Corretja, Costa y Ferrero sacuden la tradici¨®n

La tradici¨®n es inamovible en Wimbledon. Pero tres jugadores espa?oles han conseguido sacudir algunos criterios que el torneo londinense ha mantenido intocables durante los ¨²ltimos 114 a?os. ?lex Corretja y Albert Costa -Juan Carlos Ferrero se sum¨® a las quejas, pero no se desplaz¨® a Londres porque se olvid¨® el pasaporte en su casa- abandonaron ayer Londres y lo hicieron sin sanciones a cuestas y con una promesa bajo el brazo: la organizaci¨®n de Wimbledon se plantea alcanzar un acuerdo con el ATP Tour para modificar su sistema de designaci¨®n de los cabezas de serie.Su actitud de abandonar el torneo como protesta por no haber sido designados cabezas de serie, a pesar de que su clasificaci¨®n era mejor que la de muchos designados, encontr¨® ayer apoyos de otros espa?oles, pero obtuvo cr¨ªticas severas del estadounidense Pete Sampras. "Si yo no fuera cabeza de serie en Roland Garros", coment¨® Sampras, "jugar¨ªa el torneo e intentar¨ªa ganarlo para demostrar su equivocaci¨®n. Abandonar el torneo me parece una chiquillada, puesto que Wimbledon es la competici¨®n m¨¢s importante del mundo". Sampras agreg¨® que la actitud de Albert y de ?lex cuando acuden al torneo londinense no es positiva. "No vienen a intentar hacer algo grande". En similar sentido se manifest¨® el holand¨¦s Richard Krajicek, 27? mundial y sin embargo 11? cabeza de serie. "Ellos tienen raz¨®n, porque les obligan a jugar. Pero la mejor manera de demostrarlo es ganar a un cabeza de serie".

Pato Clavet y F¨¦lix Mantilla afirmaron que si se les hubiera avisado se habr¨ªan sumado a la protesta. "Es muy probable que tambi¨¦n la mayor¨ªa de los suramericanos se mostraran solidarios, pero ning¨²n jugador de pista r¨¢pida aceptar¨¢ cambios puesto que hay muchos intereses creados", dijo Clavet. El ¨¦xito de la reivindicaci¨®n no es haber logrado avances espectaculares, sino obligar a los miembros del All England Club a revisar aspectos sagrados del torneo. La amenaza de Corretja y Costa de que abandonar¨ªan tras el primer juego si eran sancionados por causar baja en el torneo fue tomada en serio al final, y la organizaci¨®n decidi¨® evitar este bochorno. "Al margen de sumar un cero en sus clasificaciones por no disputar el torneo", explic¨® Tim Phillips, presidente del All England Club, "estos jugadores han perdido la oportunidad de ganar el premio correspondiente a la primera ronda y han debido pagarse el billete hasta Londres y una noche de hotel. Por tanto, no vamos a sancionarles en esta ocasi¨®n". La multa por no jugar puede ascender a 1,7 millones de pesetas.

Les perdonan. Pero no por voluntad propia, sino por las presiones del ATP Tour -que renov¨® el pasado mes de noviembre un acuerdo con Wimbledon que permite al torneo elegir a su modo los cabezas de serie, y debe pagar su error-. "No somos terroristas", asegur¨® ?lex en una multitudinaria conferencia de prensa en Londres. "Lo ¨²nico que queremos es que se respeten las normas del ATP Tour y que si somos el 11?, el 13? y el 15? del mundo se nos designe como cabezas de serie, porque nos corresponde. Y si no es as¨ª que no se nos obligue a jugar este torneo". El incidente sirvi¨® para desvelar el m¨¦todo que est¨¢ utilizando Wimbledon para realizar sus designaciones. "Tenemos en cuenta los resultados en nuestro torneo en los ¨²ltimos cinco a?os y, adem¨¢s, los conseguidos en las dem¨¢s superficies excepto la tierra batida", asegur¨® Phillips. "Pretendemos evitar que se produzcan enfrentamientos entre Sampras, Rafter, Rusedski, Philipusis y Krajicek en las primeras rondas". Todos ellos son cabezas de serie, aunque Rusedski es el 22? mundial; Philipusis, el 18?; Krajicek, el 27?, y Rafter, el 21?.

Esfuerzo in¨²til, de todas formas. A Rusedski, el favorecido, su posici¨®n de cabeza de serie s¨®lo le vali¨® para entrar en la ¨ªntima historia de Vicent Spadea, un estadounidense que llevaba la cifra r¨¦cord de 21 partidos consecutivos perdidos. No ganaba un partido desde octubre. Ayer rompi¨® su racha al derrotar a Rusedski, brit¨¢nico de origen canadiense, en cinco sets.