El Ayuntamiento de M¨¢laga olvida sus rencillas con la familia Picasso y se incorpora al museo del pintor
El Ayuntamiento de M¨¢laga se incorpora al Museo Picasso dos a?os y medio despu¨¦s del inicio del proyecto. Ni la Consejer¨ªa de Cultura ni la familia del pintor mantuvieron buenas relaciones con la ex alcaldesa Celia Villalobos. La consejera Carmen Calvo le pidi¨® que se mantuviera al margen y la familia Picasso nunca quiso hablar con ella. Ayer se reunieron las tres partes por primera vez. Despu¨¦s, el nuevo alcalde, Francisco De la Torre, destac¨® la "prioridad absoluta del museo" y dijo que adaptar¨ªa el Plan de la Juder¨ªa, barrio donde estar¨¢ la pinacoteca, a su nuevo uso cultural.
Hasta ahora, la ¨²nica relaci¨®n del Ayuntamiento con el futuro Museo Picasso, gestionado por dos fundaciones en las que est¨¢n la Junta de Andaluc¨ªa, Christine y Bernard Picasso -nuera y nieto del pintor- y personas de prestigio en el mundo del arte, ha sido la concesi¨®n de dos licencias de obras; una para la rehabilitaci¨®n del Palacio de Buenavista, sede del museo, y otra para la ejecuci¨®n de obras en dos viviendas adyacentes al palacio que formar¨¢n parte del complejo de la pinacoteca.Antonio Garrido, concejal de cultura malague?o, mantiene que "el Ayuntamiento siempre ha visto el proyecto como algo muy positivo para la ciudad" pero reconoce que las relaciones entre las administraciones no han sido especialmente buenas en este asunto. Garrido, que calific¨® la entrevista de ayer con Calvo y la familia Picasso como "muy agradable y cordial" se quej¨® a la consejera: "Le hemos dicho que si hubi¨¦ramos tenido m¨¢s participaci¨®n en el proyecto todo hubiera sido m¨¢s ¨¢gil".
La ampliaci¨®n de la superficie del museo (de 2.000 metros cuadrados iniciales a algo m¨¢s de 7.000) ha cambiado radicalmente la idea original. Tanto que, seg¨²n Garrido, "el nuevo proyecto modifica radicalmente el barrio de la Juder¨ªa" hasta el punto de afectar al Plan urban¨ªstico dise?ado para rehabilitar el barrio. Ah¨ª es donde el Ayuntamiento va a facilitar las cosas a la Junta. La pr¨®xima semana comenzar¨¢n las reuniones entre t¨¦cnicos de ambas instituciones para acelerar las licencias y los proyectos futuros. De la Torre tambi¨¦n record¨® que "no es lo mismo una Juder¨ªa degradada que una rehabilitada"; por ello se comprometi¨® a invertir "varios cientos de millones" en adecuar el barrio al nuevo uso cultural del barrio.
Gesti¨®n del museo
Facilitar las licencias, modificar el Plan de la Juder¨ªa y adecentar el barrio son las tres actuaciones municipales durante la ejecuci¨®n del proyecto. Una vez en marcha el museo, el Ayuntamiento no quiere quedar fuera de la gesti¨®n de la pinacoteca. Y la Junta est¨¢ de acuerdo. Tambi¨¦n la pr¨®xima semana ambas instituciones han acordado empezar a redactar un protocolo que establezca el grado de participaci¨®n de unos y otros una vez el Palacio de Buenavista abra sus puertas al p¨²blico. En ese momento, las dos fundaciones que hoy d¨ªa llevan el proyecto quedar¨¢n disueltas y se constituir¨¢ una nueva en la que estar¨¢n las autoridades locales.
A finales de 2002, cuando el nuevo Museo Picaso de M¨¢laga se inaugure, las tres ciudades claves en la vida del pintor -su ciudad natal, Barcelona y Par¨ªs- contar¨¢n con sedes permanentes para su obra. Seg¨²n Carmen Jim¨¦nez, actual directora del proyecto y futura responsable del museo, el malague?o se diferenciar¨¢ de los dem¨¢s porque ser¨¢ el ¨²nico que revise todos los periodos del artista.
La pinacoteca contar¨¢ con 186 obras (132 donadas por Christine y 54 por Bernard), valoradas en 27.994 millones de pesetas y que ahora se encuentran custodiadas en alg¨²n lugar secreto de Madrid.
En la actualidad, se contin¨²a trabajando en el Palacio de Buenavista y en dos casas a?adidas a la idea inicial. En pocas semanas se presentar¨¢ un nuevo y definitivo proyecto, que incluye la superficie ocupada por nueve viviendas contiguas tampoco previstas al principio. A partir de ah¨ª, en dos a?o y medio, se completar¨¢ un deseo que Picasso no pudo terminar hace 40 a?os: tener parte de su obra en su ciudad natal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.