"He conocido a sicarias de 13 o 14 a?os con varios muertos detr¨¢s"
"Como a Rosario le pegaron un tiro a quemarropa mientras le daban un beso, confundi¨® el dolor del amor con el de la muerte", as¨ª empieza Rosario Tijeras (Mondadori), de Jorge Franco, una intensa novela de amor y de narcotr¨¢fico situada en el Medell¨ªn de los a?os ochenta. Fue el fen¨®meno de la Feria del Libro de Bogot¨¢ del a?o pasado y sigue si¨¦ndolo. Lleva vendidos m¨¢s de 300.000 ejemplares s¨®lo en Colombia y ahora se publica en Espa?a.Jorge Franco (Medell¨ªn, Colombia, 1962) cuenta la historia de la jovenc¨ªsima y bella sicaria Rosario Tijeras. La llaman Tijeras porque una vez cap¨® con una de ellas a un hombre. Para trazar su figura, Franco se inspir¨® en las vidas de algunas sicarias menores de edad recluidas en un correccional. "He conocido a sicarias de 13 o 14 a?os con varios muertos detr¨¢s. Estas j¨®venes, casi ni?as, se hicieron sicarias no por ascender en el escalaf¨®n de los narcos, sino por odio, porque hab¨ªan sido maltratadas, violadas, por venganza".
Rosario viv¨ªa en una de las comunas pobres instaladas en las monta?as que rodean Medell¨ªn. "Crearon una ciudad marginal, con millares de habitantes olvidados, sin agua, ni luz, ni alcantarillado, sin nada. Se gest¨® una bomba de relojer¨ªa que estall¨® cuando llegaron los narcotraficantes y encontraron a estos olvidados dispuestos a hacer cualquier cosa por cualquier cantidad de dinero".
Choque de culturas
Los narcotraficantes, cuenta Franco, llegaron a Medell¨ªn y se hicieron con los mejores edificios de apartamentos. "Todas las discotecas fueron suyas. Dominaron los bailes, la m¨²sica, los espect¨¢culos. Surgi¨® un tipo de muchachos a los que no les importaba cu¨¢nto viv¨ªan, sino c¨®mo viv¨ªan. Se encontraron dos culturas desconocidas: la de los que ven¨ªan de las monta?as a las ¨®rdenes de los narcos y la de las gentes conservadoras de Medell¨ªn. Fue un choque muy violento y del encuentro salieron muchas cosas, como sociedades comunes para delinquir".
"Para tratar literariamente un tema tan fuerte ech¨¦ mano de una historia de amor". Rosario enamora a dos j¨®venes de la buena sociedad de Medell¨ªn: Emilio, algo rebelde, atractivo, que llega a presentar incluso a Rosario a su familia, y Antonio, m¨¢s d¨¦bil, de fuertes sentimientos, el parcero (para nosotros los colombianos quiere decir colega, amigo especial), que logra penetrar en el coraz¨®n de Rosario. El parcero es quien reconstruye, lleno de emoci¨®n, la historia de Rosario, de sus amores, de sus relaciones con "los duros de los duros" (los narcotraficantes), una mujer singular, dura y tierna para la que la vida no vale nada. El libro se lee de un tir¨®n.
Franco no utiliza ni una sola vez en toda la novela la palabra narcotr¨¢fico. "Es algo inconsciente; en esa ¨¦poca daba miedo mencionarla, no sab¨ªas nunca qui¨¦n era qui¨¦n. Tocabas la bocina, molestabas a alguien y te mataba. La vida no val¨ªa nada". Franco se fue de Medell¨ªn hace nueve a?os y escribi¨® Rosario Tijeras bastante despu¨¦s. "Fue tan fuerte lo que vivimos... No ten¨ªa suficiente perspectiva para abordar el tema".
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