EL TRIUNFO DE LA COLECTIVIDAD

No le han faltado a Javier Irureta problemas en el vestuario. El t¨¦cnico vasco hered¨® una situaci¨®n explosiva: una plantilla separada por abismos ling¨¹¨ªsticos y culturales, pr¨®diga en vanidades personales y con escaso esp¨ªritu de grupo. Para neutralizar esas tendencias disgregadoras, el t¨¦cnico cambi¨® la pol¨ªtica de fichajes con el prop¨®sito de espa?olizar el equipo y crear un nuevo v¨ªnculo entre la plantilla. La relaci¨®n del entrenador con el vestuario ha sido tensa, pero tanto Irureta como el presidente, Augusto C¨¦sar Lendoiro, utilizaron la mano izquierda para sofocar ciertos conatos de insubordinaci¨®n. El entrenador procur¨® formar una plantilla experta, con jugadores eficaces y sin excesivas ¨ªnfulas de estrella. El viento a favor de los resultados le ayud¨® a domesticar el grupo y ponerlo al servicio de un objetivo com¨²n. Y, al final, el triunfo ha sido de la colectividad: el Deportivo no ha tenido un gran astro que haya brillado muy por encima de los dem¨¢s. Estos han sido los jugadores m¨¢s habituales.Songo'o. Ha completado la peor de las cuatro temporadas que lleva en A Coru?a. Con el paso de los a?os -tiene ya 36-, va remitiendo su impresionante agilidad bajo los palos y se notan m¨¢s sus errores de c¨¢lculo en las salidas. Parte de la afici¨®n se ha decantado por el portero suplente Kouba, casi in¨¦dito todo el a?o.

Manuel Pablo. Es el t¨ªpico futbolista de condiciones limitadas pero extraordinariamente rentable. Fichado al Las Palmas hace dos a?os, ha madurado en A Coru?a y cada vez explota mejor su coraje, su rapidez y su estajanovismo. Nunca se esconde en los momentos dif¨ªciles y, aunque no tiene grandes cualidades ni como defensor ni como atacante, acaba cumpliendo en ambos aspectos.

Donato. La historia de siempre: le renuevan por una campa?a m¨¢s, todos piensan que ya no podr¨¢ resistir -tiene 37 a?os- y es relegado al banquillo. En cuanto aparece la primera ocasi¨®n, se hace con el puesto y se convierte en una pieza imprescindible. Ya no tiene fuerzas para jugar en el centro del campo y su lentitud le delata muchas veces. Pero suple esas carencias con un portentoso alarde de intuici¨®n, calidad y colocaci¨®n.

Naybet. Estuvo a punto de irse en la pretemporada, y la afici¨®n lo puso por ello en la lista negra. Todo parec¨ªa en su contra y, parad¨®jicamente, las circunstancias acabaron benefici¨¢ndole: obligado a ganarse la simpat¨ªa de la grada, se olvid¨® de su propensi¨®n a la pendencia y a intentar m¨¢s cosas de las que sabe. Su rendimiento baj¨® en la segunda vuelta, pero en la primera se pudo ver al mejor Naybet: contundente y con dominio de las situaciones.

Sch¨¹rrer. Empez¨® la campa?a peleado con Irureta, pero las bajas le facilitaron un puesto casi fijo en el equipo. Es el cl¨¢sico futbolista argentino siempre dispuesto a dar la cara. De ese rasgo de su personalidad proviene tambi¨¦n su mayor defecto: a veces resulta demasiado impulsivo y se precipita con frecuencia.

C¨¦sar. Fue la sensaci¨®n de la pretemporada, tanto por su solvencia defensiva como por sus goles de cabeza, que le llevaron hasta la selecci¨®n. Pero se lesion¨® muy pronto y tuvo un papel menor en el equipo.

Romero. Un jugador que responde muy bien al ideario de Irureta: discreto, sacrificado y tenaz. Ha tenido que luchar contra la enemiga de la grada y, a base de pundonor, logr¨® salir a flote. La buena campa?a del equipo tambi¨¦n le lanz¨® a la selecci¨®n.

Flavio. Las vicisitudes de su fichaje, hace cuatro a?os, generaron demasiadas expectativas sobre ¨¦l. Se trata de un magn¨ªfico futbolista, pero con limitaciones: es muy bueno en la recuperaci¨®n y posee un potente disparo, pero le faltan creatividad y constancia. Con todo, una de las piezas clave.

Mauro Silva. Las lesiones y el paso de los a?os le han desgastado. Ya no es el mejor medio centro del mundo, pero se mantiene como una referencia indispensable para el equipo. Y, adem¨¢s, siempre guarda lo mejor de s¨ª para los d¨ªas importantes.

Jokanovic. Su lentitud se agudiza con el tiempo y le ha causado muchos problemas. Con todo, es un medio centro muy solvente en el pase y, aunque nunca ha podido considerarse titular, Irureta le ha utilizado muchas veces para explotar esa cualidad y compensar las carencias creativas de Flavio y Mauro.

Jaime. Muy esforzado en la recuperaci¨®n, tiene problemas para distribuir y cierta tendencia a pasarse de vueltas. Ha jugado espor¨¢dicamente, con resultados dispares: la grada le zarande¨® en algunos partidos y, sin embargo, brill¨® en citas importantes, como ante el Madrid.

V¨ªctor. Tard¨® en arrancar y algunas veces dio la impresi¨®n de que le perjudicaban las obligaciones defensivas que le impon¨ªa el entrenador. Mejor¨® mucho en la segunda vuelta, en la que se destap¨® con algunos partidazos. Su rendimiento goleador ha estado un poco por debajo de lo previsto (cuatro tantos).

Djalminha. La alegr¨ªa de la afici¨®n y el dolor de cabeza del entrenador. Hasta el tramo final de la campa?a, pareci¨® que, por fin, hab¨ªa aprendido a jugar en Europa: se sacudi¨® su indolencia, abandon¨® la cerraz¨®n autista ante el resto del equipo y brillaron como nunca sus impresionantes recursos t¨¦cnicos. Ha marcado m¨¢s goles que nunca (10), pero al final volvi¨® donde sol¨ªa con incidentes como la expulsi¨®n por quitarse la camiseta ante el Zaragoza.

Fran. A su edad, curarse de una lesi¨®n exige tiempo. El equipo empez¨® la temporada sin ¨¦l y luego le cost¨® integrarse. Ha estado gris fuera de casa, como todo el grupo, y ya no tiene la velocidad de anta?o. Pero la clase no se pierde y, una vez m¨¢s, en Riazor ha dejado para el recuerdo media docena de pases inolvidables.

Turu Flores. Futbolista de otra ¨¦poca, parece que juega a c¨¢mara lenta mientras lleva el bal¨®n cosido a la bota. Adem¨¢s es gordito y tard¨® en quitarse los kilos que trajo de las vacaciones. Ha acabado siendo un jugador de segundas partes y ha tenido que sacrificarse en la banda izquierda para cubrir las ausencias de Fran. Con todo, su balance goleador es aceptable para los minutos de que ha dispuesto: 8 tantos, varios de ellos decisivos.

Pauleta. T¨ªpico delantero capaz de fallar lo m¨¢s sencillo y de convertir lo inveros¨ªmil que acaba convirti¨¦ndose en el chivo expiatorio de la grada. Irureta lo valora mucho por su sacrificio y disciplina.

Makaay. Exist¨ªa la sospecha de que era un ariete s¨®lo dotado para el contragolpe, pero en A Coru?a ha desmentido esa apariencia. Su cualidad m¨¢s llamativa es la rapidez, pero su f¨ªsico, su buena colocaci¨®n y su remate de cabeza le permiten manejarse ante defensas pobladas. Ha sido uno de los m¨¢s eficaces goleadores de la Liga (21 tantos) y ha obrado el milagro de que las gradas de Riazor dejen de corear el nombre de Bebeto.