Espa?a mantiene sus p¨¦simas constantes
La selecci¨®n consigue una trabajosa victoria ante Eslovenia, pero se confirma como un equipo lleno de desperfectos
Espa?a mantiene sus p¨¦simas constantes, a pesar de su trabajosa victoria. Hasta los saques de banda resultan un problema en la selecci¨®n. Nadie encuentra a nadie en un equipo lleno de desperfectos. El equipo de Camacho s¨®lo sac¨® en limpio un resultado que no le libera de la opresi¨®n, pero que le ayudar¨¢ a enfocar el encuentro con Yugoslavia sin el dramatismo que se observ¨® frente a la d¨¦bil Eslovenia, que todav¨ªa tiene un largo camino por delante para hacerse un sitio en el mapa del f¨²tbol. La excusa del apremio tampoco tiene demasiado sentido. No se puede justificar la decepcionante actuaci¨®n frente a los noruegos porque eran altos, fuertes y muy defensivos, y ¨¦sta ante los eslovenos porque llegaban en un p¨¦simo momento. El equipo est¨¢ mal, y punto, que dir¨ªa Camacho.No lo dice, y eso es mal s¨ªntoma. Declar¨® que Espa?a hab¨ªa jugado bien frente a un gran equipo. Ni una cosa, ni la otra. Quiz¨¢ con un poco m¨¢s de perspectiva reflexione sobre su opini¨®n. Lo mismo dijo despu¨¦s del partido de Noruega, pero no debi¨® sentirse tan satisfecho porque hizo cuatro cambios para jugar con Eslovenia. Una de sus decisiones mueve a la pol¨¦mica. Aline¨® a Ca?izares en lugar de Molina, lo que supone una designaci¨®n expl¨ªcita de culpabilidad. Si hubo otras razones, quedar¨¢n ocultas por el inevitable valor simb¨®lico que adquiere la eliminaci¨®n de un portero despu¨¦s de un error.
Pudo pensarse en un efecto liberador del equipo tras el gol de Ra¨²l en el primer ataque del encuentro. Fue un remate t¨ªpico de Ra¨²l, siempre atento a la basurilla que no se recoge en el ¨¢rea. M¨ªchel Salgado lanz¨® un remate que sali¨® rechazado entre el desconcierto de los jugadores eslovenos. Ra¨²l se hizo con la pelota y gir¨® hasta perfilarse para el remate, que sali¨® perfecto hacia la escuadra. All¨ª quer¨ªa ponerla y all¨ª la puso.
El tanto descargaba a Espa?a de la penosa lucha contra el tiempo. Nada mejor que un gol en primera instancia para acabar con la tensi¨®n. Sin embargo, el partido fue por otro lado. Es cierto que la selecci¨®n tuvo m¨¢s oportunidades, algunas de primer grado. Ra¨²l, que anda lejos de su mejor estado f¨ªsico, fue el m¨¢s activo en este cap¨ªtulo. Se le escaparon por un palmo un cabezazo y un tiro cruzado, despu¨¦s de una excelente jugada de Alfonso, que fracas¨® como sustituto de Urzaiz.
Parece como si incubara alg¨²n virus en los grandes torneos. Impreciso en los regates y en los controles, desmadejado en la mayor¨ªa de las jugadas, Alfonso tiene una rev¨¢lida que pasar.
S¨®lo en algunos instantes, que no momentos, se vio alg¨²n sentido al juego de Espa?a. Alguna pared, un regate, una acci¨®n medianamente elaborada. En cualquier caso, nunca se cumplieron con los m¨ªnimos. Guardiola tir¨® del hilo al comienzo del partido, antes de perderse en la misma nebulosa que los dem¨¢s. S¨®lo los centrales se mantuvieron firmes, hasta el punto de enviar al anonimato a Zahovic, el jugador m¨¢s temido por los espa?oles.
Los errores fueron abundantes con el bal¨®n y sin ¨¦l. Este equipo est¨¢ pensado para disponer de la pelota y mantener una circulaci¨®n r¨¢pida y astuta. Por f¨ªsico no puede medirse con la mayor¨ªa de sus rivales. Tampoco est¨¢ en condiciones de defenderse a toda costa, en plan italiano: no tiene los jugadores adecuados. Ante Eslovenia volvi¨® a ofuscarse con el bal¨®n, y de ah¨ª el sufrimiento que padeci¨®.
Ning¨²n jugador super¨® las prestaciones del encuentro anterior. Quiz¨¢ Etxeberria se vio favorecido por una cierta euforia tras el segundo gol. Hasta entonces hab¨ªa naufragado en la banda derecha. Lo m¨¢s potable fue la actuaci¨®n de Abelardo, m¨¢s competente que Paco en el centro de la defensa, y las vibraciones que transmiti¨® Mendieta. Jug¨® un partido irregular, con errores muy visibles, pero se le vio una determinaci¨®n que result¨® decisiva en el segundo gol, que tuvo la oportunidad de remediar el mazazo del empate.
Salgado, desafortunado
La vulgaridad de Eslovenia hizo m¨¢s evidentes las carencias de Espa?a, que dio demasiada cuerda a su rival. En el centro del campo apenas encontr¨® el circuito correcto. En la delantera, Alfonso pen¨® durante todo el encuentro. Y si los centrales aguantaron con firmeza, los laterales se equivocaron gravemente. M¨ªchel Salgado estuvo particularmente desafortunado en el marcaje a Rudonja, cuya ¨²nica cualidad fue ubicarse bien adelante junto a la raya izquierda. Suficiente para desestabilizar a M¨ªchel Salgado, autor de varios destrozos.
Lleg¨® un momento en que el gol de Eslovenia se adivinaba por la terquedad de Espa?a en cometer errores sangrantes. Por tanto, no sorprendi¨® aquella p¨¦rdida de bal¨®n, el desencuentro de los defensas, la ingenuidad de M¨ªchel Salgado y el definitivo gol esloveno. Todos los n¨²meros estaban dados para una cat¨¢strofe. Sin embargo, Etxeberria marc¨® antes de que se produjera el ataque de p¨¢nico. Fue una voluntariosa acci¨®n de Mendieta, que corri¨® metros, cruz¨® el campo de izquierda a derecha, estuvo a punto de tropezarse con Alfonso y decidi¨® entregar a Etxeberria, que eligi¨® un tiro por el primer palo. El portero se lo comi¨® y devolvi¨® la ventaja a Espa?a.
Algo quiso decir la alineaci¨®n que acab¨® el partido. Lo comenzaron Guardiola y Valer¨®n. Lo terminaron Helguera y Engonga. Hab¨ªa una ventaja que defender. Pero, sobre todo, hab¨ªa desconfianza ante lo que suced¨ªa. Esos cambios hablaron m¨¢s del contenido del encuentro que el optimismo mal justificado de Camacho.
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