Aparcamientos en doble fila y carga y descarga irregular anulan gran parte de los carriles-bus
Barcelona se ha marcado el objetivo de disponer de 100 kil¨®metros de carril segregado para autobuses antes de acabar el mandato municipal. A final de 1999, la ciudad ten¨ªa ya 71 kil¨®metros reservados. Otra cosa es que se puedan utilizar. Seis redactores de este diario tomaron el jueves pasado seis l¨ªneas que parten de puntos extremos de la ciudad y la cruzan por calles anchas y, en la medida de lo posible, dotadas de carril-bus. La principal conclusi¨®n es que buena parte de los carriles-bus quedan inutilizados por veh¨ªculos aparcados en doble fila y por la carga y descarga de furgonetas.
La segunda conclusi¨®n tiene que ver con una ausencia: durante los m¨¢s de 40 kil¨®metros recorridos, apenas hab¨ªa una docena de guardias urbanos, la mayor¨ªa de ellos dedicada a tareas aparentemente ajenas al tr¨¢fico. Otro dato que destacar de los recorridos realizados es que las obras contribuyen a lentificar la marcha, sobre todo en el distrito del Eixample, donde hay numerosas zanjas por el cableado. La confluencia de Rambla de Catalunya con Gran Via es especialmente dif¨ªcil por las obras de la Rambla, pero los veh¨ªculos estacionados irregularmente en el cruce entorpecen m¨¢s el tr¨¢fico que las obras.Los recorridos se hicieron el jueves pasado, laborable no previo a festivo y climatol¨®gicamente normal. El objetivo no era comprobar el funcionamiento de las l¨ªneas de transporte p¨²blico, sino el del tr¨¢fico en general. Varios concejales fueron invitados a hacer el recorrido con los redactores, pero declinaron la oferta porque, en palabras de uno de ellos, "siempre encontraremos un coche mal aparcado". La realidad es ligeramente m¨¢s abultada.
Pocos agentes
S¨®lo dos redactores encontraron a agentes imponiendo multas. En el primer caso, tres agentes, en la confluencia de C¨°rsega con Casanova, multaban a un coche que estaba aparcado en el espacio destinado a las ambulancias del Hospital Cl¨ªnico. En la misma zona, y tambi¨¦n mal aparcados, hab¨ªa otros cinco coches y un cami¨®n. La otra denuncia la impon¨ªa un guardia a un motorista en la plaza de Francesc Maci¨¤.
El resto de agentes regulaba el tr¨¢fico (dos), paseaba o se dedicaba a alguna otra misi¨®n. En algunos casos, la presencia del agente no contribu¨ªa a aligerar el tr¨¢fico. Es el caso, por ejemplo, de un guardia situado en la avenida Diagonal, a la altura de la calle de Gonz¨¢lez Tablas (al lado del cuartel del Bruc). Su misi¨®n era la misma que la del sem¨¢foro porque daba paso a los coches cuando el sem¨¢foro se pon¨ªa verde. La consecuencia para el autob¨²s de la l¨ªnea 54 que estaba en ese punto concreto es que tard¨® nueve minutos en recorrer la distancia entre la parada y el borde de la Diagonal (menos de 40 metros), antes de poder cruzarla.
El 27 circula por la avenida de Josep Tarradellas, tanto de ida como de vuelta. En ambos casos el problema fue el mismo: aquello no era una calle, sino un aparcamiento al aire libre. El tramo que va de Berl¨ªn hasta Numancia tiene tres carriles -uno para aparcamiento-, pero est¨¢ casi todo ¨¦l ocupado por coches en doble fila. Lo mismo ocurre con el trazado, en direcci¨®n contraria, entre Par¨ªs y Borrell, con el agravante de que en este caso los coches inutilizan totalmente el carril para autobuses.
El conductor de la l¨ªnea 17, cuando desciende por Balmes, no lo hace por el carril reservado. Est¨¢ ocupado por coches en todos los subtramos, incluidas algunas paradas. Esto obliga a los autobuses a parar a gran distancia de las plataformas de las paradas y a los peatones a salir hasta el segundo e incluso el tercer carril para subirse a los veh¨ªculos. De vuelta, el conductor tendr¨¢ que sortear un buen n¨²mero de furgonetas en la Via Laietana, ocho veh¨ªculos mal estacionados en la plaza de Urquinaona, varios en paseo de Gr¨¤cia, Via Augusta y Balmes; un cami¨®n en la plaza de Kennedy, y a su lado un coche y una furgoneta.
El 43 realiza un recorrido relativamente pl¨¢cido por la calle de Val¨¨ncia. Los chaflanes est¨¢n saturados y en ocasiones los veh¨ªculos sobresalen. Pero nada comparable a lo que viene despu¨¦s. El ritmo e intensidad de dificultades del trayecto del autob¨²s se incrementa notablemente desde que cruza la avenida de la Meridiana y encara la calle de Guip¨²scoa. Esta avenida se convierte en una aut¨¦ntica gincana a partir del cruce con la rambla de Prim. Desde ese punto, y hasta que se encara la calle de Extremadura, el conductor del autob¨²s se ve obligado a parar no junto a las plataformas, sino en medio de la calzada ya que el carril-bus se transforma en un aparcamiento. El conductor del autob¨²s argumenta que es la soluci¨®n menos mala porque la otra consistir¨ªa en interrumpir la circulaci¨®n de los veh¨ªculos y maniobrar constantemente en cada parada, lo cu¨¢l tiene su enjundia porque son autobuses articulados. Pero no es en el ¨²nico tramo del recorrido del 43 en el que ocurre eso. En el retorno a Les Corts, por ejemplo, el carril-bus de la Travessera pr¨¢cticamente deja de existir. Por el contrario, la situaci¨®n es mucho m¨¢s benigna en el recorrido del 51. En el paseo de Maragall hab¨ªa coches mal estacionados, pero de forma espor¨¢dica, al igual que ocurre en Sant Antoni Maria Claret. Esta es, posiblemente, la l¨ªnea con menos problemas de las analizadas y, cuando aparecieron, estaban relacionados con las ocupaciones de las esquinas hasta invadir carriles de la circulaci¨®n.
Seis l¨ªneas de autob¨²s
Los seis periodistas que participaron en la elaboraci¨®n del reportaje viajaron entre las 8.00 y las 12.00 horas del jueves pasado.Las l¨ªneas elegidas fueron las siguientes:
14. Parte de la plaza de la Bonanova y va hasta la Villa Ol¨ªmpica. Su recorrido pasa por las calles de Mandri, General Mitre, Via Augusta, Villarroel, plaza de Catalunya y Rambla. A la vuelta va por Circumval.laci¨®, Pla del Palau, La Rambla, Casanova y Santal¨®. Su tramo m¨¢s complicado fue el de General Mitre y Mandri.
17. Parte de la avenida del Jord¨¤ y se dirige a la Barceloneta a trav¨¦s de Balmes, Via Laietana y Port Vell. Vuelve por Via Laietana, paseo de Gr¨¤cia, Via Augusta y la parte superior de Balmes. Sus tramos m¨¢s conflictivos fueron los situados entre las plazas de Urquinaona y de Catalunya.
27. Va de Roquetes a plaza de Espanya, por la zona alta. Pasa por Via Fav¨¨ncia, paseo de Vall d'Hebron y Hospital Militar, para cruzar Lesseps, plaza de Molina, Balmes, Josep Tarradellas y Tarragona. El tramo con mayores inconvenientes por infracciones es el de Josep Tarradellas, en los dos sentidos de la marcha.
43. Une Les Corts con el barrio del Bes¨°s, ya en Sant Adri¨¤. Discurre por la Travessera de Les Corts, la avenida de Roma, y las calles de Val¨¨ncia y Guip¨²scoa. Y vuelve por las mismas v¨ªas, salvo la de Val¨¨ncia, que cambia por Mallorca. Su peor tramo fue la calle de Guip¨²scoa, sobre todo en direcci¨®n Bes¨°s, y la Travessera de Les Corts.
51. Va de Trinitat Nova hasta Pla del Palau, cruzando la plaza de la Sagrada Fam¨ªlia por la calle de Mallorca. Sigue por Arc del Triomf hasta Pla del Palau. Vuelve por Val¨¨ncia, paseo de Maragall y Llucmajor. El recorrido en direcci¨®n centro fue m¨¢s lento que en sentido contrario.
54. Parte del campus Nord, en Pedralbes, y llega hasta la estaci¨®n del Nord, a trav¨¦s del continuo que forman la avenida de Madrid y las calles de Berl¨ªn y Par¨ªs, bajando por Muntaner. Regresa por Aribau. Su peor tramo fue el cruce de la Diagonal.
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