Hola, mu?eco
Lo mejor que podemos decir de la inauguraci¨®n es que fue corta, pero hubo algo que me sobresalt¨®: ni?os, globos, palomas y, de pronto, el mu?eco. Gigantesco, futurista y con cables, como me imagino al jugador de f¨²tbol en mis pesadillas. La Eurocopa es un Mundial sin pobres, repleto de muchachos fuertotes, animosos y sin cables porque, de momento, alcanza con la obediencia. J¨®venes sin defectos, pero sin una sola virtud sobresaliente. Visto el problema desde el juego: futbolistas que corren, pasan y tiran, pero que no regatean, ni se asocian en paredes, ni inventan sobre la marcha. Los italianos, que saben mucho de definiciones futbol¨ªsticas, distinguen entre los jugadores de calidad y los jugadores de cantidad. La calidad puede darse el lujo de ser espor¨¢dica porque, cuando aparece, decide los partidos y produce un temblor que justifica la espera. Aquellos que no tienen un talento desequilibrante, deben influir desde la insistencia. Ellos son el esqueleto donde se apoya un equipo a la espera de que aparezca la inspiraci¨®n. Lo que pasa es que si la inspiraci¨®n est¨¢ en el banquillo (Larsson, Suecia), o no tiene con qui¨¦n asociarse (Totti, Italia), el equipo es s¨®lo esqueleto.
- Soldaditos intercambiables
La t¨¢ctica es el mejor escondite para la mediocridad. A los c¨¦lebres jugadores italianos, como a las rubias con vis¨®n, uno les supone cosas. Algunos, sin esa camiseta, ser¨ªan mediocres desconocidos (la met¨¢fora del vis¨®n compl¨¦tela usted mismo, porque a m¨ª no me da tiempo). Supongamos que es verdad que Italia juega con tres defensas y cinco mediocampistas (tambi¨¦n ser¨ªa verdad decir que juega con cinco defensas y tres mediocampistas). Como los nombres propios me importan m¨¢s que los dibujos, nombrar¨¦ a los cinco magn¨ªficos que Dino Zoff eligi¨® para la barricada que levant¨® en el centro del campo: Zambrotta, Conte, Albertini, Fiore y Pessotto. El efecto hubiera sido el mismo si se llamaran Iuliano, Di Biagio, Di Livio, Tagliatelli, y Rissoto.
- 'Pitbull' inspirado
Eso s¨ª, cuando la cantidad es inteligente, comprometida y est¨¢ dotada de una personalidad desbordante, no espera a nadie para ganar los partidos. Recuerdo, como de esta familia, a Roy Keane en el Manchester United, a Simeone en La Lazio, o a Davids en la selecci¨®n de Holanda. Van Gaal, en el ¨²nico acto po¨¦tico que se le recuerda, bautiz¨® a Davids como El Pitbull. El sobrenombre es certero, pero no le hace total justicia. Se trata, ciertamente, de uno de esos jugadores que cuando te muerden no te sueltan; sin embargo, a su alt¨ªsimo y regular ritmo de juego, es capaz de darle el bal¨®n a un compa?ero. En estos d¨ªas Davids est¨¢ molesto con la exigencia de sus aficionados: "Vamos ganando 2 a 0 y est¨¢n descontentos porque no damos espect¨¢culo", y agrega, "¨¦se es el problema del f¨²tbol holand¨¦s". Gracias a ese "problema", Holanda es el pa¨ªs que mejor f¨²tbol practica en Europa desde hace veinte a?os, y los futbolistas se dan el lujo de jugar en el Manchester, Arsenal, Juventus, Barcelona y equipitos as¨ª.
- Una jugada y dos teor¨ªas
El primer gol del Campeonato lleg¨® como consecuencia de una p¨¦rdida de bal¨®n en zona defensiva. Un gol cualquiera, pero con valor simb¨®lico. A esas alturas, Suecia ya hab¨ªa pegado 600 pelotazos bien orientados: casi todos ca¨ªan dentro del estadio. En esta ocasi¨®n Ronald Nilsson dud¨® ante Goor, el jugador mejor dotado de B¨¦lgica: robo, aceleraci¨®n y, como el portero le regal¨® el primer palo, gol. Hay dos interesantes teor¨ªas: unos piensan que hay que despejar siempre porque perder el bal¨®n en esa zona trae consecuencias terribles, y usar¨¢n esta jugada como prueba; otros creemos que si un jugador s¨®lo sabe despejar, cuando tiene la necesidad de jugar no sabe como se hace, y usaremos esta jugada como prueba.
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