Francia vive una peculiar guerra de im¨¢genes period¨ªsticas

?El ojo de la c¨¢mara es moral? ?Lo es el dedo que aprieta el obturador o la responsabilidad de una imagen debe buscarse en quien la publica? Dos casos agitan el paisaje de la fotograf¨ªa de prensa en Francia. Por una parte, se pone en cuesti¨®n a la agencia p¨²blica de noticias France Presse, y por otro, se critica la nueva ley que pretende evitar que la presunci¨®n de inocencia sea puesta en peligro por medio de im¨¢genes.

La agencia p¨²blica France Presse (AFP) est¨¢ en crisis. El origen inmediato de esa situaci¨®n debe buscarse en las fotos del c¨¦lebre presunto "asesino del tren", Sid Ahmed Rezala, un sospechoso de haber matado a tres mujeres en Francia, m¨¢s tarde detenido en Lisboa y actualmente encarcelado en Portugal a la espera de extradici¨®n.Para obtener las fotos del presunto asesino en una prisi¨®n portuguesa, la agencia estatal se sirvi¨® de m¨¦todos dudosos: se las compr¨® al abogado de otro detenido, que comparte la celda con Rezala. Despu¨¦s, France Presse vendi¨® el grueso del reportaje al suplemento en color del diario Le Figaro. La AFP pag¨® 60.000 francos (un mill¨®n y medio de pesetas) al abogado, distribuy¨® entre todos sus clientes dos fotos de Rezala y vendi¨® el resto -m¨¢s de 20 clich¨¦s- a Figaro Magazine por 500.000 francos (12,5 millones de pesetas). Con ellos, la publicaci¨®n ilustr¨® una entrevista-confesi¨®n que fue publicada en el n¨²mero del 20 de mayo pasado.

La Sociedad de Redactores de France Presse ha exigido "la dimisi¨®n inmediata" del presidente-director general de la agencia, Eric Giuly, "y de todos los miembros de su equipo". El director de informaci¨®n de la agencia, Denis Brulet, ha ofrecido su cabeza para salvar la del presidente, pero ¨¦ste ha rechazado el sacrificio de su colaborador. Una asamblea del personal de la agencia, celebrada el martes, vot¨® con ampl¨ªsima mayor¨ªa una moci¨®n "de desconfianza" hacia la jerarqu¨ªa de la agencia, por la violaci¨®n de "las reglas deontol¨®gicas m¨¢s elementales".

En este asunto, France Presse parece haber actuado como una empresa privada; al mismo tiempo, no se plante¨® reparo alguno a la hora de vender im¨¢genes del preso, sin preguntarse si ¨¦ste estaba o no de acuerdo en dejarse fotografiar, m¨¢xime cuando en varias de las fotos Rezala aparece durmiendo.

Se da la circunstancia de que este asunto se produce cuando acaba de aprobarse una ley que protege la propia imagen y proh¨ªbe reproducir fotos de personas esposadas mientras no hayan sido condenadas. La ley, defendida por la ministra de Justicia, Elisabeth Guigou, prev¨¦ tambi¨¦n multas importantes para quienes publiquen "im¨¢genes degradantes de v¨ªctimas" de atentados o accidentes. S¨®lo la persona fotografiada puede querellarse si no est¨¢ de acuerdo con lo publicado, pero eso ha bastado para que los directores de semanarios en los que la informaci¨®n gr¨¢fica es muy importante hayan denunciado "un retorno de la censura" a Francia.

El futuro de una agencia p¨²blica

El debate planteado por la obtenci¨®n y venta de las fotos del supuesto "asesino del tren" se produce sobre un fondo de inquietud respecto al futuro de la agencia p¨²blica de noticias francesa.

La eficacia comercial contra el respeto a las normas deontol¨®gicas, que es el punto crucial del debate interno en France Presse, no oculta los problemas de futuro en una empresa de informaci¨®n cuya financiaci¨®n depende casi enteramente del Estado; y en la que los intentos de cambiar su estatuto, para aliarse con empresas privadas y desarrollar una alternativa a las otras grandes agencias internacionales, se ha estrellado hasta ahora con la cerrada oposici¨®n de la mayor¨ªa del personal de France Presse y de los sindicatos.

Las tensiones se han manifestado de nuevo con el voto de censura a la direcci¨®n de la agencia, que una reuni¨®n in extremis entre los representantes sindicales y el presidente de la empresa estatal, el lunes pasado, no logr¨® parar.

El estallido se produce, adem¨¢s, en v¨ªsperas de que el Consejo de Administraci¨®n de France Presse aborde un plan estrat¨¦gico para cinco a?os, sus problemas financieros y las medidas a tomar. El Gobierno franc¨¦s, representado en ese ¨®rgano de administraci¨®n, es parte interesada en el debate sobre el futuro de la agencia.