Causas y efectos
Se afirma que el PNV y EA deben volver a la posici¨®n inicial; a antes de Lizarra y la tregua. Se a?ade que fue precisamente la opci¨®n Lizarra la que levant¨® a la moribunda ETA. Que si lo de Lizarra y el giro soberanista del PNV y EA no se hubiese dado, ETA lo hubiese dejado y HB se hubiese convertido en un partido m¨¢s. Impl¨ªcita o expl¨ªcitamente -se a?ade- ETA sigue matando porque el PNV no acaba de renunciar a sus relaciones con el nacionalismo radical y a sus consiguientes proyectos anticonstitucionales, y finalmente tambi¨¦n se insin¨²a que mientras los nacionalistas no sean v¨ªctimas potenciales o reales de ETA, son -m¨¢s o menos- c¨®mplices de ETA.Precisiones. Nadie ha podido probar -porque resulta del todo punto improbable- que ETA hubiera decidido abandonar la violencia despu¨¦s de las manifestaciones contra el asesinato de Miguel ?ngel Blanco. Lo m¨¢s seguro, dada la trayectoria hist¨®rica de ETA de despreciar absolutamente el sentir de la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n, es que hubiese continuado los asesinatos. Como as¨ª ocurri¨®. Desde la l¨®gica de ETA, ?era posible pensar que hubiese hecho otra cosa? Creo sinceramente que no.
Ello supone que es Lizarra y su tregua, y no esa inexistente postraci¨®n y arrepentimiento de ETA, la que cortan la continuidad de la violencia. Por demasiado poco tiempo. Pero s¨ª durante un tiempo suficiente como para que el reinicio de la violencia ahondase y extendiese a¨²n mas la preexistente deslegitimaci¨®n de ETA. Seguir matando, sin tregua, hubiese sido seguir generando desolaci¨®n. Matar tras a?o y medio sin asesinatos ha supuesto, adem¨¢s, el romper la esperanza, el volver a la pesadilla. Con ello, el grado de rechazo social se ha intensificado. Y extendido. Sectores del nacionalismo radical ven, tras la ruptura de la tregua, frustradas sus expectativas de autonom¨ªa pol¨ªtica frente a ETA, de impulsar un proceso pac¨ªfico soberanista; aunque no sea de forma visible crece el rechazo interno frente a ETA. Por otro lado, tambi¨¦n como en el caso de ETA y por un parecido proceso, el nacionalismo radical hoy ha alcanzado un situaci¨®n de delegitimaci¨®n superior al que ten¨ªa antes de la tregua.
ETA se equivoc¨® creyendo que despu¨¦s de un tiempo relativamente largo de tregua pod¨ªa volver a su posici¨®n original. Hoy est¨¢ todav¨ªa m¨¢s deslegitimada; la credibilidad, la aceptaci¨®n social a sus propuestas "pol¨ªticas", todav¨ªa han ca¨ªdo m¨¢s bajo. El PNV se equivoc¨® porque pens¨® que para ETA era suficiente Lizarra, s¨®lo un foro de debate sobre un deseable futuro nacional. Pero en lo que no se equivoc¨® el PNV era en pensar que era mejor para todos que no hubiese muertos durante el mayor tiempo posible. Y en pensar que era peor para ETA (empeoraba aun m¨¢s su situaci¨®n anterior a la tregua y a Lizarra) una eventual ruptura de la tregua.
Las otras sugerencias son m¨¢s sencillas de rebatir. Cuanto m¨¢s rompe el PNV con el nacionalismo radical, cuanto m¨¢s modera sus proyectos de m¨¢s autogobierno, m¨¢s potencial y realmente aumentan y aumentar¨¢n los asesinatos. Y no al rev¨¦s. En este sentido conviene recordar que en plena vigencia del Pacto de Ajuria Enea, con un PNV escasamente proclive a dialogar sobre la soberan¨ªa nacional, ETA asesinaba a mucha mas gente que ahora. Es s¨®lo un dato y existen muchas otros datos y razones para tomar, y cambiar, decisiones pol¨ªticas. Pero ese dato no debe ser olvidado, y menos falseado.
Lo de que el PNV son c¨®mplices porque no le matan a su gente, s¨®lo podr¨ªa solucionarse -s¨®lo podr¨ªan conseguir ser matados- si abandonan su ideario y proyecto nacionalista. Parece que es lo que, en un alarde de sentido com¨²n, exige Aznar. Soluci¨®n absurda. Y antidemocr¨¢tica.
En esta historia muchos han cometido errores; excepto ETA que, adem¨¢s, ha asesinado a ciudadanos; lo cual por supuesto no es asunto equidistantemente comparable con el error pol¨ªtico. Pero tambi¨¦n es importante saber cu¨¢les son, en concreto, los errores cometidos. Y cu¨¢les, no.
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