El placer solitario y los otros
"Gil de Biedma dej¨® de escribir pronto y se convirti¨® en un gran censor de su obra". "Desayunamos chocolate con churros y chinch¨®n, tras una noche interminable de alcohol, y al subir a mi casa a tomar la ¨²ltima descubri¨® sendos libros dedicados de Eliot y Machado, as¨ª que se anim¨® y seguimos bebiendo hasta las cinco de la tarde". Estas dos afirmaciones, vertidas respectivamente por el profesor Guillermo Carnero y el poeta Juan Luis Panero, sintetizan a la perfecci¨®n, si no el porqu¨¦ de la escasez de la obra po¨¦tica de Gil de Biedma, al menos los dos enfoques que se le dieron ayer.Era la segunda sesi¨®n del II Encuentro sobre Poes¨ªa Jaime Gil de Biedma, 10 a?os despu¨¦s, organizado conjuntamente por las fundaciones Duques de Soria y Mies van der Rohe, con la direcci¨®n del acad¨¦mico Pere Gimferrer. Los dos primeros ponentes abundaron en an¨¢lisis literarios del autor de Las personas del verbo: Antonio Armis¨¦n destac¨® aquel pasaje del art¨ªculo de reflexi¨®n El juego de hacer versos donde Gil confesaba que la poes¨ªa "acaba pareci¨¦ndose al placer solitario", y T¨²a Blesa record¨® aquella met¨¢fora de las Rosas de papel que el escritor usaba para quitar importancia a sus propios poemas. Pero Carnero ya sirvi¨® el primer chorro de whisky: "En much¨ªsimas noches et¨ªlicas hice de payaso de las bofetadas en sus competiciones de ingenio con Gabriel Ferrater".
Y a partir de ah¨ª el grifo ya no se cerr¨®. Juan Antonio Masoliver enterr¨® definitivamente lo acad¨¦mico para explicar los estragos que las noches en compa?¨ªa de Gil causaban entre sus compa?eros de clase Elena Valent¨ª y Miguel Barcel¨®, aunque tambi¨¦n resalt¨® que el escritor "consigui¨® una cosa tan dif¨ªcil y rara como hablar al lector desde el interior del propio poema".
Tras ¨¦l, ya todo fue refrendar la leyenda. Ana Mar¨ªa Moix cont¨®: "Poco despu¨¦s de conocerle fui a entrevistarle para Tele-Expr¨¦s, entrevista que se hizo eterna porque empez¨¢bamos a beber y a la tercera cinta ya no se entend¨ªa nada, as¨ª que recomenzamos al d¨ªa siguiente". Juan Luis Panero traz¨® un retrato de su amistad como la de dos adolescentes y consigui¨® el momento m¨¢s c¨¢lido de la velada leyendo el famoso poema que empieza: "Que la vida iba en serio / uno lo empezaba a comprender m¨¢s tarde". Finalmente, Carme Riera confes¨® que cuando acababa de llegar a Barcelona, el escritor Alberto Viertel, fallecido recientemente, intent¨® ligar con ella ley¨¦ndole Pand¨¦mica y Celeste, y cerr¨® la velada recuperando el tono profesoral para responder a las cr¨ªticas que el d¨ªa anterior el "maestro Castellet" lanz¨® a Gabriel Ferrater, compar¨¢ndolo desfavorablemente con su gran amigo Gil de Biedma.
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