El Madrid hizo demasiado por un Bayern en claro declive
"Hagan f¨²tbol", les dec¨ªa con deje fastidioso Miguel Mu?oz a sus jugadores. En caso de duda, hab¨ªa que hacer f¨²tbol, o lo que es lo mismo, convertir el juego en algo natural, cadencioso, sencillo. Lo dem¨¢s ven¨ªa por a?adidura. No existe mejor receta contra cualquier equipo alem¨¢n que hacer f¨²tbol, por tomar la expresi¨®n de Mu?oz. Y nada hay peor que temerles, ayudarles en una fe que ya les sobra por naturaleza.El Madrid no jug¨®, en el sentido estricto de la palabra. Preso de un miedo que no le abandon¨® durante todo el partido, apenas explot¨® las carencias del Bayern, t¨ªpico equipo vitalista que agudiza su instinto depredador en cuanto observa un signo de debilidad en su adversario. El Madrid le permiti¨® ir m¨¢s lejos de lo que deb¨ªa. Por puro f¨²tbol, el Bayern est¨¢ varios cuerpos por debajo del Manchester United. Sin embargo, el Madrid le guard¨® mucho m¨¢s respeto. S¨®lo a muy ¨²ltima hora, entendi¨® las necesidades del partido. A trav¨¦s del toque y de una circulaci¨®n morosa del bal¨®n, el Madrid desactiv¨® el entusiasmo del Bayern, que se hundi¨® irremediablemente. Comenz¨® a perseguir la pelota como un mamut, sin ninguna posibilidad de regresar al partido que quer¨ªa.
El Madrid pudo imponer su estilo desde el principio, pero qued¨® preso de la memoria hist¨®rica de los equipos espa?oles cuando viajan a Alemania. Esa concesi¨®n pudo costarle el partido, porque el Madrid no dispone de ninguna cualidad defensiva. Se refugi¨® en su ¨¢rea por amontonamiento y qued¨® expuesto a los centros y los tiros de media distancia, producto del desorden del equipo, incapaz de juntar l¨ªneas, recuperar la pelota y asociarse con tranquilidad. Con estos datos, el Madrid hizo m¨¢s por el Bayern que el conjunto alem¨¢n por s¨ª mismo.
A trav¨¦s del miedo, que tambi¨¦n pareci¨® invadir a Casillas, el Madrid aliment¨® el ataque del Bayern. El gol de Anelka tuvo un valor incalculable, a la vista de lo que suced¨ªa en el campo. Si el Madrid conquista la Copa de Europa, ese tanto valdr¨¢ los 5.000 millones que se pagaron por el delantero franc¨¦s. El magn¨ªfico cabezazo de Anelka funcion¨® como colch¨®n de seguridad para un equipo que se sinti¨® demasiado inseguro. Y sin demasiados motivos.
Cuando el Madrid hizo un poco de f¨²tbol, el Bayern apareci¨® como un equipo de recursos limitados, fiel exponente de un pa¨ªs que atraviesa una grave crisis. Un pa¨ªs que perdi¨® la rueda de los Beckenbauer, Overath, Rumenigge y Schuster para caer en el abandono del pelotazo al delantero tanque. Fuera de eso, al Bayern, como buque insignia del f¨²tbol alem¨¢n, s¨®lo le funciona la m¨ªstica de un estilo que todav¨ªa despierta un excesivo temor en los equipos espa?oles. Por ah¨ª, la actuaci¨®n del Madrid fue decepcionante. Nunca tuvo que sufrir tanto para alcanzar la final de la Copa de Europa.
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