?Es sano el Tour?

Todo el mundo parece estar de acuerdo: el Tour, como el deporte de ¨¦lite en general, no puede ser saludable. Ya lo dec¨ªa uno de los padres de la medicina, Galeno: "Cuando los atletas dejan su profesi¨®n entran en una situaci¨®n peligrosa: algunos mueren enseguida, otros viven algunos a?os pero no llegan a viejos". Muchos siglos despu¨¦s las ideas no han cambiado nada. El a?o pasado, un art¨ªculo de Lib¨¦ration se?alaba que los ciclistas profesionales tendr¨ªan un mayor riesgo de morir antes de llegar a viejos. El art¨ªculo ven¨ªa a decir algo as¨ª como que los ganadores del Tour pagaban con a?os de su vida los triunfos conseguidos. Algunos m¨¦dicos o profesionales de este deporte van todav¨ªa m¨¢s lejos: el Tour es tan duro, dicen, que no se puede hacer sin drogas. Por ejemplo, es m¨¢s sano correr el Tour con un poco de EPO (con un hematocrito del 48%) que a pan y agua (con un hematocrito m¨¢s normal en estos casos, de un 43%). De este modo un cuerpo enfermo como el del ciclista soportar¨ªa mejor los esfuerzos. O algo as¨ª.Por mucho que se pueda decir o escribir, y pese al tremendo sufrimiento que reflejan los rostros de los ciclistas en pleno esfuerzo, s¨®lo podemos y debemos basarnos en estudios cient¨ªficos para emitir una opini¨®n. Que para eso est¨¢ la ciencia. ?Y qu¨¦ dice la ciencia? Que el deporte de ¨¦lite no es malo para la salud. Hasta la fecha s¨®lo existe un estudio epidemiol¨®gico serio publicado al respecto (hace siete a?os). De sus resultados se deduce que el deporte de alto nivel (y sobre todo los deportes de resistencia, como el ciclismo) si algo hace es alargar la vida. En ello coincide el eminente epidemi¨®logo norteamericano Ralph S. Paffenbarger: cuanto m¨¢s ejercicio, mejor. Y en todo caso, sobrepasado un cierto l¨ªmite de ejercicio a la semana (por ejemplo, una hora de bicicleta a buen ritmo todos los d¨ªas), no se obtendr¨ªan m¨¢s beneficios para la salud. Pero tampoco ser¨ªa malo. Incluso, podemos abordar el problema desde una perspectiva evolucionista. Desde hace muchos miles de a?os nuestro cuerpo est¨¢ dise?ado para hacer ejercicio, y mucho (hasta hace bien poco viv¨ªamos de hacer ejercicio cazando): nada menos que para gastar unas 3.500 kilocalor¨ªas al d¨ªa (por ejemplo, para que un oficinista quemase todas esas calor¨ªas tendr¨ªa que andar unos 20 kil¨®metros al d¨ªa a buen ritmo). Y de hecho, una enfermedad t¨ªpica de nuestro siglo, la cardiopat¨ªa isqu¨¦mica, es m¨¢s por desuso del coraz¨®n, que por un abuso del mismo. Por mucho que se le exija, el coraz¨®n de los ciclistas no sufre da?o alguno durante una vuelta de tres semanas. Demostrado cient¨ªficamente.

S¨ª es cierto que los ciclistas profesionales pueden sufrir durante el Tour algunas alteraciones fisiol¨®gicas: cierto grado de agotamiento de algunos sistemas hormonales (como el encargado de producir testosterona, por ejemplo), un debilitamiento de sus defensas o inmunodepresi¨®n, o incluso edema agudo de pulm¨®n en pleno esfuerzo (sobre todo a m¨¢s de 2.000 metros de altura). Estas alteraciones, no obstante, son normalmente transitorias y reversibles.

Todo lo dicho se refiere al ejercicio en s¨ª, no al ejercicio con dopaje. Y el Tour se puede correr sin dopaje (y con un hematocrito del 40%). Aunque m¨¢s despacio. Si un ciclista toma drogas anabolizantes para preparar el Tour, por ejemplo, su h¨ªgado puede sufrir graves alteraciones. Pero las mismas que sufrir¨ªa aunque no corriese el Tour.

Alejandro Luc¨ªa es fisi¨®logo de la Universidad Europea de Madrid.