El Supremo condena a una mujer a repartir un premio por un compromiso verbal
El Tribunal Supremo ha obligado a Remei Vidal Mitjana, una vecina de La Pobla de Segur (Pallars Juss¨¤), a entregar parte de un cuponazo de 150 millones de pesetas que le correspondi¨® hace cinco a?os a la persona que le vendi¨® el boleto de la ONCE con la condici¨®n de que si resultaba agraciada por la fortuna se repartir¨ªan el premio. Los jueces han dado validez al pacto verbal concertado entre ambos en el momento de la venta.La sentencia del Supremo ratifica las dictadas en 1996 por el Juzgado de Instrucci¨®n de Tremp y la Audiencia de Lleida, que condenaron a Remei, de 62 a?os, a indemnizar con 50 millones de pesetas a Rafael Navarri Puyol, un pensionista de la misma poblaci¨®n que le hab¨ªa vendido el cup¨®n.
Los hechos se remontan al 24 de febrero de 1995. Remei y Rafael asist¨ªan a clases de gimnasia de mantenimiento en un hogar de jubilados. Desde hac¨ªa dos a?os, el segundo ten¨ªa la costumbre de intercambiarse todos los viernes con la profesora, Pepa Felip, un cup¨®n de la ONCE, pero aquel d¨ªa Remei le pidi¨® que le vendiera uno a ella porque el puesto de venta estaba cerrado. "Me insisti¨® tanto que acced¨ª a venderle uno de los cuatro boletos que llevaba, pero le puse como condici¨®n que si tocaba quer¨ªa que compartiera el premio conmigo", explic¨® Rafael.
Cuando Remei contest¨® "?Faltar¨ªa m¨¢s!", posiblemente no pens¨® que del n¨²mero que le acababa de comprar a Rafael por 200 pesetas obtendr¨ªa un premio de 150 millones. El Tribunal Supremo considera que la respuesta dada por la compradora del cup¨®n es suficiente para demostrar que entre ambos se estableci¨® un contrato verbal v¨¢lido a todos los efectos.
Al d¨ªa siguiente del sorteo ambos se encontraron en la calle y, tras comprobar que al boleto de ella le hab¨ªa correspondido el cuponazo, quedaron para cobrarlo al d¨ªa siguiente en una entidad bancaria, pero la afortunada no se present¨® ni volvi¨® a las clases de gimnasia. Al verse con 150 millones en el bolsillo, se desdijo de su palabra y no quiso compartir el premio ni con Rafael ni con la profesora, que tambi¨¦n reclam¨® la tercera parte al entender que el pacto la afectaba.
Don¨® el premio a sus hijos
El caso lleg¨® a los tribunales y se complic¨® cuando Remei, una vez presentada la demanda contra ella reclam¨¢ndole dos terceras partes del premio, se qued¨® en situaci¨®n de insolvencia econ¨®mica al haber transferido todo el dinero a cuentas bancarias de sus dos hijos. El juez de Tremp tuvo que dictar posteriormente una resoluci¨®n anulando la donaci¨®n de 100 de los 150 millones de pesetas que la mujer efectu¨® en favor de sus hijos.
El acuerdo mediante el cual Remei aceptaba compartir el premio se produjo en presencia de otras tres mujeres que tambi¨¦n iban al gimnasio. Los testimonios de estas personas fueron determinantes para que los jueces consideraran probada la existencia de un pacto verbal entre los litigantes, en el que inicialmente tambi¨¦n se inclu¨ªa a la profesora de gimnasia. Sin embargo, el Supremo no contempla ninguna indemnizaci¨®n para ¨¦sta al considerar que el contrato s¨®lo ligaba a Rafael y Remei.
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