Supermercados y comercios, fuente segura de problemas

La presencia de un supermercado es casi garant¨ªa de un atasco. Es el caso de Champions (grupo Continente) en la calle de Berl¨ªn: dos camiones de reparto descargaban productos l¨¢cteos. Ambos estaban estacionados en el carril reservado para el transporte p¨²blico.Lo mismo le ocurre al autob¨²s de la l¨ªnea 14 en la calle de Mandri, delante de un Caprabo; tambi¨¦n al 43, en Val¨¨ncia, cerca de Independ¨¨ncia, donde hay un D¨ªa, cadena que ha semiprivatizado tambi¨¦n un tramo de la calle de Vallespir por donde debe pasar el 54, junto a la plaza del Centre. La ocupaci¨®n de estos espacios por furgonetas y camiones se repite un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n, seg¨²n los conductores. "S¨®lo la Guardia Urbana no lo sabe", afirma uno de ellos. A los supermercados hay que sumar los bares y el peque?o comercio.

La competencia por el espacio entre autobuses y camiones llega a l¨ªmites insospechados. En la calle de Mallorca, cerca de Cartagena, un cami¨®n de reparto estaba parado en la esquina. Ten¨ªa la plataforma hidr¨¢ulica bajada ocupando la mitad del carril para los autobuses. El conductor del 43 trat¨® de esquivarlo pero las ruedas traseras acabaron pisando la plataforma y provocando un sobresalto en los usuarios. "Cada d¨ªa igual, ten¨ªa que pasar", masculla irritado el ch¨®fer. "Y nunca hay un guardia", a?ade. Uno de los ocupantes del autob¨²s se suma al enfado: "Hemos pasado de unos a?os en los que hab¨ªa polic¨ªas por todas partes a otros en los que no ves a un agente ni en pintura. Aunque haya problemas".

Aparcamientos continuos

Pero no toda la culpa es de los repartidores. De hecho, los chaflanes, formalmente reservados para carga y descarga, est¨¢n en su mayor¨ªa ocupados por turismos, por lo que muchas furgonetas no tienen opci¨®n de estacionar.

A la velocidad del autob¨²s, los seis redactores tienen la impresi¨®n de que no se trata de un estacionamiento provisional, sino, pura y simplemente, de aparcamientos. La mayor¨ªa de las esquinas ten¨ªan coches en doble y triple fila e incluso en cuarta. No se ve¨ªan guardias.

Tampoco se vieron guardias en lugares ocupados por motos. El trayecto en el 54 permite comprobar que hay un taller de motocicletas en Berl¨ªn, junto a Josep Taradellas, en el lado de monta?a, y otro en Par¨ªs, junto a Villarroel; en ambos casos hab¨ªa no menos de 50 motos en las aceras. El espacio para el peat¨®n era casi m¨ªnimo. Y la guinda: dos motos circulaban por la acera.

Esta informaci¨®n ha sido elaborada por: Francesc Arroyo, Blanca C¨ªa, Jordi Buxadera, Xavier D¨ªaz, Clara Tarrero, y Joaquima Utrera.