El Juli: "Est¨¢ muy bien y es muy bonito que me exijan"
Palmoteaban algunos sin mucho entusiasmo durante la faena de El Juli al tercer toro. "Son sus incondicionales", comenta alguien. Los dem¨¢s se quedaban con los ojos entornados y un rictus de escepticismo. A pesar de que el torero se volc¨® en la estocada y dej¨® la espada en buen sitio, la cosa no cambi¨® mucho. Es evidente que a El Juli le empiezan a exigir."Est¨¢ muy bien eso de que me exijan. Es muy bonito. Esa exigencia es la que se ha tenido siempre con las figuras y es bueno que a m¨ª me est¨¦ empezando a pasar."
Despu¨¦s, en el sexto toro, ya levant¨® El Juli mayores fervores y entusiasmos. "Date prisa, que el toro se va acabar en seguida", comenta un sabio aficionado, con ese tono de voz inaudible para el torero con el que se comentan esas cosas, dichas m¨¢s para el vecino de localidad que para el diestro. El torero no lo oy¨® pero est¨¢ de acuerdo con el inteligente observador. "El sexto toro estaba muy justito, muy justito de fuerzas", reconoce El Juli."Inmediatamente me d¨ª cuenta que se pod¨ªa acabar". Hubo muchos incr¨¦dulos que no esperaban los muletazos que el joven matador consigui¨® por el pit¨®n izquierdo, porque el toro quer¨ªa irse a meditar junto a los tableros. "Esos muletazos los he conseguido", dice El Juli, "porque me he puesto en el sitio en el que embisten los toros, cruzado y metido entre los pitones". Despu¨¦s, el secreto, siempre seg¨²n el torero, "est¨¢ en tirar de ¨¦l y rematar por abajo. As¨ª es como me gusta a m¨ª torear y as¨ª creo que lo he toreado".
"?Pero es que le van a dar la oreja?". ?No, por favor!". Es un exigente, que se levanta, con las gotas de la llovizna que cay¨® a ¨²ltima hora resbal¨¢ndole de las cejas a la nariz. Y El Juli dice que no, que cree que no merec¨ªa la oreja: "El estoque no ha quedado en su sitio y para merecer una oreja en Madrid hay que matar bien".
Toros inv¨¢lidos
Entre tanto, Luguillano se lamenta con amargura de la mala jugada que le ha hecho la fortuna en esta su segunda salida al ruedo de Las Ventas despu¨¦s del ¨¦xito anterior. "Me han tocado dos toros inv¨¢lidos. Qu¨¦ le vamos a hacer". Un Luguillano que empez¨® siendo tratado con respeto y con el que, al final, se enfad¨® el p¨²blico un poquito."Pero ni yo ni nadie puede hacer nada con semejantes toros basura", dice el torero. "Ese mi segundo toro, de haber tenido fuerza, hubiera sido otra cosa", a?ade. "Pero cuando le daba espacio gazapeaba y hac¨ªa hilo. Primero trat¨¦ de hacerle mi toreo, con la mano baja e intentando llevarlo dominado, y entonces perd¨ªa las manos y se ca¨ªa. Luego quise llevarlo por arriba y entonces protestaba y me quer¨ªa quitar la muleta".
A pesar de todo, Luguillano est¨¢ contento. "Aunque he estado siempre en la cara del toro, me voy in¨¦dito de esta corrida, pero me marcho satisfecho de la feria", dice." Si me hubiera salido un toro con poder, habr¨ªa podido redondear el ¨¦xito", termina.
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