Cristianos y socialistas

Hace tiempo que vengo siguiendo la estela pastoral de monse?or Ca?izares, arzobispo de Granada. Su obsesi¨®n por mantener a la doctrina cristiana ajena a cualquier contagio con los temas del sexo es ¨²nica. Su ¨²ltima haza?a ha consistido en denunciar a cinco profesores de la facultad de Teolog¨ªa granadina, regida por los jesuitas, por no estar de acuerdo el obispo con las ense?anzas de dichos te¨®logos. A prop¨®sito de esta noticia nos hemos enterado de carambola que el cura Pepe Castillo, una de las cabezas pensantes m¨¢s interesantes que ha dado la Iglesia espa?ola en los ¨²ltimos a?os, lleva 11 a?os sin poder dar clases. No tiene la venia docendi porque la autoridad eclesial se la quit¨® hace ya m¨¢s de una d¨¦cada. La autoridad es la autoridad y eso de la libertad de pensamiento y de ense?anza no va con la romana y polaca iglesia.Como coincidencia del destino leo al mismo tiempo las tres condiciones que pone Jos¨¦ Bono para ser el pr¨®ximo secretario general de los socialistas espa?oles: autoridad, autonom¨ªa y fortaleza. El PSOE parece una partida de aventureros, sin orden ni concierto, y para resolverlo hace falta eso, autoridad. Es una peculiar manera de entender la crisis del PSOE la que expone el dirigente cristiano-socialista. M¨¢s que proponer ideas, amplitud del debate, pluralidad de pensamientos, el por fin candidato oficial se despacha con esa tr¨ªada de sugerentes proyectos para el nuevo siglo: autoridad, autonom¨ªa, fortaleza. Tras esas tres m¨¢gicas palabras vendr¨¢n los programas, las grandes alternativas para una sociedad sometida a cambios y mutaciones bien profundas.

Puede que, sin embargo, el mensaje de Bono entre bien en su propio partido y en una sociedad desconcertada que necesita anclajes firmes, l¨ªderes fuertes. Basta ya de profesores te¨®logos que cuestionan la tradicional doctrina sexual de la Iglesia; basta ya de curas Castillo que interpretan un cristianismo distinto al oficial; basta ya de debates socialistas sin orden ni concierto. Nos hacen falta pocos pero resistentes l¨ªderes que marquen la doctrina. Un solo se?or, una sola iglesia y un solo partido socialista. Bono y Ca?izares, la soluci¨®n.