"No se puede ser m¨²sico y gestor" RAM?N DE ESPA?A
Pregunta. El otro d¨ªa me llegaron 58.000 pesetas de la SGAE, as¨ª que, por la cuenta que te trae, aprovecho para darte las gracias.Respuesta. No me las des a m¨ª, d¨¢selas a esta entidad, que es de las que funcionan.
P. No opinaban lo mismo esos guionistas que se escindieron para fundar DAMA. Creo que se sent¨ªan muy maltratados.
R. Evidentemente, no puedo estar de acuerdo con ellos.
P. Bueno, hay quien afirma que la SGAE, al estar fundada por m¨²sicos, aplica a ¨¦stos un trato privilegiado.
R. Eso no es del todo cierto. La SGAE se cre¨® hace 100 a?os de manos de los compositores de zarzuela, pero tambi¨¦n de los libretistas. Es verdad que hoy d¨ªa cuenta con un porcentaje de m¨²sicos muy elevado entre los socios, pero el problema que denuncian los guionistas es solucionable si se plantean las cosas bien. Para que me entiendas, a la hora de registrar una pel¨ªcula, el guionista, el director y el m¨²sico pueden pactar por escrito sus respectivos porcentajes. Si ellos no se ponen de acuerdo, la SGAE realiza un reparto equitativo. Y luego vienen las quejas porque el guionista considera que su trabajo es m¨¢s importante que el del m¨²sico y, por consiguiente, tiene que cobrar m¨¢s. Nosotros no nos oponemos a eso, pero hay que dejar las cosas claras por escrito desde el principio.
P. Te veo hecho todo un gestor.
R. Bueno, hace a?os que opt¨¦ por ese trabajo, el de gestor cultural, en detrimento del de m¨²sico. Y no lo lamento. Soy un tipo con una gran curiosidad cultural y me fascina tener un trabajo que me permite conocer y estar en contacto con todos los representantes de la creaci¨®n. Supongo que cuando era un m¨²sico en activo estaba encerrado dentro de una agradable burbuja. Y tampoco abomino de ello, fue una etapa estupenda y, como se dice vulgarmente, que me quiten lo bailao.
P. ?No echas de menos esa ¨¦poca?
R. No especialmente. De hecho, s¨¦ que podr¨ªa haber seguido compatibilizando la creaci¨®n con la gesti¨®n, pero... No s¨¦, no me gusta la idea. Antes de la SGAE, me encargu¨¦ de L'Espai y del Mercat de M¨²sica Viva de Vic, y ya entonces me di cuenta de que no se puede estar en misa y repicando. No puedes organizar la programaci¨®n de L'Espai, por ejemplo, y el fin de semana irte a hacer un bolo a Picamoixons. No lo encuentro serio. Creo, incluso, que quienes me animaban en esa direcci¨®n habr¨ªan sido los primeros en ponerme verde si les llego a hacer caso.
P. Tu abandono de la m¨²sica ha ido por fases. Primero dejaste de ser un cantautor, luego abandonaste la composici¨®n para el cine y el teatro.
R. Actuar en directo cansa. Y evolucionar no es algo que la industria discrogr¨¢fica agradezca. Si te fijas, hay cantidad de m¨²sicos a los que les va de miedo porque todos los a?os graban las mismas canciones. En teor¨ªa son nuevas, pero no lo son, son lo que hacen siempre, lo que les da dinero y lo que les gusta a sus seguidores. Y no me hagas dar nombres.
P. La lista es larga, pero me siento contagiado de tu bonhom¨ªa y tampoco dar¨¦ nombres, pero no me negar¨¢s que hab¨ªa cantautores mucho m¨¢s pesados que t¨² que siguen en activo.
R. Que les aproveche.
P. Tu camino se parece bastante al del gran jefe de la SGAE, Teddy Bautista. A¨²n me acuerdo de cuando estaba al frente de Los Canarios y cantaba aquello de Get on your knees, baby, and pray, pray, pray for your love.
R. Con Teddy tenemos una muy buena relaci¨®n. Y no es por hacerle la pelota a mi jefe, pero creo que es el hombre que ha dado impulso a la SGAE y la ha convertido en una de las asociaciones m¨¢s potentes a escala mundial en la cuesti¨®n de los derechos de autor.
P. ?Por qu¨¦ se cambi¨® la E de espa?oles por la E de editores.
R. Porque no hace falta ser espa?ol para estar en la SGAE. El otro d¨ªa estuvieron por aqu¨ª los participantes latinoamericanos del seminario este del Sundance Institute y se mostraron muy interesados en ingresar en la SGAE. Y es normal. Piensa que ya tenemos sedes en varios pa¨ªses suramericanos. Y es que esto, en el fondo, no es m¨¢s que una empresa privada que se preocupa por los derechos de sus representados. Hay quien cree que la SGAE es algo as¨ª como una administraci¨®n p¨²blica, algo que depende del Estado y que, ya puestos, tiene un oscuro pasado franquista. Pero no es as¨ª.
P. Supongo que no ten¨¦is nada que ver en el hecho molesto de que suene m¨²sica en el metro, en los trenes, en las salas de espera de los dentistas. Estoy bastante harto de que la m¨²sica haya dejado de ser una elecci¨®n personal para convertirse en un ruido de fondo, frecuentemente molesto.
R. Te aseguro que no tenemos nada que ver. Personalmente, estoy de acuerdo contigo. A m¨ª tambi¨¦n me molesta que te obliguen a escuchar algo que no quieres oir, pero... probablemente todo obedece a cuestiones de mercadotecnia. No s¨¦, igual alguien ha llegado a la conclusi¨®n de que la gente se irrita esperando el metro y se calma si se le pone una musiquilla.
P. ?Seguro que no sigues componiendo, aunque sea de forma clandestina?
R. Tengo un hijo que toca la guitarra y otro que toca el piano. A veces me marco unos acordes, pero eso es todo.
P. ?Te pas¨® como a esos pintores que dejan de pintar o esos escritores que dejan de escribir porque creen que no tienen nada nuevo que decir?
R. No exactamente. Por un lado, me hice mayor. Por otro, mi car¨¢cter me llev¨® a elegir entre un oficio y otro. Y tal vez no vi claro que la industria de la m¨²sica estuviera dispuesta a aceptar mi evoluci¨®n. Hay gente que se hace a la idea de que se va a pasar la vida tocando para 50 personas, yendo de un lado a otro con la guitarra al hombro. Me parece una opci¨®n dign¨ªsima, pero...
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.