Mejor cuatro que tres.

La decisi¨®n del Consejo de Ministros de no autorizar la compra de la compa?¨ªa el¨¦ctrica Hidrocant¨¢brico por parte de Uni¨®n Fenosa provocar¨¢, sin duda, una intensa pol¨¦mica. Sin embargo, es un paso razonable que puede explicarse ante la situaci¨®n actual del mercado el¨¦ctrico en Espa?a. Desde un punto de vista pol¨ªtico no hay duda: el Gobierno ha hecho uso de las facultades que le confiere la ley y ha actuado en coherencia con el informe del Tribunal de Defensa de la Competencia, que hab¨ªa considerado improcedente la operaci¨®n.Con esa misma coherencia, y en aplicaci¨®n de la misma legalidad, el Consejo impuso ayer severas condiciones a la fusi¨®n de los grupos de distribuci¨®n comercial Pryca, propiedad de Carrefour, y Continente, del que es propietario Promodes, condiciones que incluyen la venta de 12 espacios comerciales para garantizar la competencia en el mercado de las grandes superficies.

El veto a la operaci¨®n Fenosa-Hidrocant¨¢brico es justificable desde las circunstancias que rodean el mercado espa?ol. Desde el sector el¨¦ctrico se ha defendido fervientemente la tesis de que es preferible para la competencia contar con tres empresas grandes (Endesa, Iberdrola y Uni¨®n Fenosa tras la absorci¨®n de Hidrocant¨¢brico) que dos grandes y dos peque?as. Esto s¨®lo ser¨ªa aceptable si se estuviera operando sobre un mercado totalmente abierto y plenamente competitivo. Pero no es el caso. Las el¨¦ctricas espa?olas act¨²an sobre un mercado cerrado, en el que la p¨¦rdida de una sola de sus actuales piezas (Hidrocant¨¢brico, en este caso) supondr¨ªa un deterioro considerable de competencia, muy superior a lo que podr¨ªa deducirse aparentemente de la p¨¦rdida de un operador.

El vicepresidente segundo del Gobierno parece haber aplicado este criterio de competencia, seg¨²n el cual la concentraci¨®n empresarial es un instrumento estrat¨¦gico recomendable en mercados amplios y de probada transparencia; pero, por el contrario, es una herramienta perjudicial para los intereses de los consumidores cuando se pretende aplicar en mercados estrechos y opacos. Su afirmaci¨®n de que el Gobierno defender¨¢ la cifra de cuatro operadores en el mercado el¨¦ctrico y se opondr¨¢ a cualquier disminuci¨®n del n¨²mero de competidores mientras no cambien las condiciones legales y competitivas del mercado europeo debe ser entendida y apoyada como una interpretaci¨®n plausible y acertada de la defensa de la competencia en el sector el¨¦ctrico.

Y esto es as¨ª incluso aunque la situaci¨®n heterog¨¦nea de los mercados europeos, en los que se combinan sistemas muy abiertos, como el brit¨¢nico, con monopolios de producci¨®n y distribuci¨®n, como el franc¨¦s, haga pr¨¢cticamente imposible esperar un mercado el¨¦ctrico ¨²nico y transparente en la Uni¨®n Europea a medio plazo.

El Gobierno gan¨® el viernes una dosis de credibilidad para su pol¨ªtica de defensa de la competencia; puede acrecentarla si la semana pr¨®xima presenta a la opini¨®n p¨²blica un programa de reformas econ¨®micas profundas que impidan la existencia de mercados cautivos o acuerdos sobre precios entre empresas supuestamente competidoras. Pero el hecho de que en esta ocasi¨®n haya acertado y sus decisiones sobre Fenosa-Hidrocant¨¢brico y Pryca-Continente constituyan un buen precedente no evita que el marco legal de la competencia en Espa?a siga aparaciendo como muy endeble, puesto que deja excesivo margen para decisiones discrecionales del Ejecutivo y se convierte en una fuente de inseguridad jur¨ªdica para las empresas.