La tragedia de Ra¨²l
"He llorado por el penalti en el campo, en el vestuario y en el hotel; necesitaba desahogarme"
Lleg¨® el d¨ªa y la hora para Ra¨²l. El gran partido. El ¨²ltimo minuto para el golpe de gracia, el que dan los l¨ªderes, esos jugadores llamados a hacer historia en momentos decisivos. Corr¨ªa el minuto 90 y Abelardo cay¨® en el ¨¢rea de Francia. El ¨¢rbitro Pierluigi Collina se?al¨® el redondel de cal con un silbatazo. Ra¨²l acudi¨® al lugar de los hechos, el punto de penalti, dej¨® la pelota, dio tres pasos hacia atr¨¢s y se perfil¨®. Sopl¨® una brisa fr¨ªa. La camiseta del delantero se agit¨®. Mir¨® indistintamente al bal¨®n y a Barthez, el portero. El portero de Francia, el campe¨®n del mundo. El minuto 90. Collina y el silbatazo. La hinchada hostil a 20 metros, vociferando. Gritando "?Viva le coq! ?Viva le coq...!". Un semic¨ªrculo de jugadores franceses y espa?oles rodearon el ¨¢rea. Se hizo un silencio con rumor de fondo. Djorkaeff pas¨® trotando por el punto de mira, entre el bal¨®n y el ejecutor. Ra¨²l no se inmut¨®. Collina sopl¨® el silbato. Uno, dos, tres pasos r¨¢pidos y el disparo con la zurda. Barthez se tir¨® sobre su derecha y el bal¨®n vol¨® hacia la reja que separaba el campo de las gradas, por encima del larguero."A Ra¨²l le tenemos que estar agradecidos por haber tenido huevos suficientes para querer tirar ese penalti", proclam¨® Salgado, con el pelo mojado despu¨¦s de la ducha y la derrota. El equipo espa?ol marchaba a paso redoblado hacia el aeropuerto, buscando un avi¨®n de regreso. Intentando olvidar pronto ese minuto. Ese golpe al ver el bal¨®n volando sobre el larguero. Ra¨²l fall¨® el penalti y Guardiola se cogi¨® la cabeza con las dos manos, frot¨¢ndose la barba a contrapelo. Con la camiseta n¨²mero 10, el delantero del Madrid clav¨® la mirada en la hierba y descolg¨® los brazos como un mu?eco descompuesto. La hinchada francesa se agit¨® como nunca entonando m¨¢s fuerte su himno al gallo. El mal llamado tiempo de descuento estaba en marcha y s¨®lo quedaban tres minutos para empatar. Nada. A veces el tiempo se comprime y se estira como un el¨¢stico durante un partido de f¨²tbol. Todo hab¨ªa acabado y la tragedia de Espa?a cobraba toda su dimensi¨®n en la desdicha de Ra¨²l.
"He llorado porque lo ten¨ªa dentro y lo necesitaba para desahogarme", declar¨® Ra¨²l horas m¨¢s tarde en la Cope. "He llorado en el campo, en el vestuario y en el hotel. Era el momento de tomar la responsabilidad. Estaba convencido de que iba a ser el empate y ha sido una pena. Hab¨ªa visto el hueco y pens¨¦ que estaba dentro. Llevaba mucho tiempo esperando este momento. Las oportunidades pasan y hay que aprovecharlas. Hoy se ha escapado una, pero habr¨¢ m¨¢s".
"Todos me han apoyado", concluy¨® Ra¨²l. Por ejemplo, su compa?ero, que sigui¨® su discurso visceral, directo: "No cualquiera tiene huevos para tirar un penalti en el minuto noventa de un partido como ¨¦ste, y Ra¨²l ha tenido la valent¨ªa de hacerlo. Es un l¨ªder y est¨¢ destrozado. ?C¨®mo va a estar? Pero tiene una gran fuerza mental y se recuperar¨¢. Va a salir adelante".
En efecto, Ra¨²l tuvo el coraje de reclamar el bal¨®n sin dudarlo cuando Collina se?al¨® el penalti. Aunque Alfonso se ofreci¨® para tirarlo ¨¦l: "Yo dije que lo tiraba pero Pep me dijo que no, que ya lo lanzaba Ra¨²l...". En todo caso, Ra¨²l es, despu¨¦s de Hierro y Mendieta, el responsable de los tiros de penalti, como se?al¨® el seleccionador, Jos¨¦ Antonio Camacho: "Al no estar Mendieta, el mayor especialista que hab¨ªa en el campo era Ra¨²l. Y lo ha tirado con decisi¨®n pero no ha podido meterlo y no es responsable por ello".
Despu¨¦s del encuentro, el t¨¦cnico quit¨® trascendencia al penalti como un hecho clave en el resultado: "?sa no ha sido la ¨²nica oportunidad de empatar el partido. En la siguiente jugada, Urzaiz no consigui¨® cabecear bien un centro de Alfonso y el bal¨®n se le fue por encima del larguero, as¨ª que el penalti no decidi¨® nada".
Incluso Anelka se apiad¨® de Ra¨²l. Lo esper¨® en el t¨²nel y all¨ª se estrecharon la mano con frialdad. El rostro de Ra¨²l ten¨ªa la fosforescencia de la palidez extrema. "Ha sido una tragedia hist¨®rica para el f¨²tbol espa?ol", se lament¨® Munitis. La tragedia de Ra¨²l. Que abandon¨® el campo con la camiseta de Vieria sobre los hombros y no pudo hacer declaraciones porque debi¨® orinar para pasar el control antidopaje.
La Eurocopa le reserv¨® un lugar privilegiado a Ra¨²l. Un penalti en el ¨²ltimo minuto, la oportunidad de rescatar a Espa?a en el ¨²ltimo momento, las puertas de la gloria. Pero Ra¨²l fall¨® y mand¨® el bal¨®n por encima del larguero. Con esa pelota se fueron al garete todos los sue?os futbol¨ªsticos de Espa?a, pero probablemente tambi¨¦n los de Ra¨²l. Sus esperanzas de conquistar el Bal¨®n de Oro se esfumaron posiblemente ayer. Zidane le gan¨® terreno.
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