28 beb¨¦s brit¨¢nicos murieron en una prueba m¨¦dica no autorizada Los padres de 122 ni?os no fueron consultados por el hospital

El hospital de North Staffordshire, en el Reino Unido, enga?¨® a los padres de 122 beb¨¦s prematuros al no pedirles su consentimiento para aplicar un pulm¨®n artificial en fase experimental. ?sta es la conclusi¨®n de una investigaci¨®n encargada por el Gobierno brit¨¢nico hace 15 meses. La muerte de 28 de los peque?os, entre 1989 y 1993, y los da?os irreversibles sufridos por otros 15, provocaron la denuncia de las familias.

Rod Griffiths, el autor del informe, calific¨® ayer de arrogancia m¨¦dica el hecho de que David Southall y Martin Samuels, los dos pediatras responsables de los ensayos, no explicaran a los padres los riesgos. Los 43 beb¨¦s muertos o con secuelas superan a las 32 p¨¦rdidas de otro grupo similar de 122 peque?os, ayudados a respirar con el tradicional tubo introducido en la garganta. Griffiths ha pedido al Gobierno una nueva normativa para que ning¨²n hospital estatal pueda tratar a sus pacientes sin que ¨¦stos "comprendan los riesgos derivados a veces de tratamientos novedosos o en periodo de pruebas". Tambi¨¦n pidi¨® al Consejo de la Medicina mayor control de sus miembros. El Ministerio de Sanidad admiti¨® que pedir el consentimiento del paciente es "vital a la vez que delicado". El esc¨¢ndalo se suma al de Bristol, donde fueron expulsados de la profesi¨®n por negligencia dos cardi¨®logos y el director de la Royal Infirmary, y a la extracci¨®n clandestina de ¨®rganos de menores en el hospital escoc¨¦s de Alder Hey. El ventilador aplicado en North Staffordshire a la incubadora fue presentado a las familias como "el mejor y m¨¢s avanzado tratamiento" para ayudar a los beb¨¦s prematuros a respirar. Southall y Samuels est¨¢n suspendidos de empleo y sueldo, pero el informe Griffiths podr¨ªa acabar incluso con sus carreras.

Seg¨²n los padres, nadie les explic¨® que el pulm¨®n artificial era una pieza experimental. Pese a que reconocen que su estado de ¨¢nimo no era el m¨¢s adecuado para asimilar la compleja terminolog¨ªa m¨¦dica, no recuerdan haber firmado consentimiento alguno para que los pediatras trataran as¨ª a sus hijos.

En dos de los casos, adem¨¢s, las madres afirman que los documentos fueron falsificados. Se trata de una madre soltera, que recibi¨® una copia a nombre de un supuesto marido inexistente, y del matrimonio Henshall.

Los Henshall perdieron a su primera hija, Stacey, en 1992, fallecida dentro de la incubadora con el ventilador en marcha. Su segunda ni?a, Sophie, nacida prematura a los nueve meses de la muerte de su hermana, sufri¨® a su vez da?os cerebrales irreversibles en el mismo pulm¨®n artificial. "El papel que confirma nuestro consentimiento lleva el nombre de Sophie en una fecha en que ni mi esposa ni yo hab¨ªamos decidido a¨²n c¨®mo ¨ªbamos a llamarla", ha dicho Carl Henshall.

El pediatra Southall tiene pendiente otra investigaci¨®n por supuesto acoso a otras familias que estaban siendo investigadas sobre abusos infantiles. El m¨¦dico vigil¨® en el hospital con televisiones ocultas a una serie de padres sospechosos de haber asaltado a sus hijos. Gracias a ello se detuvo a 34 personas, pero varios de los padres le demandaron por entrometerse en sus vidas.