Serna es v¨ªctima de sus errores

El error en el saque

La primera visita de Mag¨¹i Serna a los cuartos de final de un torneo del Grand Slam result¨® una lecci¨®n que no deber¨ªa olvidar. La espa?ola, de 21 a?os, perdi¨® frente a Jelena Dokic, de 17, por 6-3, 6-2, en 1 hora y 7 minutos, dejando en la pista destellos de la clase que atesora, pero tambi¨¦n mostrando su aspecto m¨¢s oscuro, su excesiva irregularidad. Para Serna, el momento era importante, puesto que pocas veces tendr¨¢ frente a s¨ª una posibilidad tan abierta de entrar en las semifinales de Wimbledon. Sin embargo, la presi¨®n del momento que estaba viviendo le cre¨® inseguridad. La canaria dej¨® escapar sus opciones y fue v¨ªctima de sus propios errores.Enfrentarse a Dokic, con su padre Damir siempre amenazante desde la grada, no es sencillo. El palmar¨¦s de la australiana de origen serbio no es a¨²n brillante -no ha ganado ning¨²n torneo-, pero su juego le ha permitido ya conseguir algunas victorias de m¨¦rito frente a las mejores jugadoras mundiales: Hingis, Pierce, Arantxa y Venus Williams. Sus poderosos golpes de fondo, la convierten en uno de los exponentes del nuevo estilo que se est¨¢ implantando en el circuito femenino, y son, sin duda, los que la han llevado a las semifinales de Wimbledon, su cota m¨¢s alta en el Grand Slam.

Es una tenista que somete a sus rivales a una constante presi¨®n, puesto que casi siempre juega con golpes ganadores. Sin embargo, Serna demostr¨® tener armas suficientemente v¨¢lidas para desmontar la estrategia de la australiana: un buen drive, un excelente rev¨¦s, liftado y cortado, saque y resto, y juego de red. Dokic no es tan completa. Pero es m¨¢s s¨®lida. "Intent¨¦ desarrollar mi juego, pero ella no me dej¨®", reflexion¨® Serna. "Creo que la clave de todo estuvo en mi saque. No serv¨ª bien y mi segundo saque no tuvo la misma efectividad que ante Pierce. La consecuencia fue que ella me atacaba constantemente y yo siempre la ve¨ªa all¨ª, encima, presionando. Todo iba muy deprisa".

Privada de su saque, la eficacia de Serna se vio disminuida. Intent¨® subir a la red, pero sus piernas resultaban excesivamente lentas para la velocidad de bola de Dokic. Lanz¨® ataques desde el fondo, pero buena parte de sus intentos se quedaron en la red o se perdieron por detr¨¢s de la l¨ªnea de fondo. Sus errores -29 no forzados y 23 forzados, seg¨²n las estad¨ªsticas oficiales- le impidieron elaborar una estrategia, y acabaron por condenarla a la derrota. "Creo que esta vez los nervios me traicionaron", agreg¨® Serna. "Piensas que lo puedes hacer mejor... Si pudiera rebobinar intentar¨ªa estar m¨¢s tranquila, y mostrarme m¨¢s convencida de mis posibilidades. Y usar¨ªa m¨¢s el rev¨¦s liftado. Mi juego no le hizo da?o".Para Serna, el aspecto m¨¢s positivo de este Wimbledon es llegar a los cuartos de final y haber elevado su clasificaci¨®n hasta las 25 mejores del mundo. La lecci¨®n que se lleva es que debe mejorar algunos aspectos de su juego para poder desenvolverse con soltura en este nuevo nivel competitivo que ha alcanzado. Y eso no es nada f¨¢cil. Dokic jugar¨¢ una de las semifinales frente a la estadounidense Lindsay Davenport, a la que nunca se ha enfrentado. Davenport elimin¨® a Monica Seles por 6-7, 6-4, 6-0.

La otra semifinal enfrentar¨¢ a las hermanas Williams, Serena y Venus, lo que asegura la presencia de una de las dos en la final de un Grand Slam por tercera vez. Serena barri¨® de la pista a Lisa Raymond, y la gan¨® por 6-2, 6-0. Venus disput¨® uno de sus mejores partidos para eliminar a la suiza Martina Hingis, n¨²mero uno del mundo, por 6-3, 4-6, 6-4. "?Qu¨¦ fall¨®?", se pregunt¨® luego Hingis. "Simplemente, Venus jug¨® un gran partido. Y no creo que algo fuera mal para m¨ª, puesto que ella fue un poco mejor al final". El partido entre Venus y Martina era el m¨¢s esperado de la jornada. Y respondi¨® a las expectativas. Pero volvi¨® a dejar claro que actualmente hay algunas pegadoras, como Venus, Serena y Davenport, que escapan al control de Hingis. La suiza domin¨® el tenis cuando sus rivales eran Graf, Arantxa, Novotna, Conchita e incluso Seles. Pero ahora, ni sus golpes, ni su inteligencia le bastan. Va desbordada y queda a expensas de lo que las nuevas pegadoras decidan con sus aciertos o sus errores.

La familia Williams celebr¨® la victoria de Venus como una conquista. Antes del partido, Richard, el padre, sali¨® a la calle, acompa?ado de las c¨¢maras de televisi¨®n de la BBC, para hablar con los impenitentes aficionados que siempre hacen alguna cola en Wimbledon. "?Qui¨¦n va a ganar, Venus o Martina?", les preguntaba. Le sorprendi¨® una de las respuestas, puesto que dio m¨¢s valor a Hingis. Pero cuando alguien dijo el nombre de Venus, le regal¨® una entrada. En el palco, salt¨® tanto como su hija para celebrar su victoria. Venus o Serena (3-1 para la mayor en sus enfrentamientos previos, aunque Serena gan¨® el Open de EEUU el a?o pasado) estar¨¢ en la final, y tendr¨¢ ocasi¨®n de rememorar los dos triunfos de Althea Gibson (1957-1958), la ¨²nica jugadora negra que ha ganado en la catedral.