rtires espa?oles, todos v¨ªctimas directas o indirectas del comunismo, ha causado mala impresi¨®n en muchos sectores de la sociedad espa?ola, que ven en ella una demostraci¨®n de sectarismo por parte de la Iglesia. Muchos sacerdotes y religiosos fueron asesinados en la cuerra civil por el simple hecho de serlo, pero no es menos cierto que, una vez ganada la guerra por el general Francisco Franco, los m¨¢rtires fueron vengados con la ola de represi¨®n de brutalidad desconocida que se desencaden¨®.
Los m¨¢rtires de Am¨¦rica Latina fueron recordados a trav¨¦s de la peripecia humana del obispo Alejandro Labaka, un capuchino que sacrific¨® su vida a los indios del Amazonas, y por la del obispo de Arauca (Colombia), Jes¨²s Emilio Jaramillo, asesinado por los guerrilleros. A ambos se uni¨® de pasada el nombre del verdadero s¨ªmbolo del martirio de la Iglesia cat¨®lica latinoamericana, ?scar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 al pie del altar por la extrema derecha.
Pol¨¦mica selecci¨®n
Desde la determinaci¨®n del criterio de m¨¢rtir, que, para los cat¨®licos, implica una estrecha proximidad a la santidad, sustituido por el t¨¦rmino m¨¢s gen¨¦rico de testigos de la fe, hasta la selecci¨®n de los nombres, todo ha sido pol¨¦mico en los proleg¨®menos de la ceremonia de ayer, que comenz¨® a prepararse en 1995 cuando, haci¨¦ndose eco de los deseos del Papa, expresados en la enc¨ªclica Tertio Millennio Adveniente, una comisi¨®n comenz¨® a recoger informaci¨®n sobre los m¨¢rtires que ha producido el siglo XX. Cien a?os especialmente turbulentos que han registrados dos guerras mundiales, luchas de independencia en ?frica y Asia, feroces dictaduras en Am¨¦rica Latina y, sobre todo, el desarrollo e implantaci¨®n del comunismo, la m¨¢s poderosa ideolog¨ªa de la historia y la m¨¢s combatida por la Iglesia cat¨®lica.
La comisi¨®n pidi¨® ayuda a las di¨®cesis cat¨®licas y a las dem¨¢s iglesias cristianas. No todas han respondido con entusiasmo, como lo demuestra el hecho de que, del total de 12.692 m¨¢rtires contabilizados, 8.670 proceden de Europa (b¨¢sicamente de Espa?a y de los pa¨ªses del antiguo tel¨®n de acero), 1.706 de Asia, 1.111 de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica, 746 de Africa, 333 de Am¨¦rica Latina y 126 de Ocean¨ªa. Con la particularidad de que Am¨¦rica Latina, donde las dictaduras militares y las revueltas guerrilleras se han enfrentado en conflictos extraordinariamente sangrientos, est¨¢ escasamente representada.
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