Cuba se cierra
El Gobierno de Fidel Castro afirma que no hay ning¨²n cierre. Sin embargo, los hechos demuestran lo contrario: en abril, el r¨¦gimen retir¨® su solicitud de ingreso al nuevo Convenio de Asociaci¨®n entre los pa¨ªses ACP (?frica, Caribe, Pac¨ªfico) y la Uni¨®n Europea, lo que fue interpretado como un signo de inmovilismo; en mayo congel¨® la venta de apartamentos a ciudadanos extranjeros, y suspendi¨® "temporalmente" las inversiones for¨¢neas en el sector inmobiliario, y la semana pasada orden¨® a los Comit¨¦s de Defensa de la Revoluci¨®n tomar medidas contra los aparcacoches que trabajan a las puertas de los paladares (restaurantes privados) y contra aquellos cubanos que alquilan cuartos o pel¨ªculas de v¨ªdeo por su cuenta.Para m¨¢s se?ales de la tendencia imperante, el diario oficial Granma lanz¨® el mes pasado un duro ataque contra el director del Centro de Formaci¨®n C¨ªvico-Religiosa de Pinar del R¨ªo, Dagoberto Gonz¨¢lez, conocido laico cat¨®lico que est¨¢ acusado por las autoridades de ser un "contrarrevolucionario" al servicio de EEUU. La denuncia frontal contra Gonz¨¢lez y las alusiones veladas al obispo de Pinar, Jos¨¦ Siro, han provocado un rebrote de las tensiones entre la Iglesia y el Estado; todav¨ªa es una inc¨®gnita c¨®mo acabar¨¢ la escaramuza.
"Cuando uno analiza estos hechos y observa que tienen lugar en medio de la gran campa?a nacionalista desatada alrededor del caso Eli¨¢n, es f¨¢cil concluir que Cuba est¨¢ viviendo un momento de frenazo, incluso de marcha atr¨¢s", opina un diplom¨¢tico europeo. Coinciden con ¨¦l otros observadores extranjeros, pero tambi¨¦n cubanos de a pie e investigadores de centros de estudios estatales, quienes, por supuesto, hablan a t¨ªtulo personal.
Algunos piensan que no hay que alarmarse demasiado. Como en otras ocasiones, la ofensiva revolucionaria que se vive hoy pasar¨¢. En cuanto termine el caso Eli¨¢n, dicen los optimistas, el r¨ªo volver¨¢ a su cauce y el extremismo ceder¨¢ ante la realidad, que en el Caribe siempre encuentra un hueco para hacer el socialismo m¨¢s llevadero.
Otros opinan que no hay que enga?arse. "Hay un cierre del modelo", dice el disidente Elizardo S¨¢nchez. El caso Eli¨¢n ha servido a las autoridades para fomentar el rearme ideol¨®gico, lo que ha provocado cierto "triunfalismo", se?ala el opositor. Este triunfalismo, al que tambi¨¦n ha contribuido la t¨ªmida recuperaci¨®n econ¨®mica, es lo que ha provocado "el actual endurecimiento", a juicio de S¨¢nchez. "Se sigue arrinconando al sector privado con medidas administrativas y fiscales, mientras en lo pol¨ªtico, los peque?os espacios que hab¨ªa logrado la disidencia despu¨¦s de la visita del Papa se han reducido". Resumiendo la idea de Elizardo S¨¢nchez: el r¨¦gimen se siente fuerte para abrir varios frentes de lucha a la vez, algo que antes de Eli¨¢n Gonz¨¢lez quiz¨¢s no hubiera pasado.
La decisi¨®n cubana de no ingresar en el club de los pa¨ªses ACP, desvincul¨¢ndose por voluntad propia de los acuerdos comerciales y pol¨ªticos que unen a la UE con este grupo de pa¨ªses en desarrollo, fue interpretada en Europa como una muestra clara de "inmovilismo": el Gobierno de Fidel Castro expres¨® con ello la falta de voluntad para introducir cambios pol¨ªticos, por peque?os que ¨¦stos fuesen, para adaptar su realidad al nuevo Tratado ACP, que incluye cl¨¢usulas democr¨¢ticas y de derechos humanos. La Habana dio como raz¨®n para su autoexclusi¨®n que Europa quer¨ªa imponer a Cuba "exigencias inaceptables" a cambio de las ventajas econ¨®micas que obtendr¨ªa si ingresaba en los pa¨ªses ACP. Tambi¨¦n vincul¨® su decisi¨®n al voto condenatorio de la UE contra Cuba en la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la ONU, voto que, a juicio del Gobierno, sirvi¨® al exilio de Miami para retrasar la soluci¨®n del caso Eli¨¢n.
Pocas semanas despu¨¦s del desencuentro con Europa, Cuba decret¨® la "suspensi¨®n temporal" de la inversi¨®n extranjera en el sector inmobiliario, uno de los que m¨¢s tarde se hab¨ªan abierto al capital for¨¢neo. Los 17 proyectos inmobiliarios mixtos que en estos momentos est¨¢n en marcha en La Habana pueden continuar -en total se est¨¢n construyendo unos 700 apartamentos-, pero las viviendas que a¨²n no est¨¢n apalabradas ya no podr¨¢n venderse a ciudadanos extranjeros, como ocurr¨ªa hasta ahora. Lourdes G¨®mez, funcionaria del Ministerio de Inversi¨®n Extranjera, explic¨® en un reciente encuentro con empresarios espa?oles que todas las casas que faltan por comercializar ser¨¢n compradas por empresas estatales para alquilarlas. Las empresas comprometidas antes de la medida no se ver¨¢n afectadas.
Las razones esgrimidas por las autoridades son diversas: van desde que en la capital no existe suficiente infraestructura para asimilar tantas obras, a que el 80% de los extranjeros que hab¨ªa comprando apartamentos no ten¨ªan v¨ªnculo alguno con Cuba, por lo que la idea original para que fueron autorizadas las inmobiliarias mixtas, paliar el d¨¦ficit de viviendas para extranjeros que trabajan en la isla, no se satisfac¨ªa. Sea cual sea el motivo, lo cierto es que la medida ha causado cierta alarma en la comunidad empresarial, pues deja la sensaci¨®n de que las autoridades pueden romper las reglas del juego cuando lo deseen.
Por otro lado, en una reciente reuni¨®n de varios ministros cubanos con los responsables de los Comit¨¦s de Defensa de la Revoluci¨®n se orient¨® a los cederistas incrementar la lucha contra las "ilegalidades e indisciplinas" vinculadas a "algunas actividades de particulares". Entre ellas se se?alaron: la de "los parqueadores, serenos y porteros en paladares, en la v¨ªa p¨²blica y en viviendas arrendadas y no arrendadas"; la construcci¨®n y venta ilegal de viviendas; "el alquiler de revistas, libros, folletines y v¨ªdeos" -en los bancos clandestinos de revistas un ?Hola! del a?o pasado se alquila por un peso-; y las populares peleas de gallos, hasta ahora ilegales pero toleradas. Si se quiere, estas medidas son folcl¨®ricas, pues en realidad el acoso a la iniciativa privada viene de antiguo (de los 200.000 cuentapropistas que lleg¨® a haber en 1996, hoy quedan menos de 170.000; de 600 restaurantes privados, o paladares, que hubo en La Habana, s¨®lo subsisten 200).
La tesis oficial es que el retroceso del r¨¦gimen no existe; se trata s¨®lo de un "proceso de ordenamiento" normal, que puede afectar al sector privado, al inmobiliario o a cualquier otro. El que ahora se haya dicho a Europa que no se tragar¨¢ con "exigencias inadmisibles" -pese a que son las mismas que se le ped¨ªan a Cuba antes de que solicitase su ingreso al club ACP-, o que se escoja este momento para acusar a Dagoberto Gonz¨¢lez -a quien desde hace a?os las autoridades tienen en el punto de mira- es simple casualidad. Puede que sea cierto y que nada de esto tenga que ver con el caso Eli¨¢n. Aunque en realidad da lo mismo. El resultado es similar.
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