Javier Mar¨ªas descubre la ¨¦pica y la ¨¦tica del hombre com¨²n en sus art¨ªculos sobre f¨²tbol
'Salvajes y sentimentales', editado ya en Alemania, recupera 40 piezas escritas entre 1993 y 2000
Salvaje y sentimental, pero tambi¨¦n ingenioso y sarc¨¢stico, preciso y futur¨®logo, nost¨¢lgico e hilarante. As¨ª aparece Javier Mar¨ªas en sus letras sobre f¨²tbol, reunidas ahora por Aguilar en un volumen que ha sido editado antes en Alemania, a partir de una idea de Paul Ingendaay, corresponsal cultural del Frankfurter Algemeine en Espa?a. Son 40 piezas marcadas a fuego por su coraz¨®n tan blanco, dedicadas, para compensar, a dos amigos rivales, un colchonero y una cul¨¦. Al presentarlos, Mar¨ªas dijo ayer: "El f¨²tbol ha cambiado a peor, pero sigue llenando de ¨¦pica y de ¨¦tica al ciudadano normal".
Ver f¨²tbol y escribir de f¨²tbol es, para Javier Mar¨ªas (Madrid, 1951), a la vez un descanso y una coartada, casi rom¨¢ntica, para volver a ser aquel ni?o del barrio de Chamber¨ª que jugaba a las chapas y coleccionaba cromos de sus ¨ªdolos.Muchas veces, leyendo estos textos (salidos de las p¨¢ginas de El semanal del Grupo Correo y de EL PA?S) que oscilan entre la nostalgia pura y dura, la iron¨ªa m¨¢s exquisita y la co?a marinera, el f¨²tbol parece s¨®lo una excusa para gozar. Otras -muy pocas, porque Mar¨ªas es merengue desde que Di St¨¦fano y los suyos "quitaban sordidez a la s¨®rdida vida espa?ola ganando partidos y viajando por el mundo"-, para enfadarse y sufrir. Se trata sobre todo, como indica el t¨ªtulo del primer art¨ªculo de Salvajes y sentimentales, de ejercer la Recuperaci¨®n semanal de la infancia: "Una recuperaci¨®n que ahora casi es diaria, gracias al grotesco exceso televisivo, muy peligroso porque pueriliza a la gente".
Mar¨ªas vive el f¨²tbol intensamente, pero a la vez se detiene a meditarlo. Considera absurdo pensar que simplemente embrutece, y prefiere disfrutar de su car¨¢cter simb¨®lico, de lo que tiene de representaci¨®n, llena de dramatismo, "tan parecida al teatro y al cine, sobre todo al western". Mira buscando la ¨¦pica y la ¨¦tica. "Albert Camus, que fue, como Nabokov y Benedetti, portero antes que escritor, dijo que todo lo importante que sab¨ªa sobre la moral humana lo aprendi¨® del f¨²tbol. Dicen que el f¨²tbol incita a la violencia, pero yo creo que lo peligroso es la masa, y que en el f¨²tbol la masa encuentra sensaciones olvidadas: la heroicidad, la derrota digna, la ¨¦pica incruenta, esas cosas tan dif¨ªciles de encontrar en la vida civil".
Seg¨²n se?ala Paul Ingendaay en el pr¨®logo, en estos textos Mar¨ªas ense?a mucho m¨¢s de su vida y su alma "que en todas sus novelas juntas". Ayer, Juan Cruz dijo que tuvo vocaci¨®n de extremo izquierda, pero que escribe como Guardiola. Mar¨ªas acept¨® la broma simp¨¢tico y dicharachero: habl¨® de su infancia en Chamber¨ª, cuando su hermano Fernando se ped¨ªa las chapas del Madrid y le dejaba a ¨¦l las del Barcelona. Y glos¨® su amistad con Juan Garc¨ªa Hortelano, "colchonero generoso, lleno de humor y bonhom¨ªa".
Tambi¨¦n se refiri¨®, con un toque de malicia, al reparo que algunos escritores tienen a reconocer su afici¨®n futbol¨ªstica: "Algunos, poco seguros de su figura intelectual, deben creer que declararse forofos les quita brillo o gravedad. Pero eso ha cambiado. Escritores tan finos como Lobo Antunes, G¨¹nter Grass, Peter Handke o Julian Barnes han confesado ya ser fan¨¢ticos del f¨²tbol. Eso quiere decir, sobre todo, que no somos de una pieza, que no llevamos el cartel de artistas colgado en la frente, que podemos hablar de cosas que le interesan a mucha gente".
Aunque la pasi¨®n futbolera sea incomprensible para otros muchos; por ejemplo, para su padre, que siempre observ¨® su afici¨®n "horrorizado"; para algunas novias, incapaces de entender c¨®mo, en los Mundiales, Mar¨ªas se inyecta dos partidos seguidos; o para los norteamericanos, "que consideran el f¨²tbol un deporte para se?oritas -quiz¨¢ por eso han ganado el mundial femenino-, y que no conciben c¨®mo un partido puede acabar 0-0".
?l no s¨®lo lo saborea, sino que se compromete, toma partido, se tira faroles. Tanto, que este a?o la broma le ha costado cinco millones: "Promet¨ª darlos de prima si el Numancia no bajaba. Y ya tengo el cheque preparado".
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